La obra cumbre de Luis Ortega Bru, el misterio del Descendimiento de Jerez, de la Hermandad de la Soledad, estuvo expuesto en solemne veneración durante la jornada del pasado domingo, permitiendo contemplar con detenimiento cada detalle de un conjunto escultórico absolutamente monumental.
Todas las imágenes del misterio fueron situadas en el presbiterio de la Iglesia de la Victoria, ante un cortinaje de damasco morado que cubría el retablo mayor. En cualquier caso, no se encontraban en la misma posición en la que salen a la calle cada Viernes Santo, llamando especialmente la atención la posición del Cristo, que no estaba en la cruz, sino ya descendido, como si su cuerpo fuera a ser ya amortajado.
La Virgen de las Tristezas se situaba justo delante de la cruz, en cuya parte alta estaban José de Arimatea y Nicodemo, en el lado izquierdo se encontraban las tres Marías, y San Juan en el derecho. El Cristo del Sagrado Descendimiento estaba dispuesto sobre una sábana blanca, en la que se podían ver la corona de espinas y los tres clavos. Y junto a ellos, la palangana y cuatro guardabrisas con velas moradas.
Alrededor del conjunto había un ancho friso de lirios morados entre hojas verdes. Además, en los laterales se ubicaron un total de seis blandones oscuros con cirios morados y dos jarras del paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Soledad también con lirios morados sobre sendos pies de base cuadrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario