jueves, 21 de abril de 2022

LUNES SANTO 2022: ENTRE LA REALIDAD Y EL DESEO

Desde meses antes ya se apuntaba a una posibilidad que podría producirse en la Semana Santa recién acabada. En caso de duda por malas previsiones meteorológicas (que no climatológicas, volvemos a insistir) y tras dos años en blanco por la pandemia, las hermandades iban a ser más valientes de lo habitual para echarse a la calle. ¿Eso es lo que pasó este Lunes Santo? Parece claro que sí. Y como prueba definitiva, el tweet de cierta hermandad anunciando una salida que parecía absolutamente increíble. Vamos a repasar lo ocurrido.
Lo cierto es que el día no amaneció mal. Había nubes, sí, pero también grandes claros. Así que, visto lo visto, la Hermandad del Polígono de San Pablo salió a la calle. Era la primera y decidió salir, pese al larguísimo itinerario que tenía por delante y el escaso convencimiento general de que pudiera librarse del agua con un horario que va de las once y media de la mañana a las dos de la madrugada.
Así que allá que fue la cofradía más joven de la jornada, a la que ya le tocó en 2010, sólo dos años después de su estreno en el Lunes Santo, sufrir una 'mojá' considerable prácticamente desde Luis Montoto hasta que se refugió en el Salvador.
El paso de misterio del Cautivo y Rescatado es, como se sabe, otro Desprecio de Herodes. Si el día anterior veíamos el de la Amargura, donde Jesús ya aparece vestido de blanco, aquí vemos el momento previo a colocarle la vestimenta blanca al Señor. Es decir, en ambos casos el desprecio ya se ha producido.
La novedad, o medio novedad, ha estado este año en el acompañamiento musical. Y es que la Banda de las Tres Caídas y la de San Juan Evangelista han vuelto a ir tras el misterio, aunque el cambio ha sido en cómo se han repartido el recorrido. Si antes la primera iba hasta la Catedral y la segunda hacía la vuelta, este año la de las Tres Caídas iba a reservarse todo el tramo céntrico del itinerario, desde la Puerta de Carmona hasta María Auxiliadora, ocupándose de los tramos de ida y vuelta extramuros la de San Juan Evangelista.
El sol se asomaba y se escondía mientras el misterio recorría la recta de las calles Pedro Romero y Doctor Laffón Soto. Una mujer intentó en dos ocasiones cantarle una saeta al Cautivo de San Pablo. A la segunda lo consiguió, aunque fue algo breve. La mujer, en cualquier caso, se dio por satisfecha por haber cumplido, quién sabe, su promesa al Señor de los ojos verdes. Por esta misma zona, el capataz, José Zambrano, quiso dedicar la levantá a Ignacio, un compañero costalero que se retiró de las trabajaderas hace unos años.
El paso cruzó la calle Éfeso hacia la avenida de la Soleá con la marcha "Cristo del Amor", a la que seguiría después, bajo unas nubes realmente amenazantes, la composición "Dulce Nombre".




































Con bastante celeridad iba el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario Doloroso por estas amplias avenidas de la primera parte del recorrido de la corporación. Presentaba como estreno la saya de salida, bordada por Charo Bernardino en oro y plata sobre tisú también de plata, siguiendo el estilo del propio palio, estrenado en 2018 y realizado por la misma bordadora.
En el camino de ida es la Banda de Música de Las Cigarreras la encargada de acompañar a la Virgen del Rosario, cuyo paso de palio contaba con uno de esos exornos florales a base de una generosa mezcla de especies y colores que tan de moda está. Asimismo, las esquinas estaban profusamente adornadas al estilo hoy casi reservado a la Esperanza de Triana.
Con la marcha "Coronación" avanzó el palio por Doctor Laffón Soto y, tras un relevo de costaleros, pasó a la avenida de la Soleá a los sones de "Y en Triana, la O". Después sería el turno de "Virgen de las Aguas", quizá como guiño a la cofradía decana del día, quizá como especie de conjuro para que esas aguas que parecía que fueran a caer en cualquier momento se mantuvieran quietecitas... Tras el manto de la Virgen, la representación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), hermanada con la corporación.























