La Hermandad de Nuestra Señora de las Mercedes de la Puerta Real celebró ayer el rezo del vía crucis con la imagen del Santo Cristo de la Redención recorriendo las calles en dirección a la Parroquia de San Vicente, donde tuvo lugar la función en su honor.
La salida del cortejo estaba prevista para las seis y media de la tarde, aunque se demoró algunos minutos por la intervención de una ambulancia en la zona. Finalmente, la Policía Local avisó a la hermandad de que ya podía salir una vez cortado el tráfico en la calle Alfonso XII.
La cruz de guía entre ciriales abría el cortejo, seguida por el estandarte corporativo, la capilla musical Calvarium y el cuerpo de ciriales. A continuación, iba el crucificado llevado por varios hermanos directamente sobre sus hombros, sin andas.
En el interior de la Capilla de las Mercedes se rezó la primera de las estaciones del vía crucis y para la segunda se esperó hasta llegar a la calle Gravina, ya que se quiso despejar lo antes posible la calle Alfonso XII para no interrumpir demasiado tiempo el tráfico. Y en la misma Gravina se rezaría alguna estación más.
Desde Gravina, el Cristo de la Redención continuó su camino por Pedro del Toro, Bailén y Miguel de Carvajal hasta la plaza del Museo. En la misma fachada de la pinacoteca se detuvo el crucificado de Antonio Joaquín Dubé de Luque para el rezo de una de las estaciones del vía crucis, como después hizo a la altura de la capilla de la Hermandad del Museo.
Varios hermanos de la cofradía decana del Lunes Santo salieron con su estandarte corporativo para recibir al Cristo durante el rezo de dicha estación.
Tras dejar atrás la plaza del Museo, el Cristo de la Redención alcanzó la calle San Vicente, donde se volvió ante la puerta del Convento de las Siervas de Jesús durante el rezo de otra estación. Con algo de retraso sobre el horario previsto, el cortejo siguió adelante hacia la Parroquia de San Vicente, en cuya puerta de la calle Cardenal Cisneros se paró y para el rezo de la undécima estación antes de entrar en el templo.
La undécima estación fue la última que se rezó en la calle, ya que las tres restantes se rezaron en el interior de San Vicente, realizando el crucificado diversas paradas por sus naves, entre ellas ante las capillas de las hermandades de las Penas y las Siete Palabras.
Seguidamente, se celebró la función y el pregonero de las Glorias 2022, Manuel Vizcaya, pronunció la Meditación al Santo Cristo de la Redención. Tras ella regresó a su capilla, donde este domingo ha estado expuesto en solemne y devota veneración, cerrándose así los cultos cuaresmales en su honor.
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