viernes, 22 de abril de 2022

MARTES SANTO 2022: UN NUEVO TRIENIO EN BLANCO

Entre los años 2011 y 2013 no hubo Martes Santo en las calles. La lluvia nos robó esta jornada durante tres años seguidos. A decir verdad, en 2011 la Bofetá llegó a salir (tratando de emular aquel 2003 en que fue la primera en llegar a la carrera oficial), aunque, con el palio aún en la plaza de San Lorenzo, se tuvo que dar la vuelta. Fue un trienio realmente horrible para el Martes Santo (2011, 2012, 2013).
Y sólo nueve años después se ha completado otro trienio en blanco. La pandemia nos dejó sin esta jornada (y sin ninguna otra) en 2020 y 2021, y ahora, en este 2022, ha sido la lluvia la que ha impedido que una sola cofradía se atreviera a asomar la cruz de guía. Por impedir, hasta el traslado de vuelta de los pasos de los Estudiantes desde el Rectorado hasta la Capilla de la Universidad se tuvo que dejar para el día siguiente. Éste sería el breve resumen del Martes Santo de 2022. Poco más hay que añadir, pero vamos a intentarlo.
Tras el orden impuesto por el Consejo en 2019, este Martes Santo iba a ser otra vez la primera la Hermandad del Cerro, consiguiendo así San Esteban retrasar su entrada, que hace tres años comenzó cuando aún era de día. Pero para ello, el Cerro tenía que asumir un sacrificio como era el rodeo en el camino de vuelta por la Alfalfa y San Bernardo.
Nada de esto se ha podido probar en la calle porque, con lluvias de cierta intensidad que iban y venían, la hermandad anunció pronto que no saldría a la calle y sus tres pasos (el Señor de la Humildad sólo ha conocido de momento una estación de penitencia) se quedaron en la parroquia de un barrio que cumple un siglo de existencia.
Mal empezaba la cosa, aunque, teniendo en cuenta cómo se presentaba el Martes Santo en lo meteorológico, la decisión fue la más lógica. El barrio piensa ya en la procesión de la dolorosa el próximo 24 de septiembre; la tercera salida extraordinaria prevista en cinco años, aunque las dos anteriores no se pudieron realizar también por la lluvia y por la pandemia.
Tachada de la lista la primera cofradía, fijábamos nuestro interés en la segunda, la de San Esteban, cuya hora de salida este año se situó en las tres menos diez de la tarde. El sol se asomaba cada tanto, pero cuando se escondía no sólo llegaban las nubes, sino también la lluvia. Poca duda. San Esteban tampoco sale. Lo curioso de este Martes Santo es que ni una sola de sus ocho hermandades pidieron ningún tipo de prórroga al Consejo. La cosa estaba clara.
Nos quedamos sin disfrutar del regreso de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes tras el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, el cual iba a salir este año con la clámide púrpura realizada en 2020 por Joaquín Salcedo, inspirada en el diseño de la llamada clámide de las florecillas de los años fundacionales de la hermandad, pieza desaparecida de la que sólo se conocen algunas fotos.















Sólo cinco minutos separaban la hora de salida de las dos siguientes hermandades. La Candelaria debía salir a las cuatro menos cinco de la tarde, mientras que San Benito tenía fijado el inicio de su estación de penitencia para las cuatro en punto.
Se repitió lo que ya habíamos visto con las dos anteriores: ni prórroga ni suspense alguno. Ambas comunicaron que no saldrían a la calle. En San Nicolás tenían al menos el consuelo de haber vivido en diciembre la salida extraordinaria de la Virgen de la Candelaria por el centenario de la hermandad y en noviembre el vía crucis extraordinario de Nuestro Padre Jesús de la Salud hasta la Magdalena.
























La salida extraordinaria de la Encarnación de San Benito está ya más lejos en el recuerdo, en diciembre de 2019. Su palio se quedó en la parroquia junto al paso del Santísimo Cristo de la Sangre, mientras que el misterio de la Presentación al Pueblo recibió a los visitantes en el salón adyacente donde está durante todo el año.














Las posibilidades del Martes Santo quedaban entonces reducidas a la mitad. Cuatro hermandades habían decidido no salir y otras cuatro aún debían pronunciarse cuando llegara su momento, unas tres horas más tarde. Los cofrades, en cualquier caso, no albergaban muchas esperanzas. De hecho, alguien puso una encuesta en Twitter preguntando si veríamos alguna cofradía en la calle y ganaba por goleada la opción de "No".
La siguiente era la Bofetá, cuya hora de salida era las siete menos cuarto de la tarde. Se le adelantó sin embargo la de los Estudiantes, que ocho minutos antes de las siete de la tarde, su hora de salida, hizo público que no haría estación de penitencia y que el traslado de los pasos se intentaría a partir de las diez de la noche, si el tiempo lo permitía; como queda dicho, no lo permitió y tuvo que hacerse a la mañana siguiente.
Y pocos minutos después, la Bofetá seguía el mismo camino y anunciaba que tampoco iba a salir. Como decimos, ninguna cofradía pidió prórroga, pero que no la pidiera tampoco la Bofetá era una evidencia clarísima de que la tarde y la noche tenían poco arreglo.
Desgraciadamente, la Parroquia de San Lorenzo no se abrió para que los cofrades pudieran visitar los pasos. Y tampoco lo hizo la Parroquia de Omnium Sanctorum cuando la Hermandad de los Javieres se apuntó igualmente a la lista de cofradías que no iban a salir este Martes Santo. Nos quedamos sin ver en las calles la nueva gloria del techo del palio de la Virgen de Gracia y Amparo, bordada por Francisco Carrera Iglesias.
Así pues, pasadas las siete de la tarde sólo quedaba una cofradía, la decana del Martes Santo, la Hermandad de Santa Cruz. Faltaba que hiciera oficial lo que ya sabíamos que iba a decidir. Aún recordamos el Martes Santo de 2016 (ver), cuando, tras mojarse varias hermandades y estar en la calle ya con tranquilidad la Candelaria y la Bofetá, Santa Cruz renunció a salir pese a que la amenaza de lluvia prácticamente había desaparecido.
A las ocho y cinco debía haber salido, pero, sin lugar a la sorpresa, se informó de que el Santísimo Cristo de las Misericordias, Santa María de la Antigua y Nuestra Señora de los Dolores tampoco saldrían a la calle, aunque al menos la Parroquia de Santa Cruz sí que abrió sus puertas para que pudiéramos ver los dos pasos, que se presentaron prácticamente en penumbra.
















Llovió, y con bastante fuerza, en los últimos instantes de la tarde del Martes Santo y durante la noche. Las ocho hermandades acertaron al quedarse en casa porque cualquiera de las ocho se habría mojado. Para el debate sobre las cosas imposibles de comprobar queda opinar si lo ocurrido el Lunes Santo con las cofradías que salieron influyó en algo a las del Martes, o si las previsiones de este día eran mucho más claras que las de la jornada anterior.
Lo único que está claro es que, si todo va bien y el Martes Santo de 2023 las ocho cofradías consiguen hacer estación de penitencia, habrán pasado cuatro años de la última vez y sentiremos lo mismo que sentimos a verlas en la calle el Martes Santo de 2014, tras dejar atrás el anterior trienio en blanco de esta jornada.

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