Con la Hermandad del Polígono de San Pablo camino del centro, se supo que en el Tiro de Línea se tomaba la misma decisión y Santa Genoveva, a la que luego iremos, estaba también saliendo. El tercer punto de interés estaba en la Hermandad del Beso de Judas, que este año, debido al cierre por obras de Santiago y a la imposibilidad de salir de San Ildefonso, salía del Santuario de los Gitanos.
Eso adelantó la salida hasta las dos de la tarde y, efectivamente, a esa hora comenzó su estación de penitencia. Un itinerario inédito iba a recorrer la hermandad desde la salida hasta Juan de Mesa, pasando por los alrededores de la Puerta Osario. Así, al salir a la plaza del Señor de la Salud, tomó la calle Verónica.
Un escenario distinto pero muy bonito el que rodeaba al paso de Nuestro Padre Jesús de la Redención, cuyo exorno floral, a base principalmente de anthurium verde, entre otras especies del mismo color, además del olivo, se confundía con el verde de los naranjos y palmeras de este espacio de la ciudad, que veía salir nazarenos a plena luz del día.
El paso es una maravilla, aunque chirría y seguirá chirriando ver a Judas con túnica bordada... Y la Agrupación Musical de la Redención ponía todo de su parte para que su Señor se luciera por las calles en este nuevo Lunes Santo, poniendo la banda sonora al andar del paso. La revirá de Verónica a Butrón, sin embargo, fue demasiado rápida y sin concesiones. Los que veían en este punto al Señor de la Redención, a los sones de "Señora de Sevilla, Macarena", se quedaron con ganas de más.



















Más tarde, abandonó el Santuario de los Gitanos el paso de palio de María Santísima del Rocío, que recibió una importante petalada desde el edificio situado frente al templo. Tras el palio se estrenó la Banda de Música de la Cruz Roja, que interpretó "Rocío" para su discurrir por la calle Verónica.
En el pecherín, sobre una medalla de la Virgen del Rocío de Almonte, la dolorosa llevaba un alfiler con el escudo de la Hermandad de los Gitanos, subrayando así la unión entre ambas corporaciones. No se trata sólo de que la cofradía de la Madrugá haya cedido su casa a la del Lunes Santo como ocurrió a la inversa en los noventa, sino que Los Gitanos amadrinó al Beso de Judas en sus orígenes, cuando la cofradía de Santiago aspiraba a ser la séptima de la Madrugá.
Con la marcha "La rosa del Lunes Santo", el paso de palio, en el que veíamos también una combinación floral y cromática, dejó atrás Verónica para tomar Butrón y Gallos en dirección a la Puerta Osario.

































El Lunes Santo seguía su curso y se mantenía... en tenguerengue, podríamos decir. Y es que cuando la Hermandad de Santa Genoveva accedía al centro por el Postigo y la Puerta del Arenal cayeron algunas gotitas que, de momento, no pasaron a mayores, aunque sirvieron para recordarnos que la cosa no estaba como para fiarse mucho.
En cualquier caso, por la Puerta de Jerez y rodeado de muchos vecinos del Tiro de Línea conquistaba la avenida de la Constitución el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo, que ha vuelto a salir este año con la túnica morada bordada en oro, mientras que su paso no se ha resistido tampoco a la moda de las combinaciones florales.
Guiado por los Villanueva, el paso, cuyo llamador incluye una gubia en recuerdo de su autor, Antonio Martín, fue ganando metros y los capataces advirtieron la presencia del hermano mayor de San Bernardo, Javier Gómez García, a la altura del edificio de Correos. Por esa zona el paso se detuvo para a continuación seguir hacia Almirantazgo mientras la Agrupación Musical Pasión de Linares, que por segundo año ha acompañado al Cautivo, tocaba "Señor de San Román".





































Y sorprendentemente cerca, para la cantidad de nazarenos que tiene la cofradía y que andaban muy apretados los unos a los otros, iba el paso de palio de Nuestra Señora de las Mercedes, cuya convalidación canónica de su coronación tuvo lugar, como en el caso de la dolorosa de San Roque, hace veinticinco años.
La Virgen de las Mercedes, que este año combinaba su manto rojo de salida con una saya azul, seguía los pasos del Cautivo y avanzaba por la avenida, donde la Banda de Música del Carmen de Salteras tocó "Madre de los Gitanos Coronada". Ante el hermano mayor de San Bernardo el palio, adornado con diversas flores de tonalidad blanca, hizo una levantá por la cofradía del Miércoles Santo.



























Y en Triana, mientras tanto, la Hermandad de San Gonzalo ocupaba la totalidad, y más allá, de la calle San Jacinto. El Señor en su Soberano Poder estrenaba la túnica, bordada en oro sobre terciopelo morado por José Librero, autor también de los nuevos ropajes de las figuras secundarias, con orfebrería de Jesús Domínguez y diseño de José María Leal.
Lo bueno que tiene que la mayoría de la gente que ve esta cofradía por San Jacinto se concentre en las inmediaciones de la Capilla de la Estrella para ver las coreografías habituales, es que el resto de la calle permite hasta caminar junto al paso de misterio con relativa comodidad.
Así, hasta que llegó al azulejo de la Virgen del Rocío en la fachada de la Parroquia de San Jacinto, donde cada año recibe a la cofradía una representación de la Hermandad del Rocío de Triana. Junto a ella, una mujer cantó una saeta y, a continuación, el misterio se levantó y fue hacia la Capilla de la Estrella mientras la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras tocaba "Y tú, Estrella".







































Curiosamente, antes de esa chicotá que llevó al misterio de San Gonzalo ante la Estrella, un nazareno le dijo a su capataz, Manuel Jesús Garduño: "Va a llover ya, pero no pasa nada; nos vamos de frente". La hermandad estaba advertida de que venía agua, pero se esperaba que fuera una cosa leve y pasajera. Dicho y hecho, cuando el paso de misterio estaba en la Estrella y el paso de palio de Nuestra Señora de la Salud dejaba atrás la avenia de Coria empezó a llover, aunque no tan levemente.
El paso andaba deprisa, pero seguía el itinerario previsto, que tenía en el Hospital Infanta Luisa su siguiente punto de interés. De hecho, el palio se volvió y se acercó hasta la fachada cuando ya apenas llovía. Desde las ventanas, el personal sanitario lanzó algunos pétalos, aunque la arquitectura moderna de la última reforma del edificio no pensara mucho en facilitar demasiado esta labor tan cofradiera.
Poco después, el paso se levantó y con "Esperanza de Triana Coronada" prosiguió su camino por San Jacinto cuando de nuevo estaba lloviendo. Y así iba a seguir la cosa: lluvia más o menos débil, claro, lluvia, claro... La Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas tocó por San Jacinto marchas como "Virgen de la Paz" y "Salve, Rocío de Triana", ésta llegando al azulejo de la Virgen del Rocío.
Ahí una mujer delante del paso quiso iniciar una saeta, pero se vio interrumpida por otra que lo hizo desde un balcón y que acabaría completando la suya. Después, el paso se levantó y siguió con "Coronación de la Macarena", y luego con "Corona de Estrellas" llegó hasta la Capilla de la Estrella.
Hay que indicar que la combinación floral del palio de la Virgen de la Salud era de tonalidad rosa y que en las jarritas delanteras iban las medallas del resto de hermandades del Lunes Santo. Y es que el de 2022 ha sido el Lunes Santo número 100 con cofradías en la nómina. Hace ahora cien años la Hermandad del Museo decidió pasar del Viernes Santo al Lunes, en lo que la acompañó las Aguas, que salía el Domingo de Ramos, saliendo ambas por primera vez en la jornada del Lunes Santo en 1923. Cien años en los que la jornada ha pasado de sus dos cofradías iniciales a las nueve actuales.








































La lluvia no se terminaba de ir. Pero lo cierto es que tampoco se convertía en un chaparrón insoportable. De ahí que se diera la curiosa circunstancia de que la Hermandad del Polígono de San Pablo decidiera quedarse en la Catedral hasta ver cómo evolucionaba la cosa, lo que después también hicieron el Beso de Judas y Santa Genoveva (al Cautivo se le puso un chubasquero), pero San Gonzalo parecía vivir en un universo paralelo en el que brillaba el sol y nada turbaba su habitual andar.
Lo más curioso llegó a través de Twitter por parte de la Hermandad de Santa Marta. En un día así, con esta inestabilidad, los que ya tenemos unas cuantas Semanas Santas a nuestras espaldas sabemos que Santa Marta ni está ni se la espera. Vamos, que nadie podía imaginar que saliera. Pero a través de su red social llegó el mensaje de que la hermandad iba a salir.
Las caras y comentarios de incredulidad dieron paso rápidamente al optimismo: si Santa Marta ha dicho que sale, está claro que no va a llover más en todo el día. Pero no dejaba de llover. Por lo que del optimismo se pasó al chiste: con las prisas al del Twitter se le habría pasado poner "no" en la frase "la hermandad ha decidido (no) salir". El caso es que no pasó mucho tiempo, cuando ya la cofradía debería estar en la calle, para que se hiciera pública la decisión contraria. Santa Marta, como era de esperar, fue la primera hermandad en cancelar su salida en la Semana Santa 'post-pandemia'.
La cosa se torcía y mientras, en el Arenal, la Hermandad de las Aguas decidía esperar hasta que, pasadas las siete de la tarde, y con el cielo más claro (en Sevilla, porque en el Aljarafe estaba negro), la cofradía anunciaba que salía.
En cuanto al resto, el Polígono seguía en la Catedral, también Santa Genoveva y allí iba San Gonzalo (a su ritmo). Pero el Beso de Judas estaba saliendo con intención de regresar al santuario de los Gitanos. Por otro lado, con los mismos partes con los que las Aguas decidía salir, la Vera-Cruz anunciaba que saldría, pero como en 2012; es decir, sin pasos y con la reliquia del Lignum Crucis (ver). Y más tarde supimos que la Hermandad de las Penas de San Vicente cancelaba su estación de penitencia. Un mismo parte meterológico y tres decisiones completamente distintas: las Aguas sale con normalidad, la Vera-Cruz sale sin pasos y las Penas no sale.
Como queda dicho, la Hermandad de las Aguas se puso en la calle y su itinerario fue poco a poco llenándose de gente esperando verla. Y aquí quien esto escribe asistió a un diálogo realmente sorprendente. Una chica, al ver a la gente concentrada en la Puerta del Arenal, preguntó qué hermandad era la que iba a pasar por allí. Un chico de fuera de Sevilla le respondió sin dudar: "El Rosario de Cádiz". La cara de la chica fue todo un interrogante: "¿Cuál?". Y el chico justificó su respuesta: "Es que no sé cómo se llama el paso", hasta que un amigo le ayudó: "Las Aguas, creo". Conclusión: da igual si lo que va encima del paso es un Cristo, de nombre no importa, o un maniquí del Zara; lo importante es que detrás va el Rosario de Cádiz, que es una banda 'to guapa'...
Pues, por si el fan de la banda lee este texto, expliquemos que delante del Rosario de Cádiz iba el Santísimo Cristo de las Aguas junto a Nuestra Señora del Mayor Dolor, a la que está dedicada la marcha "Mayor Dolor en tu Calvario", de Francisco J. Ortiz Morón, que se interpretó a la salida. Le explicaremos también que se llama Cristo de las Aguas porque tras la lanzada brotó sangre y agua del costado de Cristo, que es lo que el ángel situado en la delantera recoge de forma alegórica con el cáliz que lleva en su mano derecha. Ea, pues ya no se le olvida.
Con normalidad, el misterio pasó por la Puerta del Arenal en dirección a la calle Castelar a los sones de la marcha "Marineros de tu fe", a cargo de la Banda del Rosario de Cádiz, que me quiere a mí sonar que es la que va tras el paso el Cristo de las Aguas.




















También hubo estreno musical en el paso de palio de María Santísima de Guadalupe, para la que Abraham Pablos Medina ha compuesto "En tus manos, Guadalupe", que fue interpretada por la Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor en la calle Dos de Mayo.
Después, por Arfe y la Puerta del Arenal, llegó a la calle Castelar, donde comenzó otra vez a llover, ahora con cierta fuerza. En mitad de la calle se hizo un rápido relevo de costaleros mientras la lluvia apretaba. El palio recorrió el resto de la calle a tambor y de un tirón, deteniéndose al final, y ya a partir de Molviedro la lluvia arreció convertida en un auténtico chaparrón que nada tenía que ver con todo lo que había caído hasta ese momento durante la tarde.























La cofradía se mojó a base de bien, como también el Beso de Judas, que se refugiaba en el Salvador. Las Aguas, por su parte, alcanzó a toda velocidad la Parroquia de la Magdalena y allí se metió para resguardarse de un fuerte aguacero. El Lunes Santo quedaba nuevamente en suspenso y, por si no tenía ya argumentos suficientes, le daba a la Hermandad del Museo la justificación definitiva de su fácil decisión: no salir. Y la Vera-Cruz, que había llegado a emprender la salida de su cortejo sin pasos, se dio la vuelta.
Por otro lado, la Hermandad del Polígono de San Pablo se quedó definitivamente en la Catedral con fecha de regreso a su casa por decidir. Unos días después, supimos que la vuelta sería el Sábado Santo a partir de las ocho y media de la mañana. Y también el Beso de Judas decidió quedarse en el Salvador, de donde los titulares partieron en andas este Lunes de Pascua directamente a San Ildefonso, sin regresar al Santuario de los Gitanos.
Y sólo nos queda avanzar hasta el momento en que las dos hermandades refugiadas en la Catedral, Santa Genoveva y San Gonzalo, y la refugiada en la Magdalena, las Aguas, decidían regresar a sus respectivos templos al reducirse ya de noche el riesgo de lluvia. Curiosamente, Santa Genoveva y San Gonzalo abandonaron la Catedral simultáneamente: la primera por la Puerta de los Palos y la segunda por la Puerta de San Miguel. Al mismo tiempo, salía de la Magdalena la Hermandad de las Aguas, que fue por San Pablo hacia la plaza Nueva, para tomar la Avenida de la Constitución.
La cofradía fue mucho más tranquila, a ritmo normal, en su camino a casa. La avenida de la Constitución fue el único tramo de la carrera oficial que pisó, aunque pasando de largo la Catedral para buscar Almirantazgo, a la que el paso de misterio giró a los sones de "El alma de un maestro" por parte de la Banda del Rosario de Cádiz. Era esa banda, ¿no? Creo que sí.

















Por su parte, la Virgen de Guadalupe recorrió la avenida con marchas como "Aniversario Macareno" o "Encarnación Coronada", giró a Almirantazgo con la omnipresente "Triana" y posteriormente, con "Mi Amargura" y "A ti, Manué", alcanzó la Capilla de la Pura y Limpia del Postigo.
Bastante gente acompañó a la hermandad en su vuelta a casa. Al fin y al cabo, fue la única entrada de este Lunes Santo en el centro. Cuando el palio, que se marchó del Postigo con "Virgen de los Estudiantes", estaba casi en la confluencia entre las calles Dos de Mayo y Arfe se oyó la Marcha Real que indicaba que el paso de misterio había entrado.
Seguidamente, la Virgen de Guadalupe fue acercándose a su capilla con las marchas "Como tú, ninguna" y "Siempre la Esperanza", con la que llegó al atrio de la capilla. "Guadalupe, Madre de la Hispanidad" y "Lágrimas de Guadalupe" fueron las últimas marchas que sonaron en la calle para la dolorosa de Álvarez Duarte, que entró definitivamente en su templo con el Himno Nacional a la una y cuarto de la madrugada, que precisamente es justo la hora a la que tenía que hacer su entrada según los horarios oficiales.





















Fue un Lunes Santo raro, complicado para las cofradías, que parece que fueron protagonistas de una lucha desigual entre la realidad de los partes y de la lluvia, y el deseo de salir después de dos años seguidos sin Semana Santa. Y esto afectó tanto a cofradías tradicionalmente más echadas para adelante, como a una que habitualmente no arriesga ni media, aunque sólo fuera sobre el "papel" de una red social.
No es cuestión de rasgarse las vestiduras ni de crucificar a nadie. Lo que pasó este Lunes Santo fue lo normal; nada que no haya pasado mil veces antes; sólo que quizá acrecentado por esas ganas de ver por fin la cofradía de cada uno en las calles. La cuestión es si el chaparrón sufrido por las cofradías en este día influyó de alguna manera en las decisiones del Martes Santo. Comprensible igualmente.

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