sábado, 21 de enero de 2023

LA VIRGEN DE LA PAZ VUELVE A OFRECER SU MANO A LOS DEVOTOS EN EL PORVENIR


Esta tarde ha comenzado en la Parroquia de San Sebastián el besamanos a María Santísima de la Paz, un culto que se prolongará a lo largo de todo el día de mañana, domingo, y que ha regresado en este 2023 después de las llamadas "veneraciones" sin beso de estos últimos años.
Para este culto recuperado, la Virgen de la Paz se encuentra en el altar mayor del templo, sobre una enorme alfombra con el escudo de la hermandad y sobre una fina peana plateada. Luce su corona procesional y viste el manto de besamanos de Sucesores de Caro de 2009 y la saya de Bordados Salteras de 2002. Ambas piezas son de tisú bordado en plata. Además, lleva el fajín rojo de borlones dorados y cuatro entorchados.
En el pecherín, la dolorosa de Antonio Illanes tiene la cruz pectoral de plata con incrustaciones de rosas de Francia y aguamarinas del siglo XIX, mientras que en la mano izquierda sujeta la rama de olivo de plata de los Hermanos Delgado (1995) y un rosario de oro de autor desconocido del siglo XX. Y en la derecha, la que ofrece a los devotos, lleva otro rosario. Asimismo, del fajín cuelga la Medalla de la Ciudad, entre otras.
Flanquean a la Virgen de la Paz dos parejas de blandones dorados con cirios blancos y dos columnas de madera dorada de fuste salomónico sobre las que hay sendas jarras del paso de palio con rosas y calas de color blanco. Algo más atrás hay otras dos jarras sobre columnas de menor altura.
Al fondo, ante el cortinaje de damasco rojo que cubre el retablo, se sitúa el dosel de cultos de la hermandad y dos columnas con otros tantos candelabros dorados con siete velas blancas cada uno. Y en los laterales vemos dos mesas de madera dorada. Sobre cada una de ellas hay un pequeño dosel, dos bandejas de plata y dos jarrones con flores de talco.







































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