miércoles, 25 de enero de 2023

SACRO MISTERIO. ALEGORÍAS DEL SANTO ENTIERRO DE ALCALÁ DE GUADAÍRA


El ciclo de exposiciones "Círculo de Pasión", del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, se ha inaugurado este año, y por primera vez, con una muestra de una hermandad de fuera de la capital hispalense. Se trata de la Hermandad del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra, que protagoniza la exposición titulada "Sacro Misterio. Alegorías del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra".
La muestra se centra en las particularidades del cortejo de esta cofradía del Viernes Santo, del que forman parte diversos hermanos que representan a diferentes personajes vinculados a la Pasión y Muerte del Señor, a las Virtudes Teologales o a las Sibilas. Sus ropajes y su significado son mostrados al visitante en las dos salas con que cuenta el Mercantil para este tipo de exposiciones, además de algunos enseres de interés en forma de talla, bordados, pintura y escultura.
Al acceder al Mercantil encontramos en el patio dos fotografías enmarcadas de los titulares de la hermandad, que son el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Soledad, imágenes ambas de Manuel Pineda Calderón.


Entramos en la primera sala, donde encontramos tres pinturas al óleo sobre lienzo. La primera de ellas recibe por título "Pasión", es obra de Francisco Barranco y forma parte del patrimonio de la Capilla del Santo Entierro.


A su lado está la pintura llamada "Muerte", de Javier Pérez Begines (2011), propiedad del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Alcalá de Guadaíra, dado que fue el cartel oficial de la Semana Santa de la localidad.


Finalmente vemos "Resurrección", obra de Francisco Barranco que también se encuentra en la Capilla del Santo Entierro.


En el centro de la sala vemos tres maniquíes con la vestimenta que llevan las hermanas que en el cortejo de la hermandad representan a las Virtudes Teologales. En un panel se explica su significado:

"Dentro de la simbología barroca, las Virtudes Teologales recuerdan en este cortejo la Resurrección de Cristo. La figura de la Fe, con los ojos vendados por su simbólica ceguera, porta cruz y cáliz, alusivos al martirio de Cristo, y es una alegoría de la Resurrección como centro de la fe cristiana. La Esperanza, vestida de verde, porta el símbolo del ancla y recuerda la espera en la Resurrección. La Caridad, que es el amor, viste de rojo y porta su vara con el triángulo trinitario, símbolo de Dios-Amor. Simboliza que la Resurrección es un signo de amor de Dios a los hombres".

Las tres vestimentas fueron realizadas por el taller de costura de la hermandad, mientras que los elementos de orfebrería que portan son del taller de Manuel Seco Velasco (1950), salvo el cáliz de la Fe, que es de autor desconocido.









Por su número, doce, y por el colorido de sus vestidos, llaman la atención en el cortejo del Santo Entierro de Alcalá las Sibilas, de las que se indica lo siguiente:

"Personajes de la religión griega y romana con dotes adivinatorias que comunicaban la voluntad de los dioses. Estos personajes se integraron en la Edad Media en el culto cristiano como anunciadoras de la venida de Cristo, siendo la versión femenina de la serie de profetas bíblicos.
Las Sibilas carecían de nombre, pues eran conocidas por su gentilicio: Pérsica de Persia, Líbica de Libia, Délfica de Delfos, Cimeria de Cimeria, Eritrea de Eritras, Cumana de Cumas, Samia de Samos, Helespóntica del Helesponto, Frigia de Frigia, Tiburtina de Roma, Agrippa de Egipto y Europea de Chipre".

Los ropajes son también del taller de costura de la hermandad, mientras que las varas que porta cada una con su nombre han sido diseñadas por Enrique Ruiz Portillo, talladas en madera por Jesús López Rico y policromadas por Joaquín Iglesias Bravo.






También vemos un mapa que sitúa geográficamente la procedencia de cada una de las doce Sibilas.


