martes, 5 de octubre de 2021

REZO DEL ROSARIO CON LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE DE SAN LORENZO


Una semana más tarde de lo habitual, la Virgen del Dulce Nombre, de la Hermandad de la Bofetá, salió a las calles del barrio de San Lorenzo este domingo en su tradicional rosario matinal, rezo que cada año se lleva a cabo durante el traslado de la dolorosa hasta el convento mercedario de la Asunción, en la cercana calle Guadalquivir.
El párroco de San Lorenzo, Francisco de los Reyes Rodríguez, participó en el rezo del Santo Rosario cerrando el cortejo tras la Virgen, que salió de la parroquia a las diez y media de la mañana sobre unas andas llevadas por hermanos de la cofradía del Martes Santo y guiadas por sus capataces, los hermanos Gallego.
Dos tramos de hermanos con cirios formaban el cortejo, encabezados por la cruz parroquial entre ciriales y por el estandarte corporativo. En cuanto a las andas, con unos faldones de terciopelo azul y dos faroles de plata en las esquinas delanteras, estaban adornadas con claveles blancos y nardos. La Virgen del Dulce Nombre vestía un manto azul con las vistas bordadas en oro y la saya blanca de tisú también bordada, obra de José Antonio Grande de León estrenada hace dos años. Además, llevaba toca de sobremanto.
En el pecherín, la dolorosa de Antonio Castillo Lastrucci tenía un broche, un alfiler de oro con su nombre y la medalla de oro y diamantes de la provincia de Sevilla, concedida a título póstumo a Luis Carrero Blanco en 1973. En cuanto a las manos, en la derecha sujetaba un pañuelo, y en la izquierda un rosario.
Tras atravesar por el centro la plaza de San Lorenzo, la Virgen del Dulce Nombre se dirigió a la calle Juan Rabadán. El rezo de los cinco misterios gloriosos del Santo Rosario comenzó poco después de la salida de la Virgen y se fueron sucediendo sin solución de continuidad uno detrás de otro.


















Los misterios se rezaron con tal celeridad que las letanías finales llegaron con la Virgen aún en la calle Teodosio, que siempre es en la que la dolorosa pasa más tiempo en el recorrido de ida hacia el convento mercedario.































Desde el final de Teodosio, la dolorosa giró a la izquierda a la calle Guadalquivir, donde se encuentra la puerta de acceso a la capilla del convento. Hubo que mover algunos bancos para que la corona no diera con la lámpara que cuelga del centro de la nave y así pudo alcanzar el presbiterio, quedando detenida en el lado derecho.











Una vez en la capilla del convento, se celebró la Santa Misa, tras la que la Virgen del Dulce Nombre regresó a la Parroquia de San Lorenzo por las calles Guadalquivir, Santa Clara, Eslava y plaza de San Lorenzo, cerrándose así los cultos anuales dedicados a la primera dolorosa que tallara Castillo Lastrucci y que dentro de tres años cumplirá un siglo.

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