lunes, 20 de diciembre de 2021

INOLVIDABLE DÍA DE LA ESPERANZA EN COMPAÑÍA DE LA REINA DE LA PLAZUELA


Si ya el pasado día 8, en el amanecer del día de la Inmaculada Concepción, la Esperanza de la Yedra emocionó con su salida bajo palio, la primera en veinte meses, camino de la Catedral (ver), lo de este sábado en su procesión de regreso a la Plazuela fue algo inolvidable lleno de pequeños y grandes momentos en los que se demostró, por si era necesario, la fuerza de las imágenes en la calle y la falta que le hacen a tanta gente.
La Hermandad de la Yedra ha vivido unos días muy intensos, dado que no sólo presidió el Pontifical de la Inmaculada, sino que celebró entre el 15 y el 17 el triduo a la Virgen de la Esperanza, y el mismo sábado por la mañana tuvo lugar la función solemne en su honor, oficiada por el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés.
Por la tarde, a partir de las cinco, se desarrolló la procesión extraordinaria, para la que había mucha expectación. Desde bastante antes de la hora prevista para la salida había gente en el Reducto esperando la salida de la cofradía. Mientras tanto, la cuadrilla de costaleros se preparaba en la cercana casa hermandad de la Viga. "No os llevéis nada que no sea vuestro", bromeaba el capataz cuando ya les dio el aviso para dirigirse a la Catedral.
Poco después, comenzaron a intuirse unos sones musicales. Era la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, que se acercaba al primer templo jerezano. Sus componentes subieron por el Reducto como hacen en la noche del Lunes Santo el Cristo de la Viga y la Virgen del Socorro. Antes de subir del todo para situarse junto a la puerta principal, interpretaron "Esperanza de Triana Coronada".
Pasaban algunos minutos de las cinco cuando comenzó a salir el cortejo, encabezado por la cruz de guía tan característica de esta cofradía de la Madrugada jerezana. Tras un tramo de hermanos con cirio, salió el estandarte corporativo y detrás la representación de la Marina, la presidencia y el cuerpo de acólitos con ocho ciriales.





Pronto apareció el paso de palio de la Esperanza, a la que despidió en la puerta la Hermandad del Resucitado con su estandarte. La Banda Santa Ana tocó el Himno de España y muchos hermanos y devotos rompieron en aplausos y en algunos vivas a la Virgen de la Esperanza, a la Reina de la Plazuela. Sonó entonces la marcha "Coronación", quizá en recuerdo de cuando hace ocho años la Esperanza salió triunfante también de la Catedral por su Coronación Canónica.
El palio comenzó entonces a girar a su izquierda rumbo a la plaza de la Encarnación, donde se agolpaban muchas personas. Hasta ahí llegó precisamente con la marcha "Reina de la Plazuela" hasta detenerse a pocos metros del monumento a San Juan Pablo II, que la vio llegar diez días antes y la despedía ahora.











En el traslado de ida la Esperanza de la Yedra llevó su antigua corona de salida, y para la vuelta lució la de la Coronación Canónica. Y si entonces tenía una saya de la Virgen de los Dolores, de la Hermandad de las Tres Caídas, ahora llevaba una propia blanca de tisú bordada en oro.
Con "Reina de los Gitanos Coronada", la Virgen de la Esperanza comenzó a subir la calle De la Rosa hasta alcanzar Manuel María González. A continuación, la siguiente chicotá la realizó a los sones de "Aires de Triana".
Cuando se detuvo después de la interpretación de esta marcha, el capataz, Tomás Sampalo, acercó a la delantera del paso a un hombre acompañado de su familia. Era un hermano de la Yedra de edad avanzada y afectado por el alzheimer. Por eso, el capataz pidió a los costaleros que la levantá que este hombre iba a dar fuera a pulso por todos los que sufren "la enfermedad que borra los recuerdos". Antes de que la enfermedad avance, el capataz deseó, tras dos Semanas Santas sin salir, que al menos le quede a este hermano la cara de la Esperanza como uno de sus últimos recuerdos.
Más adelante, el paso de palio subió hacia la Alameda Vieja mientras la banda tocaba "Virgen de los Negritos", a la que seguiría después "Coronación de la Macarena". Hay que subrayar el curioso exorno floral del paso de palio, que contaba con rosas blancas, orquídeas y nardos, mezclados con especies propias de la Navidad, como flores de Pascua y acebo.

















