miércoles, 19 de noviembre de 2025

EL MUSEO CERRÓ EN LA CAPILLA LOS ACTOS DE SU CDL ANIVERSARIO FUNDACIONAL


La Hermandad del Museo aprovechó la pandemia para eliminar de sus cultos habituales el besamanos y el besapié a sus imágenes titulares, que no parece que vayan a volver. De hecho, una semana después de sus salidas extraordinarias (ver y ver), la cofradía celebró lo que en condiciones normales habrían sido un besapié y un besamanos de carácter igualmente extraordinario.
Al haber suprimido ya sine die ambas cosas para mantener a los devotos alejados de las imágenes, en su lugar lo que el pasado fin de semana se llevó a cabo fue simplemente una colocación del Cristo de las Expiración y de la Virgen de las Aguas en lugares distintos a los habituales para que fueran contemplados así por quienes asistieran a la capilla.
Empezando por el crucificado, se encontraba en el presbiterio de la capilla, ante un gran cortinaje de damasco morado que cubría el retablo mayor. Un cortinaje que en su parte superior tenía un resplandor en forma de sol y unas piezas de madera dorada. El Cristo llevaba sus nuevas potencias, de plata chapada en oro, realizadas por Joaquín Ossorio con motivo del CDL aniversario de la hermandad.
A los pies de la cruz, el Cristo de la Expiración contaba con un alto monte de flores y hojarasca, y además estaba flanqueado por cuatro jarras doradas sobre sendos estípites con las mismas flores del monte colocadas en forma cónica, y por dos grandes candelabros de guardabrisas con velas blancas.
Por su parte, María Santísima de las Aguas fue ubicada ante el retablo de San Ramón Nonato, sobre una peana cubierta con algunos paños de terciopelo burdeos y entre cuatro blandones dorados con cera blanca y dos jarras de su paso de palio sobre otras columnas de madera dorada con diversas especies florales de color blanco.
La Virgen de las Aguas estaba vestida igual que en la salida extraordinaria, aunque en este caso estaba colocada de pie y no arrodillada. Así, lucía saya burdeos y el manto azul cedido por la Hermandad de la Quinta Angustia. Lamentablemente, se le retiraron sus manos originales entrelazadas de Cristóbal Ramos para ser sustituidas por las que se le hicieron a la imagen hace algo más de cien años para su primera salida bajo palio.










































lunes, 17 de noviembre de 2025

NUESTRA SEÑORA DEL PRADO, EXPUESTA EN BESAMANOS EN EL SALVADOR


La Hermandad de Nuestra Señora del Prado celebró este fin de semana el besamanos a su imagen titular en la Capilla de los Desamparados de la Iglesia del Salvador, en la que recibe culto a diario. En el presbiterio de dicha capilla encontrábamos a la imagen elevada sobre una peana de madera dorada cedida por la Hermandad del Amor, y sobre otras dos de menor tamaño; la más alta de estilo rocalla con el nombre de la Virgen en una cartela frontal.
Para este culto la Virgen del Prado vestía un manto de terciopelo color salmón y una saya blanca, ambas piezas bordadas, mientras que el Niño Jesús contaba con una túnica a juego con la saya. Lucía la Virgen la corona, la ráfaga y la media luna de sus salidas procesionales, sujetaba un cetro y un rosario en la mano derecha, y contaba con una cruz pectoral y algunos broches, además de un juego de pendientes. El Niño, por su parte, llevaba otro rosario, una bola del mundo y unas pequeñas potencias doradas.
Flanqueaban a la Virgen del Prado diez candeleros con cera blanca, cinco a cada lado, y dos grandes centros florales con variadas especies de distintas tonalidades. Además, a la derecha veíamos el estandarte corporativo, mientras que a la izquierda se alzaba el banderín de la Agrupación Musical Santa Cecilia, encargada de acompañar a la Virgen con sus sones en la salida procesional.