La tradición se cumplió y los sevillanos de la capital y de sus municipios se reencontraron en la mañana de este 15 de agosto con la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, la Virgen de los Reyes, que salió a las calles por los alrededores de la Catedral.
Con rigurosa puntualidad, a las ocho de la mañana aparecía por la Puerta de los Palos el paso, con la tumbilla estrenada el año pasado y entre los repiques de las campanas de la Giralda. Delante, un cortejo encabezado por la Banda Sinfónica Municipal y por los niños carráncanos, a quienes seguían los miembros de la asociación de fieles, la Sacramental del Sagrario, el Consejo de Hermandades y Cofradías, y los canónigos de la Catedral.
Destacaba como novedad este año la restauración del manto verde, regalado en 1853 por la reina Isabel II, obra de las Hermanas Gilart. El taller de Sucesores de Caro se ha encargado de esta restauración que se decidió hace unos años, pero que resultó paralizada por la pandemia. Las circunstancias han hecho que su estreno haya coincidido precisamente con el Año Jubilar de la Esperanza.
Tras salir a la plaza que lleva su nombre, donde hubo una breve parada a los pies de la Giralda, la Virgen de los Reyes tomó la calle Cardenal Carlos Amigo, en cuya esquina con Alemanes tuvo lugar la primera de las posas, o giros completos del paso, que se detiene mirando hacia el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, que aprovecha estas paradas para la lectura de algunos textos al tiempo que de fondo se escuchan nuevamente las campanas repicando.
Tras la primera posa, el paso, adornado con enormes mazos de nardos en las esquinas y por astromelias blancas entre ellos y a lo largo de todo el friso, reanudó su camino tomando la calle Alemanes, donde realizó dos paradas, una a la altura de Álvarez Quintero y la otra poco antes de alcanzar la confluencia con la avenida de la Constitución.
Y así llegamos a la segunda posa, con la Virgen ya en la avenida, pero volviéndose de nuevo a Alemanes, desde la que el sol del día recién iniciado iluminó su rostro y el del Niño, así como el pecherín de brillantes que ha portado en esta ocasión.
Durante el recorrido de la Virgen de los Reyes se iban sucediendo los cánticos de la coral polifónica de la Catedral con las marchas que a lo lejos interpretaba la banda de la compañía del Ejército que cerraba la procesión. Y es que, entre el arzobispo, acompañado por los obispos auxiliares, y el Ejército van las representaciones de las autoridades civiles.
Por la avenida de la Constitución, Fray Ceferino González, plaza del Triunfo y plaza de la Virgen de los Reyes se completó el breve recorrido de la procesión de la Patrona, que a eso de las nueve y media entró nuevamente en la Catedral por la misma Puerta de los Palos por la que había salido.
Y cumplido el reencuentro de la Virgen de los Reyes con las calles que la ven pasar cada año desde hace cerca de ocho siglos, volvió al trascoro para la celebración de la misa estacional de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen, presidida por el arzobispo, quien se había encargado de realizar la primera llamada al paso en el momento de la salida; una salida que se volverá a producir dentro de doce meses.