El paso de palio discurría con cierta agilidad en esta primera parte de su recorrido, ya que, según comentaban, había que estar a tiempo en la Parroquia de San Miguel, punto destacado del itinerario, y a las ocho había misa. 
Por el bellísimo marco de la Alameda Vieja, junto a los muros del Alcázar, la Esperanza de la Yedra fue avanzando mientras se sucedían marchas como "Hiniesta Coronada" y "La Caridad del Arenal". Tras esta composición, en una parada, se dedicó una levantá a José Manuel, el hermano de la Yedra que recibiera en su día la primera medalla de oro de la corporación. La viuda y el hijo de aquél al que apodaban "McGyver" tocaron el llamador llenos de emoción por su recuerdo.
De la Alameda Vieja el paso de palio salió a la calle Puerto con "Coronación de la Paz", para girar luego a Conde de Bayona con otra marcha de la dolorosa sevillana del Porvenir, "Virgen de la Paz". Después de un relevo de costaleros, la Esperanza alcanzó la calle San Agustín y rodeó su jardín circular a los sones de "La Estrella Sublime".

















Poco después, quienes lograran acceder a la calle Santa Cecilia tuvieron oportunidad de asistir a una impresionante chicotá, muy larga, en la que el paso de palio recorrió sin pararse la distancia entre la esquina con San Agustín hasta la plaza León XIII, y todo ello mientras la banda tocaba una doble interpretación de la marcha "Esperanza de la Yedra".
Cuando finalizó, el palio se paró junto a una representación de la Hermandad del Santo Crucifijo, que con su estandarte corporativo había salido a recibir a su compañera de jornada procesional. La que abre la Madrugada recibiendo a la que la cierra... o la cerraba, dado que el año que viene se incorporará por fin la Misión Redentora.
A continuación, con "Corpus Christi", la Esperanza se acercó a la puerta principal de la Parroquia de San Miguel, donde se paró y los cofrades del Santo Crucifijo y muchos de los presentes rezaron la Salve.










Para que la Esperanza se despidiera de San Miguel, los músicos de Dos Hermanas tocaron "La Madrugá". El palio se dispuso entonces a rodear parte del templo en dirección a la calle Barja, aunque antes de alcanzarla se detuvo y un hombre aprovechó para cantar una saeta.
Seguidamente, tras una chicotá a tambor el paso se detuvo cerca de la puerta del Convento de San José, donde habitan las franciscanas descalzas, muy reconocidas en Jerez entre otras cosas por la calidad de los dulces que elaboran y que venden a través de un tradicional torno, entre unos azulejos de San Francisco y Santa Clara, y bajo el lema "Paz y bien".
En esta parada, el capataz se dirigió a los costaleros para indicarles que el hermano mayor del Rosario de Bornos y pregonero de la Semana Santa de Jerez, Pablo Baena, estaba presente. El pasado día 6 tuvo lugar la Coronación Canónica de la Virgen del Rosario, Patrona de Bornos, y su hermano mayor tuvo la oportunidad de tocar el llamador de la Esperanza de la Yedra en este punto.
Después sonó "Madrugá jerezana", marcha que representa a las cinco (ahora seis) corporaciones que salen a las calles en la que en Jerez es conocida como la Noche de Jesús, y luego el "Ave María" de Vavilov. Al final de la calle Barja, ya prácticamente en la Cruz Vieja, se produjo un relevo de costaleros y cambió el tono con la interpretación de "Campanilleros de gloria" por parte de la banda nazarena. Hubo incluso algunos pasitos atrás del palio, que después giró hacia la calle Pedro Alonso.
Pero antes de adentrarse en ella, el capataz quiso dedicar la siguiente levantá al fiscal del paso de palio y especialmente a su hijo, del que dijo que desde que nació está luchando. El fiscal se mostró muy emocionado con estas palabras, que luego dieron paso a la interpretación del Himno de la Coronación Canónica, que recibe el título de "Esperanza de amor coronada". Con ella se adentró por Pedro Alonso mientras los hermanos y devotos cantaban la letra de este himno.
En Pedro Alonso fueron varias las marchas que se interpretaron. Y es que, pasada ya la Parroquia de San Miguel, se notó que la cofradía redujo la velocidad, así como el cortejo, dado que hasta el final sólo iban el estandarte corporativo, la presidencia y los acólitos antes del paso. 
"A ti, Manué" y "Reina de Triana" se pudieron escuchar en esta calle, donde estaba el hermano mayor de la Borriquita, Juan Miguel García Pérez. Él mismo tocó el llamador cuando el capataz dedicó a su hermandad una levantá en la que se recordó que en 2023 la Virgen de la Estrella será coronada canónicamente, como en 2013 lo fue la Esperanza de la Yedra. "A él le queda por vivir todo este camino tan bonito que nosotros vivimos hace unos años", dijo Tomás Sampalo, quien añadió que la Hermandad de la Borriquita ha hecho una gran labor "cuando Jerez más fatigas pasaba".
Poco después, la banda tocó "Como tú, ninguna" mientras el palio giraba hacia la calle Sol, donde seguidamente se pudo escuchar la composición "Esperanza en tus manos".

















