martes, 15 de junio de 2010

AQUÍ QUIEN MANDA ERES TÚ










Lo dijo en forma de saeta la Niña de la Alfalfa en 1932, aquel año en que sólo Ella se atrevió a salir a la calle: "Han dicho en el banco azul, que España ya no es cristiana; aunque sea republicana, aquí quien manda eres tú, Estrella de la mañana". Recordaron con una enorme pancarta los dos versos finales de aquella saeta algunos hermanos de la O cuando el pasado sábado (ya más bien domingo) la Virgen de la Estrella pasó por la calle Castilla, en una larga procesión extraordinaria de casi once horas por el barrio de Triana.
Había que celebrar los 450 años de existencia de la Hermandad que fundaron en 1560 los patrones de barcos, aquéllos que se encomendaban a la Madre de Dios como estrella que debía guiar sus largos viajes por alta mar. Eran los tiempos en que Sevilla era la puerta de salida de Europa hacia el nuevo continente.
Todo ello se recordó el sábado cuando a las siete y media de la tarde salía de la pequeña capilla un cortejo inusualmente largo en una procesión extraordinaria, debido a las numerosísimas representaciones que acompañaron a la Estrella de Triana por las calles: cofradías que comparten advocación con la Reina de San Jacinto procedentes de diversas localidades andaluzas, las hermandades del Domingo de Ramos, las trianeras y otras como la Macarena, el Baratillo o Montesión. Todas ellas formaron parte del cortejo hasta la llegada del mismo a Santa Ana. Sólo San Gonzalo y la O continuaron hasta la parroquia de esta última. Antes de eso, uno de los momentos más emotivos fue la entrada de la Estrella en la Capilla de los Marineros, devolviendo así a la Esperanza la visita que ésta le hace cada mañana de Viernes Santo. La banda de la Oliva de Salteras enlazó en estos momentos hasta tres marchas: "Triana de Esperanza", "Soleá dame la mano" y "Esperanza de Triana Coronada".
Muchísima gente siguió desde primera hora a 'La Valiente', aunque con el paso de las horas las calles se fueron despejando, lo que contribuyó a disfrutar con más tranquilidad del palio por rincones del barrio inéditos para la hermandad.
Para completar lo extraordinario de la salida procesional, en la que se estrenaron los varales de Juan Borrero y se recuperaron las flores de cera y la toca de sobremanto, se aprovechó para bendecir un enorme retablo cerámico de la dolorosa colocado en la esquina de la calle San Jacinto con Pagés del Corro, justo enfrente del que hace 50 años se instaló en la fachada de la parroquia; y otro más momentos antes de entrar en la capilla, éste del Señor de las Penas, situado en el inmueble recientemente adquirido por la hermandad junto a su sede canónica.
Además, hay que destacar el modo en que se engalanaron las calles por las que discurrió la procesión, algo en lo que la Hermandad de la Estrella de Coria del Río echó el resto con una alfombra de sales junto a la capilla, otra de flores de papel a lo largo de San Jacinto y varias estrellas de bombillas en las fachadas de la misma calle.
En definitiva, otra de esas jornadas cofrades para guardar por siempre en el recuerdo, con una Estrella que demostró que si, como decía la saeta, mandaba en los difíciles años 30 del siglo XX, sin duda aún sigue haciéndolo en este complicado siglo XXI.

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