La Hermandad del Polígono de San Pablo expuso en besamanos a Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado el pasado fin de semana. Y decimos besamanos, pese a que la propia hermandad hablaba de "veneración" porque, al menos durante el tiempo que estuvimos en la Parroquia de San Ignacio de Loyola haciendo este reportaje, a los devotos se les permitió besar físicamente las manos del Señor, lo cual, por cierto, es de agradecer dado que estamos ya en 2023.
El Cautivo se presentó a los devotos en el presbiterio alto del templo vestido con una túnica morada lisa y elevado sobre una peana de madera dorada y policromada. En ella había un pequeño monte de corcho con diversas flores, mientras que ante la imagen había un centro con flores moradas, principalmente lirios. En la cabeza llevaba sus potencias de salida y en el pecho el escapulario trinitario, un alfiler con su advocación, un broche y las letras JHS en el nudo del cíngulo.
Flanqueando al Señor veíamos dos ángeles mancebos con faroles, dos jarras del paso de palio de la Virgen del Rosario con lirios morados sobre sendos pies de base cuadrada y dos altos blandones de madera dorada con cirios blancos. Detrás se ubicó el dosel de cultos del Cautivo de San Ildefonso, elemento que hace algunas semanas pudimos ver también en el besamanos a la Soledad de San Lorenzo (ver).
Por último, hay que comentar que al fondo había un larguísimo cortinaje de terciopelo rojo, mientras que del techo colgaban un total de cinco lámparas de araña de cristal.
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