Además, vemos unas acuarelas pintadas sobre papel por Antonio del Canto y Torralbo a finales del siglo XIX en las que se representa a nueve de las doce Sibilas. Estas acuarelas han sido cedidas por la Hermandad del Santo Entierro de Sevilla.






Antes de dejar esta primera sala, nos detenemos en tres paneles con un buen número de fotografías del cortejo, tanto de los personajes que acabamos de ver, como de los que nos encontraremos en la segunda sala.




En el centro de la siguiente sala se expone el sepulcro del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una obra diseñada por el propio autor de la imagen, Manuel Pineda Calderón, tallada en madera dorada y policromada por Martínez y Villar (1948).










Continuamos deteniéndonos ante dos tipos de personajes del cortejo del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra: los Pidones y los Romanos. Los primeros fueron recuperados en 2017 después de haber desaparecido en los años 30 del siglo pasado, pero su origen está en el XIX. Suponían una forma de sustento económico de la hermandad, dado que recorrían la localidad en la jornada del Viernes Santo recogiendo las limosnas de los alcalareños cantando "Soledad, Soledad de María".


En cuanto a los Romanos, escoltan el paso de la Urna desde el amanecer del Viernes Santo y posteriormente lo acompañan por la calle durante la estación de penitencia.


En el cortejo del Santo Entierro va una hermana que representa a la Verónica sujetando un paño que pinta cada año un artista diferente. La acompañan dos "marías" con los lienzos de la Mortaja de Cristo. En la exposición vemos ante la vestimenta de la Verónica un lienzo de 1990 de Francisco Barranco.



Además, hay otros paños expuestos, como son los de José M. Recacha (hacia 1980), Jesús Navarro (2015), Jesús Alcarazo Velasco (2017) e Isidoro Villalba Corzo (2020).





Muy llamativos resultan los siguientes elementos expuestos, como son el esqueleto que representa a la muerte en el paso del Triunfo de la Santa Cruz, de material acrílico policromado, adaptado por Luis Álvarez Duarte (1983), y parte de sus andas procesionales, de madera tallada y dorada, obra de Salvador Domínguez Gordillo (1895), con relieves de José Martínez (hacia 1940).
Son unas andas de una gran importancia histórica para Sevilla, como se indica en un panel explicativo que podemos leer en esta parte de la exposición: 

"Las singulares andas procesionales del Triunfo de la Santa Cruz tienen un alto valor histórico-artístico. Su antigüedad (con 128 años de historia, es el paso más antiguo de Alcalá de Guadaíra) y su estilo neogótico lo hacen una pieza única. Ha portado algunas de las más portentosas tallas de la imaginería barroca sevillana, y en varias ocasiones llegó a protagonizar destacados hitos históricos de altísima relevancia para Sevilla, para Alcalá y para la provincia. Por todo ello queda más que demostrada la notable importancia histórica de esta pieza de mérito, digna de ser conservada, que atesora la Hermandad del Santo Entierro.
A mediados del siglo XIX la Iglesia y también sus hermandades comenzaron a utilizar el singular arte neogótico, una tendencia historicista que recuperaba el estilo gótico medieval. Ése fue el estilo elegido por la hermandad sevillana del Calvario para realizar en 1895 este paso. Salvador Domínguez Gordillo tallará el paso sobre el que aparece el Cristo del Calvario en una imagen tomada en la iglesia de San Gregorio en 1900.
En 1898 el crucificado participó en este paso en el Santo Entierro Grande y en 1901 salió en procesión extraordinaria por el Jubileo del inicio del siglo visitando los templos de San Isidoro, el Salvador, la Magdalena y la Catedral. El Cristo del Calvario saldrá sobre este paso por última vez en 1906, sustituyéndose en 1909 por el paso actual.
El Calvario alquiló durante varios años a la Hermandad de la Estrella el paso, que procesionaba dos veces cada Semana Santa. En 1908 fue adquirido definitivamente por la hermandad trianera".

