lunes, 4 de abril de 2022

SOLEMNE VENERACIÓN A LOS TITULARES DE LA HERMANDAD DEL MUSEO


La Hermandad del Museo ha celebrado este fin de semana la solemne veneración a sus imágenes titulares, el Santísimo Cristo de la Espiración y María Santísima de las Aguas, que se dispusieron para ello al modo tradicional del besamanos y besapié, aunque sin que se les pudiera besar físicamente y sin que tampoco los devotos pudieran acercarse hasta el crucificado pasando por detrás de la dolorosa.
El Cristo de la Expiración, que lucía las potencias de salida, fue situado al fondo, delante del cortinaje de damasco rojo que ocultaba por completo el retablo mayor de la capilla. En la base de la cruz había un monte de corcho salpicado de flores y hojarasca, y junto a la imagen había dos jarras doradas con flores rojas y moradas, así como los candelabros de los costeros de su paso; todo ello sobre columnas de madera de color rojo con apliques de madera dorada. Y en los extremos, se ubicaron dos faroles dorados.
Por su parte, la Virgen de las Aguas estaba delante, sobre una fina peana dorada y entre dos de las jarras de su paso de palio con rosas blancas, flores que también se situaron en dos pequeños centros a sus pies. Además, también estaba flanqueada por dos candelabros de plata con velas blancas.
La dolorosa que Cristóbal Ramos talló hace ahora 250 años estaba vestida con un manto de camarín de terciopelo azul bordado en oro y con la saya de tisú de plata bordada en oro y sedas por Esperanza Elena Caro en 1947. No faltaba su característico tocado blanco del que pendían una cruz pectoral y un broche con su nombre, y en la cabeza llevaba la diadema de salida, labrada en plata sobredorada, oro y brillantes por Emilio García Armenta en 1943. En la diadema tenía añadidas algunas joyas.
Por último, hay que indicar que la Virgen de las Aguas sujetaba tres rosarios en sus manos; dos en la mano izquierda y otro en la derecha, en la que también tenía un pañuelo de encaje.


































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