viernes, 29 de abril de 2022

SÁBADO SANTO 2022: OBRAS, ESTRENOS Y COLORIDAS REPRESENTACIONES

Llegamos al Sábado Santo, una jornada más de calor que contó con un prólogo en forma de traslado a su casa de la Hermandad del Polígono de San Pablo desde la Catedral; traslado que resultó bastante rápido para salir del centro, y que luego se ralentizó ya en su barrio.
La cofradía del Lunes Santo aún estaba en la calle cuando comenzó su estación de penitencia la Hermandad del Sol, que ha tenido que modificar este año su recorrido, tanto a la ida como a la vuelta, para esquivar las obras del absurdo tranvía en el que el Ayuntamiento está ahora gastando unos cuantos millones de euros, además de dejar el espacio que ocuparán las vías como un auténtico erial sin sombra alguna. Feliz verano a todos los vecinos.
Por este motivo, vimos escenas curiosas, como el discurrir de la cofradía por el espacio ubicado entre el andén de la parada del tranvía y el carril bici, pasando por delante de la estación de Cercanías y del mamotreto oxidado que, al parecer, es un aparcamiento de bicicletas. No se puede decir que todo este paisaje fuera el más bonito posible para una cofradía del corte del Sol (ni de ningún otro corte). Quizá por eso el paso del Santo Cristo Varón de Dolores de la Divina Misericordia parecía querer correr para alcanzar pronto el barrio de San Bernardo.
El Varón de Dolores, al que tan bien le sentó la modificación de su policromía por parte de su autor, José Manuel Bonilla Cornejo, hace unos años, presidía un paso con un muy variado y curioso exorno floral: lilium burdeos, orquídeas color teja, rosas rojas, iris morados, eryngium, solidago rojo, skimmia, tillansdia, hipericum y varios verdes. Y si quien esto escribe ha sido capaz de enumerar todas estas especies no es por haber estudiado botánica, sino porque la hermandad tuvo a bien ofrecer este dato antes de la estación de penitencia.
Con el acompañamiento de su propia Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol, el Varón de Dolores alcanzó la calle San Bernardo dispuesto a cruzar el puente para acceder al centro por la Puerta de la Carne.














































La Hermandad del Sol tiene una cantidad comodísima de nazarenos y a esta hora de la tarde no había mucha gente en la calle, lo que permite moverse con tranquilidad para buscar y acompañar a los pasos. Por eso sorprende mucho que toda una joven familia plantara sus sillitas de los chinos en la calle San Bernardo para ver sentadita esta cofradía. ¿Hay un sector del público que ya es absolutamente incapaz de disfrutar de la Semana Santa en posición vertical? ¿Se nos está yendo de las manos? ¿O, como decía mi padre, hay gente que ha nacido cansada? Como alguna vez he dicho, la Semana Santa es eso que ocurre mientras algunos prefieren estar sentados contemplando zapatos y adoquines. Ellos se la pierden...
Nuestra Señora del Sol ha ido este año muy bien vestida. Hay que reconocer que, siendo como es una buena dolorosa, también de Bonilla Cornejo, cuando se le sabe sacar partido en la forma de ser vestida gana aún más. Además, el bordado de su palio se ha completado con la terminación de las caídas laterales, con diseño del propio Bonilla, cuya hermana Ana es quien las ha bordado, mientras que Raúl Berzosa ha realizado las pinturas, que hacen alusión al resto de cofradías del Sábado Santo.
Y un estreno más ha sido la miniatura en plata que Jesús Domínguez ha labrado de María Auxiliadora, de las Salesianas de Nervión, comunidad muy vinculada con la hermandad, a la que incluso llegó a acoger años atrás.
Con "La Esperanza de Triana" a cargo de la Banda de Música Nuestra Señora del Sol, el personalísimo paso de palio se adentró en la calle San Bernardo, donde después sonaría "La Estrella Sublime". Poco después el capataz, José Manuel Palomo, dedicó una levantá a Manolo Siles, al que Palomo se refirió como "eterno capataz de nuestra hermandad". Su mujer estaba también presente y les dijo a los costaleros: "Traédmela igual que va".
Más adelante, en la misma calle, hubo otra dedicatoria, esta vez a la Hermandad de San Bernardo, y después la Virgen del Sol, acompañada de San Juan y Santa María Magdalena, salió a Eduardo Dato para subir al puente a los sones de "Virgen de la Paz". Reproducimos, por otra parte, el exorno floral del palio: lilium, orquídeas, rosas, fresias, paniculata, flor de cera, pitas y varios verdes.

