Hay que añadir, por otro lado, que Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje también salió sobre este paso en la primera estación de penitencia de la Hermandad de San Esteban, en 1929.











Junto al Triunfo de la Santa Cruz y una foto del paso en la calle, hay dos fotos de los otros pasos de la Hermandad del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra: la Urna y el Duelo con la Virgen de los Dolores.



Los bordados que conserva la Hermandad del Santo Entierro son también muy destacables, un aspecto que igualmente cuenta con un texto explicativo:

"A finales del siglo XIX la hermandad quiso que las tres únicas imágenes del paso de la Virgen llevaran prendas bordadas. Para ello, adquirió a la sevillana Hermandad de la Sagrada Mortaja el antiguo conjunto de las prendas de su paso de misterio.
En 1867 la hermandad sevillana había estrenado estos bordados atribuidos a la bordadora Eloísa Rivera con diseño de Fernando Díaz. Pero desde 1880 las dificultades económicas, unidas al deterioro del paso, enseres y prendas por las lluvias caídas durante varios años, llevó a la venta de los bordados en 1893.
Para adecuarlos al misterio del Santo Entierro fue contratado su pasado con Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1896. El bordador más importante de la Semana Santa sevillana trabaja para esta hermandad pasando unos bordados y adaptando otros a las nuevas prendas, que se estrenaron el Viernes Santo de 1897. Unos fueron pasados íntegramente, sin alterar su dibujo original, como la túnica de la Magdalena, mientras que otros, como la túnica de San Juan, apuntan una creatividad propia de su obra en esa etapa decimonónica.
Todas las vestiduras se salvaron de la destrucción de 1936 por estar guardadas en la casa del hermano mayor, Rafael Fuentes. Pero un desencuentro con la hermandad hizo que las piezas no volvieran a salir hasta 1948.
En 1955 el deterioro del manto es tal que se plantea su sustitución, pero las posibilidades económicas no lo permiten. A partir de 1966 las imágenes alternan ropajes lisos y bordados en sus salidas, hasta que en 1975 el manto es pasado por las Hermanas Clarisas de Alcalá, transformando su diseño original. La restauración continuó en las Clarisas de Carmona con la túnica de la Magdalena (1978), los ropajes de San Juan al año siguiente, y la saya de la Virgen (hacia 1986), variando el dibujo y siendo enriquecida posteriormente. En 1990 el manto es pasado por el bordador alcalareño Jorge Casals Zamora, que remodeló de nuevo el diseño del bordado. 
Entre 1923 y 1924 Rodríguez Ojeda continuará trabajando para la hermandad, pues borda la insignia del sinelabe y los paños de bocina de los tres pasos".

En la exposición podemos ver los ropajes de San Juan y Santa María Magdalena de los que se habla en el texto que acabamos de reproducir.






Seguimos con la presencia de las vestimentas de las Tres Marías, que sobre sendos cojines portan en el cortejo los instrumentos de la Pasión: los clavos, la corona de espinas, y el martillo y las tenazas, todo ello realizado en madera tallada y policromada por Manuel Pineda Calderón en 1950. Y encima vemos la cruz de guía de la hermandad, de autor desconocido (1925), realizada en alpaca repujada y plateada sobre terciopelo negro y alma de madera.







En 2016 fueron recuperadas para el cortejo las figuras de los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemo, que llevaban casi cincuenta años sin salir. Vemos ahora sus ropajes y las escaleras que portan, de material acrílico tallado y policromado por Melchor Rico Martín (2017). Y junto a ellos, llegamos al final con la vestimenta de una de las hermanas que en el cortejo llevan cirios.



Hasta el próximo domingo se puede visitar esta interesante exposición que nos muestra la forma diferente y muy personal de presentarse en la calle de una de las numerosas y muy ricas cofradías de la provincia de Sevilla.

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