martes, 21 de diciembre de 2021

LA VIRGEN DE LA O DE JEREZ CELEBRÓ SUS 50 AÑOS CON UN MANTO MACARENO


Aún emocionados por la salida extraordinaria de la Esperanza de la Yedra la tarde anterior (ver), Jerez nos tenía reservada una cita más para redondear este completísimo mes de diciembre que ha estado lleno de momentos irrepetibles.
Fue en la mañana de este domingo y la protagonista era la Virgen de la O, de la Hermandad de la Defensión; una dolorosa de Luis Álvarez Duarte que ha cumplido cincuenta años desde su bendición. Para celebrar esta efeméride, la Virgen fue llevada días atrás al lugar donde fue bendecida hace medio siglo, el colegio de la Compañía de María, en cuya capilla tuvo lugar el triduo propio de la festividad de la Expectación del parto.
Para ese triduo, la Virgen de la O contó con la generosidad de la Hermandad de la Carretería de Sevilla, que cedió una saya y el manto procesional de la Virgen de la Luz, además de una corona de la Virgen del Mayor Dolor en Su Soledad, dolorosa gubiada precisamente por un jerezano. La razón era muy sencilla: con esa misma vestimenta vieron por primera vez a la Virgen de la O los cofrades de la Defensión en el taller de Álvarez Duarte. Una foto de aquella visita ha servido de cartel conmemorativo de este L aniversario (ver).
Pero no acabaron ahí los préstamos sevillanos, ya que para la procesión extraordinaria de vuelta al Convento de Capuchinos, la Hermandad de la Macarena cedió el conocido como manto de los Cisneros de la Virgen de la Esperanza; manto realizado con parte de los bordados del antiguo palio rojo macareno, de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que pasaron a un manto de camarín de terciopelo verde. La Macarena y la Defensión tienen mucha relación, dado que la Centuria Romana Macarena acompaña cada Martes Santo al Santísimo Cristo de la Defensión.
No salió, sin embargo, la Virgen de la O sobre su paso de palio, sino que la imagen fue entronizada sobre el paso del Cristo de las Almas, de la Hermandad Sacramental de Santiago. En él se colocaron la peana de salida de la dolorosa y los faroles de entrevarales en sus cuatro esquinas. Como la Esperanza de la Yedra el día anterior, el exorno floral mezcló flores habituales, como las rosas o las astromelias, con otras propias de la Navidad, como el acebo.
En cuanto a la vestimenta de la Virgen de la O, además del manto de la Macarena llevó una saya burdeos bordada en oro, un fajín rojo con borlones dorados, un tocado de encaje, su corona de salida, un puñal, una cruz pectoral, un pañuelo y tres rosarios.
A las once y media comenzó la procesión, saliendo por la puerta del colegio que da a la calle Zaragoza, por el acceso de los alumnos de Infantil. La cruz alzada entre faroles abría el cortejo, que contaba con dos tramos de nazarenos con cirios, estando el segundo encabezado por el estandarte corporativo. Y antes del paso, los acólitos con cuatro ciriales.




 A las órdenes del capataz Manuel Jesús Elena, el paso con la Virgen de la O bajó la rampa de madera con la que se salvaban los escalones del colegio hasta la calle. En ese momento, la Banda de Música de la Soledad de Cantillana, que esperaba a un lado de la puerta, tocó el Himno de España y a continuación una de las dos composiciones que se han estrenado con motivo del cincuentenario de esta dolorosa jerezana: "Virgen de la O, Esperanza de los niños", de Carlos Puelles Cervantes.
Bajo un intenso sol, aunque con un viento algo fuerte en ciertos momentos, la Virgen de la O brillaba con una vestimenta tan colorida, en contraste con la que la caracteriza bajo su palio el Martes Santo. El paso giró a su izquierda y, tras una primera parada, avanzó a los sones de la imprescindible partitura de Abel Moreno de título "Cristo de la Defensión".



















Tras la marcha dedicada al crucificado de José Esteve Bonet, el capataz dedicó la siguiente levantá a los niños no nacidos, "esos santos inocentes que no llegan a ver la vida". Acto seguido, la Virgen de la O emprendió el giro a la calle Compañía de María a los sones de "Nuestro Padre Jesús". Después, la banda calló porque cogió el testigo el coro del colegio, que desde los balcones de su fachada principal le cantó a la Virgen al tiempo que caía una gran petalada.
















