La Hermandad de la Resurrección celebró ayer, domingo, el solemne besapié al Señor, que fue situado para ello en el presbiterio alto de la Iglesia de Santa Marina, sobre su habitual peana de madera dorada y en el centro de una alfombra cuadrada. Sobre la cabeza contaba con las potencias de salida.
Detrás, el ángel que lo acompaña en su paso ocupaba el lugar de culto del Señor y tenía ante sí diversos candeleros con velas blancas de gas. En la parte inferior había dos candelabros y, en el centro, un templete con el relicario que contiene una piedra del Santo Sepulcro de Jerusalén. En los laterales se dispusieron pequeños doseles y ante cada uno de ellos una jarra, cuatro candeleros, una sacra y una pareja de los ángeles de las esquinas del paso estrenados el año pasado.
Hay que indicar que el exorno floral estaba repartido entre las dos jarras mencionadas, un centro ante el ángel y cuatro más pequeños en la parte baja del retablo, y constaba de calas, rosas, fresias, crisantemos, matiola, barbatus y hoja de roble, todo ello de tonalidad rojiza.
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