martes, 18 de julio de 2023

CUATRO HORAS DE PROCESIÓN CON EL PALIO CARMELITA DE SANTA CATALINA


El pasado domingo una Virgen bajo palio concentró todo el protagonismo cofradiero en la festividad del Carmen. Desde Santa Catalina, y tras la función solemne en su honor, salió a las calles Nuestra Señora del Carmen para recorrer durante cuatro horas algunas de las calles de la feligresía arropada por bastantes cofrades en todo momento.
La salida de esta cofradía nunca es estrictamente puntual, ya que todo depende de la finalización de la función. En este caso, aunque la cruz de guía estaba en la puerta desde unos cuantos minutos antes, fue a las nueve de la noche y veintisiete minutos cuando el breve cortejo se puso en camino, abriéndose paso con cierta dificultad en dirección a la calle Santa Catalina debido a la presencia de numerosas personas. El estandarte corporativo, representantes de la Real Liga Naval y la presidencia, donde estaba el párroco, Francisco José Blanc Castán, conformaban este cortejo, que contaba con cuatro acólitos con ciriales ante el paso.


El capataz Emilio Moreno se encargó un año más de comandar el paso de palio de la Virgen del Carmen, al que antes de salir la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas le tocó, como es costumbre en esta hermandad, el Himno de Andalucía. Luego sonó el de España en el momento de la salida y a continuación la marcha "Pasan los campanilleros", con la que la Virgen del Carmen tomó la calle Santa Catalina y alcanzó la plaza Ponce de León.














En Ponce de León se detuvo el paso por primera vez, y la siguiente levantá la quiso dedicar el capataz a un compañero de la cuadrilla que cada año va bajo las trabajaderas, pero que este año no lo ha hecho porque "lo está pasando regular".
A continuación, el paso se levantó y a los sones de "Rocío" giró a la derecha a la calle Juan de Mesa, deteniéndose luego ante la puerta lateral del templo, donde se produjo un relevo de costaleros, el primero de los muchos que se iban a realizar dado el lógico calor de esta noche de verano.
Cumplimentado el relevo, la Virgen del Carmen siguió hacia Almirante Apodaca con "Macarena", de Abel Moreno, aunque antes de que acabase la marcha el paso se paró. Se encontraba en esta zona el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, a quien se dedicó la siguiente levantá, tras la que el paso siguió adelante, ahora con "Aniversario macareno".



















Un nuevo relevo se llevó a cabo con el paso parado casi en la plaza de San Pedro. Después, en la siguiente levantá, el llamador se rompió, ofreciendo un hombre que veía la procesión el diagnóstico y el tratamiento necesario: "Eso necesita una tuerca". Y añadió: "Del ocho". Un hermano dijo que iba a volver al templo a buscar un martillo y algo para ver si era posible hacer un arreglo, aunque fuera provisional.
Entretanto, el paso de palio tomó la calle Doña María Coronel mientras la Banda Ciudad de Dos Hermanas tocaba "Nuestro Padre Jesús". Más tarde, llegó un martillo para ejercer como tal en el paso. De hecho, por algo se le llama así a los llamadores. Tras levantarse el paso con uno de sus golpes, la Virgen siguió a los sones de "La Estrella Sublime" y luego hubo una chicotá a tambor hasta la esquina con la calle Gerona, donde ahora sí, se arregló el llamador, que ya aguantaría el resto de la procesión sin más incidencias.

















Con el llamador de nuevo en su sitio, el paso terminó de recorrer Doña María Coronel con dos marchas más, como fueron "Reina de Santa Catalina" y "Reina de las Mercedes", sonando después "Caridad del Guadalquivir" en la revirá a Bustos Tavera. 
La Hermandad de la Mortaja esperaba como cada año en la puerta de su casa la llegada de la Virgen del Carmen, que llegó hasta ella y se volvió con la marcha "Como tú, ninguna". Los cofrades del Viernes Santo realizaron una ofrenda floral y el párroco de Santa Catalina y San Román dirigió unas oraciones.

















