La Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen del Santo Ángel ha comenzado este fin de semana los cultos en honor a su imagen titular con el besamanos, que por segundo año consecutivo tiene lugar en el crucero del templo; concretamente, en el lado de la Epístola, con la imagen situada ante el altar de la Inmaculada Concepción.
La Virgen se encuentra sobre una alfombra y una peana de madera policromada en la que está colocada una media luna de plata realizada en 2004 por Orfebrería Triana. Luce su manto y corona de salida, de 2007 y del siglo XIX, respectivamente, además de vestir la saya y el escapulario de terciopelo marrón bordados en oro en el siglo XVIII, que igualmente suele llevar en su procesión. También cuenta con un tocado de encaje de Bruselas, un cetro en la mano derecha y los escapularios de mano de sus salidas procesionales. Por otra parte, tiene diferentes joyas y un rosario de oro, mientras que el Niño viste un traje de tisú de plata bordado en oro en 2018 y su corona procesional.
Junto a la Virgen del Carmen vemos dos faroles en el suelo con diversas flores de color blanco ante ellos. Detrás, ante un cortinaje de damasco rojo que oculta el retablo de la Inmaculada, se alza un montaje compuesto por parte de los respiraderos y faldones del paso, sobre los que hay un trono entre jarras con las mismas flores descritas. En los laterales hay dos tallas de ángeles y varios candeleros con cera blanca.
En los laterales se sitúan dos blandones y dos columnas de madera dorada de fuste salomónico sobre las que hay sendos candelabros plateados con cinco velas blancas cada uno. Y en el lado izquierdo se encuentra el estandarte corporativo. Finalmente, hay que mencionar que del cortinaje de damasco cuelgan tres resplandores y en la parte superior hay una corona de gran tamaño y unas guirnaldas de flores.
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