Antes de alcanzar la plaza de San Andrés, Manuel Jesús Elena acercó al paso a Miguel Perea, quien durante muchos años retransmitió la Semana Santa a través de Onda Jerez y que actualmente forma parte del equipo de Cofrademanía. El capataz le dijo a los costaleros que la siguiente levantá iba por "un costalero sin faja ni costal, que ha necesitado a la Virgen y que durante mucho tiempo la llevó a todos los que no podían verla". El propio Miguel Perea tocó el llamador y el paso se levantó, siempre a pulso, para salir a la plaza de San Andrés mientras la banda de Cantillana retomaba su labor con la marcha "Procesión de Semana Santa en Sevilla", composición que se inició por segunda vez, aunque se interrumpió cuando el paso se detuvo poco antes de girar hacia la calle Antona de Dios.
Con "Sevilla cofradiera" se produjo ese giro y después se pudo escuchar en dicha calle la otra nueva marcha del cincuentenario, compuesta por Pedro Soriano Gago, titulada "Es la Virgen de la O", que es lo que dijeron los cofrades de la Defensión que hace cincuenta años acudieron al taller de Álvarez Duarte.
Más adelante, tras una chicotá a tambor, se dedicó una levantá a una señora de nombre Josefa, por la que se rezó un Ave María en presencia de Elena y María José Aguilar, que se acercaron hasta el paso acompañadas por el hermano mayor de la Defensión, Fernando Barrera. A continuación, el paso continuó su camino, ahora con la marcha "Virgen del Valle".

























Con la marcha de Vicente Gómez Zarzuela, la Virgen de la O llegó a la altura de la fachada lateral de la Parroquia de San Pedro, junto al retablo cerámico de la Virgen de Loreto, dolorosa que también ha salido a la calle en este diciembre extraordinario (ver). Después, tomó la calle Bizcocheros mientras la banda tocaba "Siervos de tus Dolores", a la que luego siguió "La sangre y la gloria" para salir a la calle Larga.




















"Cristo en la Alcazaba" fue la marcha que sonó para el breve tramo de la calle Larga que recorrió la Virgen de la O en esta salida extraordinaria. Con ella pasó por delante del Convento de Santo Domingo y del belén instalado ante su fachada. 
A continuación, pasó a la calle Porvera con "Cordero de Dios", a la que siguió después "La Soledad". Y es que la Reina de la Porvera, y así de hecho se llama una marcha que tiene dedicada desde 2014, es la Virgen de la Soledad. Fue éste, por tanto, un guiño musical de la Hermandad de la Defensión a la de la Soledad al pasar bajo los frondosos árboles de la calle que discurre a la vera de la antigua muralla.



















Pero no llegó la Virgen de la O hasta la Iglesia de la Victoria, sede de la Soledad, sino que abandonó Porvera antes, tomando la calle Gaitán, como en la noche del Martes Santo, en el tramo final de su estación de penitencia. En ella, en su calle, como dijo el capataz, se adentró la dolorosa de Álvarez Duarte con una nueva interpretación de "Es la Virgen de la O", seguida después por "Virgen de la O, Esperanza de los niños". Las dos composiciones del cincuentenario de la imagen sonaron así una detrás de la otra.
En la calle Gaitán tuvo lugar el último de los relevos de costaleros. Por eso, a los que salían ya del paso el capataz les hizo saber lo orgulloso que estaba de su trabajo llevando a la Virgen de la O y les despidió con un "que Dios os bendiga". A continuación, el paso se levantó y la Banda de la Soledad de Cantillana comenzó a tocar "Jerusalén", aunque la marcha fue lamentablemente interrumpida cuando el paso se detuvo antes de que finalizara la partitura.















Desde Gaitán, la Virgen de la O salió a la amplitud de la plaza del Mamelón cuando la banda interpretaba de nuevo "Cristo de la Defensión", con la que el paso se dirigió a la calle Sevilla. En la siguiente parada Manuel Jesús Elena quiso dedicar la levantá a su propia hija. "Mi hija María está viendo a la Virgen por primera vez en la calle; quiero pediros que este trabajo se lo ofrezcáis a la Virgen por ella", dijo.
Acto seguido, la Virgen de la O enfiló los últimos metros de esta procesión mientras sonaba "Tus Dolores son mis Penas", tras la que la banda interpretó "Valle de Sevilla" casi en la esquina con la calle Divina Pastora.

















Ya en Divina Pastora, el capataz les dijo a los costaleros que estaban debajo lo mismo que les había dicho a los que habían terminado su labor en la calle Gaitán. Entretanto, un hombre aprovechó para recitar un poema en honor a la Virgen de la O que recibió el aplauso de algunos de los presentes al finalizar.
A continuación, sonó por tercera vez "Cristo de la Defensión" mientras el paso giraba para entrar en el Convento de Capuchinos. Cuando acabó la marcha del crucificado de la hermandad, la banda interpretó el "Ave María" de Vavilov, que finalizó cuando la Virgen de la O ya estaba dentro del templo. Un hermano de la corporación parecía tener mucha prisa por cerrar la puerta, incluso aunque la composición no hubiera terminado, aunque afortunadamente otro le indicó que la dejara abierta hasta que sonara el Himno de España, lo que ocurrió cuando pasaban dos minutos de las dos y media de la tarde.

















De esta forma, finalizó la conmemoración de los cincuenta años transcurridos desde que a Jerez llegara la única imagen titular salida de las manos de Luis Álvarez Duarte que procesiona en la Semana Santa de la ciudad gaditana; aquélla que, cuando la vieron sus cofrades, les hizo asegurar con total convencimiento: "Ella es la Virgen de la O".

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