miércoles, 9 de noviembre de 2022

LA HERMANDAD DE TODOS LOS SANTOS ELIGIÓ LAS ESTRECHECES DE SU BARRIO


La Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos escoge cada año un itinerario diferente para su salida procesional. En la del pasado domingo la corporación se decantó por las calles más estrechas del barrio, las ubicadas a la espalda de la Parroquia de Omnium Sanctorum, después de varios años en que llegó a pasar por la amplia Alameda de Hércules.
A las seis y cuarto de la tarde debía comenzar esta salida, que siempre concentra a un amplio número de devotos y cofrades alrededor de la imagen que tallara Roque Balduque a mediados del siglo XVI. Seis minutos antes se abrieron las puertas de la parroquia y la cruz de guía se plantó bajo la ojiva a la espera de que llegase la hora exacta de la salida.
Tras ella iban varios niños con cirios blancos y después el guión de la escuela parroquial y las banderas asuncionista y concepcionista, así como las representaciones de las otras tres hermandades de la feligresía, el Carmen de Calatrava, el Carmen Doloroso y los Javieres. A continuación, el simpecado daba paso a otro tramo de hermanos con cirios, el libro de reglas, algunos cirios más y el estandarte corporativo delante de la presidencia y del cuerpo de acólitos.








El paso, comandado por Antonio Santiago, su hijo y sus auxiliares, recorrió desde el presbiterio toda la nave central del templo hasta quedar detenido poco antes de la puerta. Seguidamente, se levantó y realizó la salida por la ojiva, momento en que la Banda de Música del Maestro Tejera interpretó el Himno de España, tras el que el paso volvió a detenerse.
"Por mi abuelo", dijo Manuel Antonio Santiago antes de que la Virgen fuera al cielo en la levantá y de manera decidida comenzase a avanzar a los sones de "Reina de Todos los Santos", marcha con la que encaró el inicio de la calle Peris Mencheta cruzando Feria.
El paso volvió a parar y después, en la siguiente levantá, se cayó el pendiente de la oreja derecha de la Virgen, continuando a partir de ahí únicamente con el otro. Con "La Estrella Sublime", la Reina de Todos los Santos siguió adelante por Peris Mencheta en una chicotá a la que seguiría después otra a tambor.
























Poco antes del Pasaje González Quijano, primera estrechez por la que iba a pasar en el recorrido de este año, la Reina de Todos los Santos se detuvo junto a un balcón desde el que se tiró una petalada mientras con un foco se iluminaba su rostro. El cambio de hora del fin de semana anterior hacía que rápidamente se fuera la poca luz natural que quedaba.
A continuación, el paso giró hacia el pasaje con la marcha "Coronación de la Macarena", a la que siguió una chicotá a tambor en la que el capataz mandó que los costaleros redujeran el ritmo para que una persona enferma pudiera contemplar a la Virgen desde su ventana durante algunos instantes.
Seguidamente, con "El Corpus", la Reina de Todos los Santos salió a la calle Relator, girando a la derecha para buscar el lado contrario de Feria en dirección a esas callejuelas situadas tras Omnium Sanctorum.
Mientras cruzaba Feria hacia el siguiente tramo de Relator, la Banda de Tejera interpretó la marcha "Todos los Santos", pero antes se dedicó una levantá a la memoria de José Vargas, antiguo miembro de la formación musical, en presencia de algunos de sus familiares.



















Con "Cristo de la Vera-Cruz", la Reina de Todos los Santos continuó su camino por Relator, donde luego hubo una chicotá a tambor hasta que el paso quedó detenido justo en la confluencia con la calle Parras. El repertorio de la Banda de Tejera pareció adaptarse a las calles macarenas por las que pasaba la Virgen, ya que las siguientes tres marchas que sonaron están dedicadas a la Esperanza. La primera de ellas fue "Esperanza Macarena", con la que el paso giró a la calle San Basilio. Luego, después de una levantá en la que se cayó el pendiente de la oreja izquierda, fue el turno de "Macarena", de Emilio Cebrián, en el giro al segundo tramo de esta calle en forma de L, algo dificultoso por la alta concentración de personas que había, y de "Pasa la Virgen Macarena" al tomar Virgen del Carmen Dolorosa.

























"María Santísima del Subterráneo" fue la siguiente marcha que la banda interpretó cuando la Reina de Todos los Santos pasaba junto a la calle dedicada a la dolorosa de la Cena de camino a la plaza del Cronista. Después, tras un breve discurrir por una parte algo más amplia, el paso volvió a las estrecheces al tomar la calle Divina Pastora, a la que accedió a los sones de "Virgen de las Aguas".
Instantes después, con "El Cachorro. Saeta sevillana", la Virgen siguió adelante y, tras una breve chicotá a tambor, tomó González Cuadrado en una lenta revirá con la marcha "El Refugio de María". Qué contraste la tranquilidad en el discurrir de la Reina de Todos los Santos por esta parte del barrio a la algarabía y la lluvia que encontró en septiembre la Pastora de Santa Marina (ver). Más adelante, el paso giró a Cruz Verde con "La Esperanza de Triana".
















El cuidado repertorio de la Banda de Tejera se decantó después por una marcha clásica, pero de corte alegre, como es "Pasan los campanilleros", para la revirá con la que el paso de la Reina de Todos los Santos volvió a pisar la calle Feria. Quedaba poco para que finalizara esta salida procesional para la que la Virgen vestía el manto rojo bordado en oro a realce a finales del siglo XVIII y transformado en 1939 en el taller de Esperanza Elena Caro. En cuanto al exorno floral, hay que comentar que consistió en nardos, gladiolos y rosas.
La siguiente marcha que se interpretó tras el paso fue "Hiniesta Coronada", y después se enlazaron "Soleá, dame la mano" y "Reina de Todos los Santos", con las que alcanzó la parroquia y giró ante la puerta preparada para la entrada.






















La última levantá en la calle la realizaron los costaleros a pulso, y a continuación se produjo la entrada del paso en Omnium Sanctorum, que la banda rubricó con el Himno cuando faltaban doce minutos para las diez de la noche.
Una vez dentro, sonaron en el templo algunos acordes de la marcha "Reina de Todos los Santos" mientras el paso era conducido hasta el presbiterio, donde quedó definitivamente arriado. Las oraciones finales por los hermanos difuntos y el canto de la Salve Regina pusieron el punto final a una de las salidas procesionales de sabor más clásico dentro del universo de las corporaciones letíficas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario