miércoles, 20 de abril de 2022

DOMINGO DE RAMOS 2022: EL CANSANCIO QUE TANTO ECHÁBAMOS DE MENOS

En números redondos, se puede cifrar en catorce el número de horas que quien esto escribe se pasó viendo cofradías el pasado Domingo de Ramos. No se trata de presumir, ni mucho menos, dado que de vuelta a casa el cansancio era más que notable. Pero bendito cansancio. Cuánto hemos echado de menos los cofrades esa sensación de feliz extenuación cuando vamos buscando la cama con los pies pidiendo clemencia, pero satisfechos por lo vivido, que no fue poco. Lo que sigue es un resumen muy superficial de catorce horas de Domingo de Ramos.
Lógicamente, el punto de partida está en el barrio del Porvenir con la Hermandad de la Paz, que a la una menos cuarto del mediodía salió de la Parroquia de San Sebastián dando paso a un largo cortejo de nazarenos blancos con botonadura y cíngulo rojos. Y tras ellos, el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Victoria, que ha salido este año vestido con túnica burdeos bordada en oro y un mantolín azul sobre el hombro izquierdo.
En el momento de la salida, Álex Ortiz interpretó desde uno de los balcones de la casa hermandad una saeta que supuso un canto de ilusión por la nueva Semana Santa que comenzaba y en la que hablaba de cómo Sevilla volvía a despertar en un Domingo de Ramos como los de siempre. A continuación, el paso empezó a recorrer la calle Río de la Plata a los sones de "Nuestro Padre Jesús de la Victoria", a la que más adelante seguiría "Virgen de la Paz" al girar a la calle Brasil.
Aquí, en esta calle, el capataz titular de la hermandad, Ernesto Sanguino, se despidió de sus auxiliares para ir a buscar el paso de palio. "Mucha suerte, nos vemos en el Postigo", dijo antes de dirigir sus pasos de nuevo a la parroquia. El misterio, adornado con rosas rojas, siguió adelante y llegó a un abarrotado Parque de María Luisa pese al intenso calor de esta jornada y especialmente a esas horas.














































Los nazarenos del paso de palio cambian el rojo por el azul en los botones y en el cíngulo de sus túnicas. Son más de los que van delante del paso de misterio, por lo que cuando el Señor iba ya por la Plaza de España, la Virgen de la Paz aún no había efectuado la salida.
Cuando salió del templo, la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas tocó el Himno Nacional. Y de nuevo hubo lugar para la saeta antes de que el palio iniciase su caminar por Río de la Plata con la marcha "Virgen de la Paz".
Rosas blancas, así como calas, lisiantum y otras especies adornaban el paso de palio de la Paz, para el que ya se trabaja en el diseño de unas nuevas caídas y techo. Con "Rocío" giró a la calle Brasil, por la que después sonaron las marchas "Coronación de la Paz" y "La Paz". Más tarde, alcanzó el recinto del Parque con "Coronación".


























La Paz buscaba el centro y en él comenzaba su estación de penitencia la hermandad que la precede en carrera oficial, la de Jesús Despojado, que tras salir a la amplitud de la plaza de Molviedro busca la estrechez de Fray Bartolomé de las Casas.
Por ella avanzaba el paso de misterio casi como si acariciara los muros hasta salir a Zaragoza. Llamaron la atención los nuevos ropajes de las figuras secundarias que acompañan al Señor, quien además también estrenaba una túnica blanca, todo ello confeccionado por José Antonio Grande de León.
La Agrupación Musical Virgen de los Reyes se encuentra sin duda en un momento inmejorable de calidad interpretativa e incluso de repertorio. Puede que el secreto de esto último sea sencillamente combinar marchas recientes muy buenas con los sonidos más clásicos que siempre han caracterizado el sonido de las agrupaciones en Sevilla. Eso mismo es lo que tuvieron ocasión de disfrutar quienes vieron el paso de misterio en este punto de su recién iniciado recorrido, ya que salió de Fray Bartolomé de las Casas a los sones de "Reina de Reyes" y posteriormente avanzó en dirección a la Puerta de Triana con "Puente de San Bernardo".
Reproducimos ahora el completo y variado exorno floral del paso comunicado por la hermandad: "vanda su ocelot sangria, scabiosa stellata, ranúnculo elegance bordeaux, lisianthus bohemia black violet, minicalas cantor y coral fern oro". O lo que es casi lo mismo: flores variadas...

























Remontamos Fray Bartolomé de las Casas, llegamos a la plaza de Molviedro y de repente nos encontramos ante la misma puerta de la Capilla del Mayor Dolor, donde está a punto de vivirse el milagro de la salida del paso de palio de María Santísima de los Dolores y Misericordia. Se trata de uno de los momentos más emocionantes de la jornada y tenemos ocasión de vivirlo junto a los capataces y costaleros que hacen posible la salida.
No basta con que los costaleros que van debajo del paso se arrodillen. No es suficiente. Tienen que echar aún más el cuerpo a tierra para que, ayudados por los compañeros desde fuera, vayan superando poco a poco el dintel. Por fin lo consiguen, el paso se levanta, la plaza rompe en un gran aplauso y la Banda de Música del Liceo de Moguer toca el Himno.
Tras colocar correctamente el remate de las caídas frontal y trasera del palio, el paso se levanta y comienza a recorrer la plaza mientras la banda estrena una nueva composición de nombre "María Santísima de los Dolores y Misericordia", de Iván Macías.
En estos primeros metros del recorrido, caen sobre el paso de palio algunas petaladas y posteriormente se marcha por Fray Bartolomé de las Casas con la marcha "La Virgen de Sevilla". Por otro lado, el exorno floral también tenía lo suyo: "lisianthus doble white, cumbmini klazina, frescia volante e hypericum coco"...
Por lo demás, hay que señalar que el palio ha podido por fin estrenar los faroles de cola labrados por Marmolejo y que ya en 2020 deberíamos haber visto en la trasera de este paso.
































El Domingo de Ramos estaba en marcha, pero aún faltaba estrenar la carrera oficial. Si ya tuvo su emoción ver en octubre una cruz de guía acercándose a la Campana, en ese caso la del Gran Poder al iniciar su Santa Misión (ver), ver hace ya diez días la cruz de guía del Amor seguida de los blancos nazarenitos de la Borriquita desembocando a la plaza del Duque y llegar a la Campana tanto tiempo después fue otro gran momento del día. 
Desde Javier Lasso de la Vega llegó hasta el último y breve tramo de Trajano el paso de misterio de la Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén, el paso de los niños, el que simboliza mejor que ninguno la alegría del reencuentro con la Semana Santa.
Iba adornado el paso con claveles de una tonalidad rosa muy pálida y, por supuesto, con su imprescindible palmera, a la que se sube Zaqueo para contemplar bien la escena, y con las palmas que San Juan, San Pedro y Santiago sujetan en sus manos recibiendo con alegría en Jerusalén a quien en esa misma ciudad va a vivir toda la Pasión, Muerte y Resurrección.
Avanzaba con decisión el paso de la Borriquita acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol, que interpretó un clásico como es "La Soledad del San Pablo" para que alcanzara la plaza del Duque.
























Empezaba la jornada en carrera oficial e iba a acabar muy tarde, bastante más de lo que decían los programas de mano. Aunque, bueno, esto no es noticia porque es lo esperado cada año. Pero, como ni al Consejo ni a las cofradías parece importarles demasiado y hacer los cambios necesarios en cada día es casi más difícil que hacérselos al orden del cosmos, pues pasamos esto por alto y ya llegará el Cecop a hacer lo que el uno y las otras no hacen. ¿Cómo iban a hacerlo, si sólo han tenido tres años entre la Semana Santa anterior y ésta?
Seguimos entonces con lo importante y nos vamos ahora al eje Imagen-Laraña-Encarnación, que se estrenaba con la Hermandad de la Cena. El paso de misterio mostraba en la calle la reubicación de los apóstoles llevada a cabo por Fernando Aguado, quien, por cierto, es el responsable de uno de los proyectos preseleccionados en el concurso nacional para hacer un nuevo paso para este conjunto escultórico. ¿Blanco y en botella? Quizá sí. O no.
Los detalles de la nueva posición de los apóstoles en el paso ya fueron explicados días antes del Domingo de Ramos (ver), pero a grandes rasgos hay que señalar que San Simón está ahora junto al Señor en el lado contrario a San Pedro, mientras que el diálogo entre San Andrés y Santo Tomás ha pasado del costero izquierdo al derecho, lo que ha obligado a mover también a otros apóstoles, como es el caso de San Bartolomé, San Mateo y San Felipe.
Bastante despacio, con algunas paradas bastante largas, el paso de la Cena iba avanzando por la zona, marchándose definitivamente hacia el cruce de Laraña y Orfila a los sones de "Mi Cristo para Sevilla", a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras.






