Hacemos como el Sol y vamos al centro de la ciudad, donde a las tres y veinte de la tarde comenzaba su estación de penitencia la Hermandad de los Servitas, cuyo primer paso, el del Cristo de la Providencia y la Virgen de los Dolores, ha estrenado acompañamiento musical, con la Banda de Música de la Soledad de Cantillana sustituyendo a la de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaíra.
Este paso, que en los últimos años ha experimentado modificaciones para completar el diseño que creó el recordado imaginero y ex hermano mayor, Antonio Joaquín Dubé de Luque, ha llevado en las jarras y en el friso del canasto grandes rosas rojas y espinos decorados con pan de oro. Lo de añadirle pan de oro a los exornos florales es una moda que hemos visto este año en varios pasos y que causa un efecto un tanto extraño.
La Virgen de los Dolores abraza el cuerpo inerte de su hijo al pie de la cruz y la banda acompaña ese momento con diversas composiciones de corte solemne, como fue el caso de "Mortis Victor", que sonó tras un relevo de costaleros en la calle Dueñas. Después, se adentró en la calle Santa Ángela de la Cruz con "Soledad de los Servitas".











































En el cortejo del paso de palio ha ido este año una representación de un total de dieciséis hermandades servitas de Andalucía. Esto es algo que estaba previsto que ocurriera en 2020, con motivo del tercer centenario de la incorporación de la hermandad sevillana a la Orden de los Siervos de María. Como la pandemia lo impidió y este año la cofradía servita ha cumplido 50 años como cofradía penitencial del Sábado Santo, ha sido en este 2022 cuando se ha hecho acompañar de las corporaciones servitas de toda la región, dando lugar a un colorido cortejo nazareno.



El paso de palio de María Santísima de la Soledad cerraba el cortejo, girando de Bustos Tavera a Doña María Coronel a los sones de "Nuestro Padre Jesús" a cargo de la Banda de Música de Coria del Río. Ésta ha sido la primera salida procesional de la Soledad desde que fuera restaurada por su autor, Dubé de Luque, durante el verano de 2019. 
Dubé de Luque la realizó retallando una dolorosa anterior de Antonio Castillo Lastrucci y durante aquel verano se ocupó de limpiar su policromía y de eliminar la presencia detectada de algunos insectos xilófagos. Curiosamente, éste fue el último trabajo de relevancia del imaginero, que murió sólo dos meses después.
Un exorno floral de color blanco, compuesto por orquídeas, denbrobium, muscari y allium, adornaba el paso de palio de la Soledad, para la que sonó la marcha "El Cachorro. Saeta sevillana" en la calle Dueñas, seguida posteriormente por "Servitas de San Marcos" en Santa Ángela de la Cruz.
































No lejos de allí, la Hermandad de la Trinidad avanzaba para situar su cruz de guía tras el palio servita en la plaza de la Encarnación. El paso del Sagrado Decreto dejaba atrás Ponce de León y se detenía en Santa Catalina junto a una representación de la Hermandad de la Exaltación, que aguantaba a pleno sol. "Nadie se pone a nuestro lado; ¿por qué será?", decía con humor uno de sus hermanos al ver que toda la gente ocupaba la acera contraria, donde daba la sombra.
Lo comentamos todos los años (todos los que no hay pandemia, claro está): el Sábado Santo es el día de los pasos alegóricos. Al Decreto de la Trinidad y al Triunfo de la Cruz del Santo Entierro se unió en 2010 el Varón de Dolores del Sol. Siempre resulta curioso escuchar las interpretaciones que de estos pasos hacen muchos de los que los ven; y más todavía cuando entre ellos hay un pretendido erudito que ofrece a sus acompañantes explicaciones erróneas sobre lo que tienen delante. Para ese tipo de anécdotas el paso del Decreto es una mina. En Almirante Apodaca un joven explicaba a sus amigos: "Bueno, ése (señalando a San Gregorio) es San Pedro; eso lo tenemos claro, ¿no?". Emmm, pues no.
Pero San Pedro sí estaba. Concretamente, en la parroquia del mismo nombre hacia la que se dirigía el paso del Sagrado Decreto, al que acompañaba interpretando "Resignación" la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras. Anthurium, claveles y lilium, todo ello de color blanco, adornaban este paso que estrenaba la restauración del dragón que simboliza el pecado al que trata de dar muerte San Miguel. Manuel Antonio Ruiz-Berdejo ha restaurado esta curiosa obra anónima del siglo XVII. Y también eran nuevas las potencias de Dios Hijo, de plata sobredorada y rubíes, obra de Antonio José Medina.






















Cerca encontramos el segundo paso, el del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas y María Santísima de la Concepción, que por primera vez contó con Juanma Martín como capataz. Y otra novedad era la restauración de la túnica de Santa María Magdalena, bordada en oro en el siglo XIX, y restaurada ahora por Charo Bernardino.
Sobre un monte de claveles rojos, veíamos una escena previa al descendimiento de Cristo de la cruz, a la que ponía música un año más la Banda de la Cornetas y Tambores de las Tres Caídas, que, tras una parada del paso ante los cofrades de la Exaltación, se marchó hacia Almirante Apodaca mientras tocaba "Al cielo el Rey de Triana".




























Llamó la atención la velocidad con la que por esta zona iba el paso de palio de Nuestra Señora de la Esperanza, acompañada siempre como escoltas por agentes de la Policía Local, cuerpo del que la dolorosa es Patrona.
Desde la plaza Padre Jerónimo de Córdoba, el palio, adornado con claveles y jacintos blancos, alcanzó Ponce de León con la marcha "Esperanza Trinitaria", interpretada por la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva, de Salteras.
Más adelante, sonaron las marchas "Estrella", con la que discurrió por Almirante Apodaca, y "La Virgen de los Desamparados", con la que se marchó hacia San Pedro. Pero todo ello, queda dicho, a una velocidad sorprendente.


























"Si no puedes nada, nada; si puedes poco, poco; si puedes mucho, mucho". Es lo que dice el sobre de la caridad de la Soledad de San Lorenzo, en el que se pueden dejar los donativos anónimos para los más desfavorecidos y que está a punto de cumplir sesenta años. Varios de esos sobres van cada año en el paso bajo el manto de la Virgen con los donativos de los hermanos.
Así, aunque no se puedan ver, abandonaron la Parroquia de San Lorenzo cuando el paso de la Soledad atravesó el dintel y salió a la plaza detrás de sus cerca de mil nazarenos, lo que la convierte en la cofradía con más nazarenos de un día muy cómodo para el cofrade.
Como es habitual, al salir el paso, comandado por la familia Ariza, se volvió ligeramente a su izquierda como saludo a la Hermandad del Gran Poder, y posteriormente atravesó la plaza para iniciar su recorrido por la calle Conde de Barajas. En silencio, tras el no de los hermanos a la incorporación de música hace unos años, el paso comenzó su habitual forma de andar, con una cuidada cadencia que provoca un ligero cimbreo de la cruz, moviéndose con cada paso.
El paso de la Soledad de San Lorenzo siempre se adorna con flores blancas, siendo cala la especie escogida este año, así como con lirios morados alrededor de la cruz. La que muchos consideran la dolorosa más antigua de la Semana Santa comenzaba a pleno sol su estación de penitencia.























Y mientras las últimas cofradías del día comenzaban su recorrido, las primeras emprendían el regreso tras salir de la Catedral. Es lo que hacía el Sol, que estrenaba itinerario de vuelta por Menéndez Pelayo y la avenida de Málaga; y lo que hacía también, aunque por su itinerario habitual, la Hermandad de los Servitas. En la plaza del Cristo de Burgos se concentró bastante gente para ver no sólo esta cofradía, sino también la siguiente, la Trinidad, que ha vuelto a su recorrido de vuelta de hace unos años.
El paso de la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia pasó por la plaza a los sones de "Amarguras", llegando con ella a Doña María Coronel, mientras que el palio de la Soledad pasó con "Margot".















Las horas pasaban y la Hermandad del Santo Entierro, que está en la calle menos de cuatro horas, regresaba a la Iglesia de San Gregorio tras cumplir con su estación de penitencia en la Catedral. En su camino de vuelta pasa por segunda vez por la plaza de la Campana, a la que desemboca desde Velázquez y O'Donnell. 
Llegaba el tercer paso alegórico del día, la Canina, aunque a más de uno, sobre todo a los supersticiosos, habría que recordarles que la protagonista del paso no es ella, no es la muerte, no es el esqueleto que alguien estudió y concluyó que un coxis femenino el que se apoya sobre el globo terráqueo. No. 
La protagonista es la Santa Cruz que está detrás del esqueleto. De hecho, el paso se llama Triunfo de la Santa Cruz, el triunfo de la muerte de Jesús, que es vida, sobre la muerte terrenal. A partir de ahí, a partir de la muerte y la resurrección del Señor, las almas de todos los seres humanos que en el mundo habían existido y existirían después fueron salvadas de las garras de ese esqueleto que en el paso se muestra completamente abatido.
Y así, derrotado y sin detenerse demasiado, el esqueleto atribuido a Antonio Cardoso de Quirós corrió a refugiarse en San Gregorio para esconderse hasta que el año que viene nos vuelva a mostrar su fracaso.




























Justo detrás del paso de la Canina van las representaciones de las distintas hermandades de penitencia, cada una con su estandarte y varios hermanos con sus túnicas. Todos los años hay ausencias, hermandades que no participan en el cortejo. Y, dado que es más rápido nombrar a las que faltaron que a las que acudieron, diremos que no estaban la Corona, Padre Pío, San Roque, la Amargura, el Amor, Santa Marta, la Vera-Cruz, las Penas, la Bofetá, los Javieres, los Estudiantes, el Cristo de Burgos, la Quinta Angustia, Pasión, el Silencio, el Gran Poder, el Calvario, la Carretería, la O y San Isidoro. Nunca entenderemos el motivo de dichas ausencias, sobre todo cuando algunas de ellas van unos años sí y otros no. De todos los hermanos que tiene cada una, ¿no hay ninguno dispuesto a vestir su túnica en el cortejo del Santo Entierro?


Quienes sí han acudido, y además se han estrenado, han sido tanto el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, como el alcalde, Antonio Muñoz. Pero sólo van hasta la Catedral, como igualmente hace el cortejo denominado "civil", por lo que en el camino de vuelta no había ya, digamos, figurantes.
El paso de la Urna ha estado adornado este año con claveles rojos y, como es habitual, acompañado por la Banda Municipal Sinfónica de Sevilla, que interpretó "La Madrugá" para que el paso discurriera por la parte final de O'Donnell y llegara hasta la Campana. 
Después, un hombre le cantó una saeta al Cristo Yacente de Juan de Mesa en la esquina de la Campana con la plaza del Duque y desde ahí el paso se marchó hacia Alfonso XII con "Virgen del Valle". Antes de entrar en San Gregorio sonaría una marcha más, "Ione", tras la que el paso entró en el templo y la banda tocó el Himno de España.






















Y cerrando el cortejo, con una variedad de flores de color blanco, el paso del Duelo, con María Santísima de Villaviciosa estrenando entre su vestimenta un fajín militar que le donó el año pasado un general del Ejército del Aire.
El paso en el que la Virgen es consolada por San Juan, las tres Marías y los Santos Varones, avanzó con celeridad llegando a la Campana a los sones de "Soledad franciscana" por parte de la Unidad de Música del Cuartel General de la Fuerza Terrestre, que le da a sus interpretaciones ese particular toque marcial tan habitual en algunas formaciones en otros tiempos.
De nuevo pudimos escuchar "La Madrugá", esta vez mientras el paso recorría la calle Alfonso XII, llegando prácticamente hasta la puerta de San Gregorio. Cuando finalizó la partitura, unos pocos intentaron iniciar un aplauso; especialmente un hombre al que le enfadó bastante ver interrumpidas por quienes tenía alrededor sus entusiastas palmas.
El paso de la Virgen de Villaviciosa se levantó y entró en la Iglesia de San Gregorio, sonando el Himno de España cuando pasaba un minuto de las once de la noche.













"¡Pues que no le pongan música! ¡Venga ya!". El hombre ofendido por no haberle dejado aplaudir a placer se iba por Alfonso XII realmente indignado de la mano de su paciente esposa, quien, probablemente con resignación, guardaba un prudente silencio.
El siguiente destino de este hombre quizá no fuera la Soledad de San Lorenzo, paso que va en silencio, como queda dicho, por decisión reciente de sus cofrades. La Hermandad de los Panaderos se disponía a recibir a la última cofradía que iba a pasar por las puertas de su capilla.
El paso de la Soledad se detuvo ante la Capilla de San Andrés y a continuación siguió su camino por Javier Lasso de la Vega, cruzando luego a Aponte en su camino de vuelta a San Lorenzo. Qué distinto el ambiente, ahora de calma, en esta zona de Lasso de la Vega y Trajano al de otras jornadas y a otras horas...

















Y finalmente, cerramos el Sábado Santo con la Hermandad de la Trinidad, que atrae a bastante gente en su entrada en la Basílica de María Auxiliadora. Las calles Sol, Madre Isabel de la Trinidad y María Auxiliadora son las últimas del itinerario de la cofradía antes de adentrarse en el recinto compartido del templo, el convento y el colegio salesiano.
Tras los dos primeros pasos, que arrastran a los seguidores de las cornetas y los tambores, llegó el paso de palio de la Esperanza, que salió a la Ronda con la marcha "Esperanza de la Trinidad Coronada", mientras que después la Banda de la Oliva tocó "Esperanza Trinitaria". A continuación, pasó bajo el arco de María Auxiliadora con "Hosanna in excelsis" después de que los candelabros de cola fueran movidos para que pudiera caber el paso.
























En la Ronda Histórica se cerraba el Sábado Santo, siempre con Esperanza, y se daba paso al Domingo de Resurrección, el "divino broche de oro que cierra la Semana Santa" y que, como corresponde, iba a estar muy lleno de vida...

1 comentario:

  1. De acuerdo con la velocidad del palio de la Esperanza. Es algo que deberían cuidar, puesto que en numerosos puntos del recorrido, va a paso de mudá.

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