En la esperada calle Sol, la que recorren la Esperanza y el Señor de la Sentencia y Humildad cada mañana de Viernes Santo, prácticamente no hubo una chicotá a tambor. Bajo la luna llena, la misma luna llena de cada Semana Santa, la Virgen de la Esperanza se adentró en su barrio con una sucesión de marchas tales como "Macarena", de Abel Moreno, "Esperanza de Triana Coronada", "Madrugá Macarena", "Costaleros de la Virgen del Amparo", "Madre Hiniesta", "Y en Triana, la O", "Salud de Triana" o "Rosario de Monte-Sión".
Incluso alguna saeta hubo para la Esperanza en esta noche de luna llena de diciembre. A la saeta le siguió la marcha "Rocío" y después hizo sonar el llamador el capataz Isaac Núñez. A él se dedicó la levantá, así como a su padre, recientemente fallecido.
Con "Mi Amargura" el paso siguió adelante y el capataz animó a los costaleros a rezar un Ave María coincidiendo con la parte más suave de esta composición; oración que siguieron también todos los presentes. A la altura de la casa natal de Lola Flores, ¿dónde si no?, se cantó otra saeta. 
Y para el tramo final de la calle Sol, la banda tocó "Reina de las Mercedes", "Coronación de la Macarena", "Triana, tu Esperanza" y "Siempre la Esperanza", tras la que se pudo escuchar la última saeta de esta salida extraordinaria, junto al retablo cerámico de la Virgen de la Esperanza.













Llamó mucho la atención la presencia de un dron en el final de la calle Sol, que captaría impresionantes imágenes de la Esperanza en el corazón de su barrio y rodeada por el gentío que la seguía en la noche de su festividad.
"Pasan los campanilleros" fue la marcha escogida para la llegada de la Esperanza de la Yedra a la plazuela que lleva el nombre de su hijo. Aquí se produjo un inesperado movimiento que sorprendió a todos los que veían a la Esperanza, ya que el paso de palio no siguió al cortejo por delante de la puerta de la ermita, sino que continuó avanzando para rodear el monumento a La Paquera de Jerez.
En este punto llegó el delirio para hermanos y devotos, que aplaudían y lanzaban vivas y piropos a la Reina de la Plazuela, y más aún cuando después volvió a escucharse "Campanilleros de gloria". El paso se detuvo y a continuación se levantó para acercarse a la puerta de entrada, en el inicio de Empedrada. Sonó entonces nuevamente "Esperanza en tus manos". Con ella, el paso quedó parado ya ante la puerta y sólo quedaba entrar. Por ello, el capataz quiso decir unas palabras antes de la última levantá en la calle. Así, pidió por la salud de todos y deseó que el próximo Viernes Santo puedan estar de nuevo ahí, con la Esperanza de la Yedra por las calles de Jerez.
El paso se levantó fuerte al cielo y una vez más los cofrades cantaron el Himno de la Coronación Canónica, enlazado después con el Himno de España, al que siguieron palmas por bulerías para la Virgen de la Esperanza en el momento en que se arrió ya en el interior de la ermita.











Pero no acabó ahí la cosa. El capataz pidió permiso al hermano mayor y éste se lo dio. Sonó una vez más el llamador y Tomás Sampalo habló a sus hombres: "La Virgen lleva dos años sin salir y hoy va a salir dos veces. ¡Al barrio otra vez con la Esperanza!". Y la Esperanza volvió a asomarse a su barrio y éste se lo agradeció con aplausos y más palmas por bulerías. Y cuando la Esperanza estaba ya definitivamente en su casa, presidida durante estos días por el Señor de la Sentencia y Humildad, espontáneamente varias personas comenzaron a cantar un villancico típico jerezano, seguido de otro más, encontrando el eco de la mayoría de los presentes. La Esperanza ya había entrado y nadie parecía querer irse. 
A una semana del día de Navidad y ante la Virgen de la Esperanza, la que espera el nacimiento de Jesús, no podía haber mejor final para un día precioso, histórico e inolvidable. "¡Viva la Virgen de la Esperanza! ¡Viva la Reina de la Plazuela! ¡Viva la Esperanza de la Yedra!".

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el artículo. El que no fuera,con leerlo se puede imaginar cómo fue.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. Me alegra que le haya gustado.

    ResponderEliminar