La Escolanía Salesiana María Auxiliadora precedía, por su parte, al paso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, la imagen que tuvo como sede el antiguo hospital de leprosos de San Lázaro. Nada es casualidad. El mensaje que la imagen transmitía a los enfermos sentenciados en aquel centro hospitalario situado en su momento muy lejos de la ciudad era incontestable.
Sobre un alto monte de piedra salpicado de flores, con el cáliz a sus pies y una clámide en un lado, el Cristo de la Humildad y Paciencia discurre casi sin querer molestar, ensimismado y concentrado en el difícil momento que le toca vivir. El potente sol de la tarde parecía además cebarse con la dañadísima espalda del Señor.


























Y cerrando la cofradía, el paso de palio de Nuestra Señora del Subterráneo, adornado con sus clásicos claveles rosas. Al frente del paso fue por primera vez como capataz Antonio Santiago, cuyo nombramiento para tal puesto tuvo lugar allá por septiembre de 2019.
La limpieza del techo del palio y la restauración de la cruz pectoral son los estrenos que presentaba este paso al que acompaña cada año la Banda de Música del Maestro Tejera. "Reina de Todos los Santos" fue la marcha que interpretaron sus miembros en la calle Laraña, pese a que no es muy habitual que composiciones dedicadas a hermandades de gloria se toquen a cofradías de penitencia.
















A esa hora de la tarde por Santa Catalina llegaba ya la cruz de guía de la Hermandad de San Roque, cuyos nazarenos aguantaban estoicamente las altas temperaturas con sus cabezas cubiertas de terciopelo. Y bajo ese intenso sol destacaba brillante el dorado del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas, que para su estación de penitencia de este año ha ido vestido con la túnica de terciopelo burdeos bordada en oro por Fernández y Enríquez en 1994.
El clasicismo del primer paso de esta cofradía queda patente en dos aspectos: el exorno floral, compuesto invariablemente por claveles rojos, y el acompañamiento musical, que desde hace unos años corresponde a la Banda de Cornetas y Tambores Esencia.

































Los capirotes morados pasan a verdes en el cortejo del paso de palio de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que venía por la calle Jáuregui hacia la plaza Padre Jerónimo de Córdoba con la marcha "Virgen de la Paz", interpretada por la Banda de Música de la Cruz Roja.
El paso, adornado también de forma muy clásica con claveles blancos, avanzó con celeridad hasta llegar a la plaza Ponce de León, donde un hombre le cantó una saeta a la dolorosa que desde hace veinticinco años tiene la consideración de coronada canónicamente.
En esa parada, los hijos del recordado Peregil ofrecieron a la Virgen de Gracia y Esperanza un ramo de flores, y a ellos y a la memoria de su padre dedicaron los Villanueva la siguiente levantá. A continuación, continuó hacia Santa Catalina y luego a San Pedro con la marcha "Madre Hiniesta".





























Los dos años sin Semana Santa por la pandemia nos privaron de ver a la Hermandad de la Estrella saliendo de la Parroquia de San Jacinto, su antigua sede. Este año la salida se ha vuelto a producir desde la capilla propia de la hermandad, aunque ahora ampliada.
Por la calle San Pablo, que forma parte de la enorme línea recta que es casi todo el itinerario de ida a la carrera oficial de esta cofradía trianera, ganaba metros poderoso el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de las Penas, cuyas figuras secundarias también, como las de Jesús Despojado, estrenaban nuevos ropajes, en este caso confeccionados por Francisco Carrera Iglesias. 
Del exorno floral del paso llamaron la atención las enormes rosas rojas que llevaba, y que estaban salpicadas de hipericum y hojitas de miroclaudios de color verde. En cuanto al acompañamiento musical, de nuevo puso sus sones la Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, que volvió a Sevilla al día siguiente de estrenarse con el Divino Perdón de Alcosa. Por otra parte, el Señor de las Penas recibió una saeta en la misma calle San Pablo, cerca ya de la plaza de la Magdalena.


















Por su parte, la Virgen de la Estrella ha vuelto a salir este año bajo el palio diseñado por Garduño, después de que en 2019 lo hiciera bajo el de Rodríguez Ojeda. Estrenaba la dolorosa la restauración de la toca de sobremanto de Esperanza Elena Caro. Muy completo el exorno floral, compuesto de jacintos, rosas, hipericum, dendros y orquídeas.
La calle Reyes Católicos estaba repleta de gente contemplando a la Estrella, y aguantando heroicamente muchos de ellos las interminables filas de nazarenos de una cofradía como ésta, sacrificio al que hay que añadir el parón por el retraso que ya se acumulaba (oh, novedad) en el inicio de la carrera oficial.
Con "Esperanza Macarena", seguida de "La Virgen de los Desamparados", la Virgen de la Estrella recorrió Reyes Católicos para encontrarse con los seguidores del Santo Job que la esperaban en la Puerta de Triana y en la calle San Pablo.


















Volvemos al entorno de la plaza del Duque para ver a la Hermandad de la Amargura, que evidenció el desfase entre el programa de mano y la realidad del reloj. El paso de misterio de Nuestro Padre Jesús del Silencio estuvo parado en la esquina de Trajano con Aponte durante muchos minutos, dado que la cruz de guía ya estaba junto al palquillo de Campana, pero la Estrella aún no.
Al menos el retraso sirvió para que quienes estaban en la zona tuvieran ocasión de disfrutar con detalle de la contemplación del paso de misterio en el que Jesús es despreciado por Herodes al no servirle del entretenimiento que él esperaba.
El larguísimo paso inspirado en la peana procesional de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso del Gran Poder es adornado siempre con claveles rojos. La última vez que se le vio de otra manera fue en el Santo Entierro Grande de 2004, en que llevó lirios morados. Pocos experimentos se pueden esperar, por tanto, en esta hermandad, que controla hasta el extremo el repertorio que las bandas tocan a sus pasos. La Banda de las Tres Caídas de Triana puede dejarse en casa el Domingo de Ramos las partituras más modernas, que ésas no tienen cabida en el misterio de la Amargura. Moraleja: los repertorios, malos o buenos, tras un paso son responsabilidad de las hermandades, y no tanto de las bandas.





















Y tampoco en el paso de palio de la Virgen de la Amargura se puede esperar otra cosa que no sean claveles blancos. Al no haber ya atasco en el inicio de la carrera oficial, el palio discurrió entre Trajano y la plaza del Duque con bastante rapidez, deteniéndose sólo unos pocos instantes en la confluencia entre ambas. Ni siquiera hubo marcha en este punto por parte de la Banda del Carmen de Salteras, que por segundo año fue tras el paso de la dolorosa de San Juan de la Palma.













Los primeros nazarenos del Amor llevaban ya un buen rato esperando al final de Javier Lasso de la Vega para poder continuar hacia el inicio de la carrera oficial. Alguno incluso se asomó en un momento dado para mirar hacia el lado derecho en Trajano y ver por dónde andaba el palio de la Amargura. Cuando ya pasó, esos primeros nazarenos de la segunda parte de la cofradía que comenzó hacía unas horas con la Borriquita se pegaron a los músicos del Carmen de Salteras.
Tardó algo en aparecer el paso del Cristo del Amor, que contaba con un monte de claveles de un color rojo muy oscuro; flores que, otro clásico, se ven también sobre los respiraderos colocados cuidadosamente en hilera. La tonalidad oscura de los claveles va en consonancia con la oscuridad del propio crucificado. No así el dorado del paso, que destaca absolutamente ante el imparable ennegrecimiento de una valiosa imagen que debería haber sido restaurada hace ya muchos años. 
Parece que la hermandad por fin se lo va a tomar en serio después de años de dejadez. Aunque, para saber si se lo ha tomado en serio de verdad o no, habrá que esperar a comprobar el resultado de esa futura restauración. Dicho en román paladino: ¿aceptará la hermandad quitarle toda la suciedad a la imagen o dejarán una poquita de recuerdo?




















La restauración que sí que está en marcha es la del manto de la Virgen del Socorro, una verdadera joya para la que también se ha dejado pasar demasiado tiempo. Manuel Solano es quien está trabajando en la recuperación de este manto, que fue realizado por Concepción Fernández del Toro en los años cincuenta.
Por este motivo, la Virgen del Socorro ha salido este año con un manto liso del mismo color que su manto procesional, de terciopelo burdeos. Además, el paso ha estrenado parte de la candelería, piezas labradas por Orfebrería Villarreal. En cuanto al exorno floral, coincidió con el de la Amargura llevando únicamente claveles blancos.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria de Las Cigarreras volvió a ocuparse del acompañamiento musical tras este paso de palio, que salió de Javier Lasso de la Vega a Trajano a los sones de "Valle de Sevilla", seguida posteriormente por "Sevilla cofradiera", composición que afortunadamente no se interrumpió cuando el paso se detuvo para un relevo de costaleros.
Finalmente, con "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono" continuó su camino por la plaza del Duque para hacer su tardía entrada en Campana completando la nómina del Domingo de Ramos en la carrera oficial.























El Amor cerraba el día en carrera oficial y la Hermandad de la Hiniesta regresaba a San Julián por los callejones ubicados entre dicho templo y San Marcos. Son Hiniesta y Lira, dos calles que en realidad son más por la cantidad de vueltas y esquinas que tienen sin que cambie el nombre en cada una.
La Hiniesta, y sobre todo su paso de Cristo, tiene sabor a Semana Santa de otro tiempo. Afortunadamente es una cofradía que no se ha dejado llevar por modas y que mantiene a la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal tras el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. La Hiniesta suena a Arahal y Arahal suena a la Hiniesta.
Por la calle Juzgado y la plaza Moravia el paso, adornado siempre con monte y jarras de claveles rojos y un friso de lirios morados, se acercaba a San Julián a los sones de marchas como "Dios de Esperanza". Posteriormente, tras el último relevo de costaleros, siguió por Duque Cornejo y alcanzó la puerta del templo con "Alma de Dios", tras la que Manuel Cuevas cantó una saeta desde un balcón del Convento de San Cayetano. Después, una última marcha y el paso se colocó delante de la puerta ojival, el Cristo fue bajado en el monte y entró con el Himno de España y con "Perdona a tu pueblo".



























Y otro palio del Domingo de Ramos adornado con claveles blancos, aunque éste también con gladiolos en las esquinas, fue el de la Hiniesta, dolorosa a la que un joven le cantó una saeta en la calle Juzgado. Un nazareno le dio una flor del paso en agradecimiento por ello.
En esta misma calle sonó la marcha "Procesión de Semana Santa en Sevilla" por parte de la Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor. Después sonaría "Coronación de la Macarena" antes del último relevo de costaleros para que entraran los encargados de realizar la entrada.
"Por los costaleros del Cristo", se escuchó a los Ariza en la siguiente levantá, tras la que la banda tocó "Pasan los campanilleros". Poco después, la Virgen de la Hiniesta giró a Duque Cornejo con "Mi Amargura", al término de la cual un hombre cantó una saeta desde un balcón de la misma calle.
La siguiente marcha, con la que el palio llegó hasta la puerta de San Julián, fue "Hiniesta Coronada" y Manuel Cuevas le cantó también una saeta a la dolorosa de Castillo Lastrucci. Finalmente, mientras giraba ante la puerta, la Banda de Mairena tocó "La Estrella Sublime", marcha que inició una segunda vez, aunque la cortó cuando el paso se quedó detenido.
Acto seguido, se llevó a cabo la complicada maniobra de meter el paso en el templo y, cuando eso ocurrió, la banda tocó el Himno de España a las 2,47 de la madrugada.


























Aún sonaría otra marcha con el paso de palio dentro de San Julián, como fue "Madre Hiniesta". Para entonces, la hermandad se acercaba a las doce horas de estación de penitencia, mientras que quienes acudimos a ver la Paz por el Porvenir en la salida alcanzábamos ya las catorce horas de largo y felizmente cansado Domingo de Ramos. Había que aprovechar, ya que habían pasado tres años del último y, por otro lado, el Lunes Santo... A ver cómo venía el Lunes Santo...

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