Para alejarse del antiguo Convento de la Paz, la banda interpretó "Al cielo la reina de Triana", tras la que el paso se detuvo junto a una casa con un patio interior y las puertas abiertas de par en par. Quienes acompañaban a la Virgen del Carmen por este punto agradecieron la brisa fresca que salía del edificio.
El paso se levantó y recibió una petalada durante una chicotá a tambor que finalizó ante una representación de los cofrades del Carmen del Buen Suceso, que realizaron también una ofrenda floral y recibieron la dedicatoria de la siguiente levantá.
Seguidamente, el paso llegó hasta la plaza de los Terceros a los sones de "Madrugá macarena" y luego, tras una levantá dedicada por Emilio Moreno a sus nietos, tomó la calle Sol con "La Caridad del Puente", marcha que fue interrumpida cuando el paso se paró poco antes de alcanzar el templo de Los Terceros, donde salió a recibir a la Virgen una representación de la Hermandad de la Cena. A ella se volvió el palio con la marcha "María Santísima del Subterráneo".

















Con una levantá por la Hermandad de la Cena, el paso de palio se levantó y comenzó a alejarse con la marcha "Coronación". Más adelante se produjo una chicotá a tambor y después llegó a la plaza de San Román precisamente con la marcha "Reina de San Román". Hasta este templo, del que estuvo saliendo la Virgen del Carmen muchos años por el cierre de Santa Catalina, se acercó sorteando los pivotes ubicados ante la fachada. La Virgen se acercó todo lo que pudo a la puerta ojival de la que fue su casa provisional y se paró en ella.












"Esperanza Macarena" fue la marcha interpretada por la Banda Ciudad de Dos Hermanas para que la Virgen del Carmen se dirigiera de nuevo a la calle Sol, a la zona más estrecha, donde hubo que reducir la velocidad para evitar problemas con las cornisas, las faroles o los aparatos de aire acondicionado. Sonó por aquí luego "A ti, Manué", marcha que finalizó antes de realizar el giro a la calle Butrón, por lo que lo completó con el redoble de tambor como banda sonora.
Finalizada la complicada chicotá, el capataz no tuvo más remedio que ensalzar la labor de sus costaleros antes de anunciar un nuevo relevo: "Ya no se puede hacer mejor; muchísimas gracias". Para el resto de la calle no hubo marcha alguna, ya que la siguiente no sonó hasta la parte más amplia de Butrón. Tras una levantá dedicada a las madres de los costaleros, el paso empezó a caminar ahora con celeridad y a los sones de "Al cielo con Ella", pasando del tirón por Gallos y Puerta Osario, y parando ya bien entrada la calle Jáuregui.
Después de un nuevo relevo, el paso continuó hacia la plaza Padre Jerónimo de Córdoba con "Esperanza de Triana Coronada", permitiéndose ciertos alardes al caminar que fueron del agrado de los cofrades que seguían junto a la Virgen del Carmen en esta noche estival de cofradías.





















Volvió a sonar entonces "Macarena", de Abel Moreno, para que la Virgen del Carmen rodeara Padre Jerónimo de Córdoba y saliera a Ponce de León, donde hubo otro relevo antes de continuar hacia Juan de Mesa con la marcha "Triana", recorriendo así por segunda vez algunos metros por los que ya había pasado nada más salir.



















Llegando casi al final de la salida procesional, la Virgen del Carmen giró ante su retablo cerámico y ante la puerta principal de Santa Catalina hacia la calle Alhóndiga a los sones de "Siempre la Esperanza". Y luego, tras una parada, se acercó a la puerta de entrada con "Callejuela de la O". Cuando la composición de Paco Lola finalizó, la banda siguió con los tambores mientras el paso giraba para detenerse mirando precisamente a los músicos que la habían acompañado.
Acto seguido, el capataz pidió una levantá a pulso que quiso dedicar a toda la cuadrilla y a la hermandad. Fue entonces cuando la banda interpretó "Encarnación Coronada" mientras la Virgen se acercaba al templo y finalmente entró en él con el Himno de España a la una y veinte de la madrugada.















Un exorno floral completamente blanco, a base de claveles, rosas, gladiolos y nardos, había adornado el paso de palio, que ya dentro de Santa Catalina se dio la vuelta para quedar detenido definitivamente ante la puerta por la que acababa de entrar. El canto de la Salve y las oraciones por los hermanos difuntos pusieron el punto final a las cuatro horas de procesión de un palio carmelita en una calurosa noche del julio sevillano.


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