jueves, 5 de enero de 2023

LA PASTORA DE CAPUCHINOS, CON UN MANTO DEL SIGLO XVIII EN SU BESAMANOS


El primer besamanos del año, el de la Divina Pastora de Capuchinos, ha comenzado este jueves, víspera de la festividad de la Epifanía, y se prolongará hasta el domingo. La imagen se encuentra presidiendo el altar del templo conventual de la Ronda, donde vemos todo el presbiterio alto alfombrado de color rojo.
La Pastora está elevada sobre la peana procesional de la Virgen del Rosario de los Humeros y está vestida con un manto del siglo XVIII. Esta prenda ha sido recientemente recuperada por la hermandad y está siendo reestrenada en este besamanos. Además, luce la saya de tisú de oro con bordados del siglo XIX realizada el año pasado por Maravillas Fernández con motivo del centenario de la coronación, a la que en 2004 el Cardenal Amigo le dio el rango de Coronación Canónica.
Por otro lado, la Pastora de Capuchinos tiene una toca de tul, la pelliza, una cotilla de malla bordada y luce la corona y la ráfaga que suele llevar en sus salidas procesionales a finales de mayo. En el pecherín cuenta con diversas joyas isabelinas del siglo XIX y en su regazo tiene al Niño Jesús dormido sobre un encaje blanco. Además, la Divina Pastora, que está sentada en un trono, tiene los pies descalzos apoyados en un almohadón de damasco blanco con galones dorados, y junto a ella dos pequeños corderos y varias flores.
Flanquean a la imagen dos finas columnas doradas que sostienen sendos candelabros con tres guardabrisas cada uno y colgaduras de cristal. Detrás, ante un gran cortinaje de damasco rojo, hay un dosel de terciopelo del mismo color con crestería de madera dorada, espejos y una cartela con una pintura de la Divina Pastora, además una gotera de tul con algunos bordados y unas guirnaldas de flores.
Junto al dosel hay dos blandones dorados con cirios blancos, dos jarrones con coloridas especies florales sobre columnas con decoración pictórica que imita al mármol y dos jarras colocadas a menor altura con las mismas flores mencionadas.
Más hacia los extremos vemos dos mesas de madera dorada con un candelabro dorado de cinco velas blancas sobre cada una de ellas y pequeños doseles en los que hay enmarcadas unos documentos relativos a indulgencias aprobadas para los devotos de la Pastora. Por último, cuelgan del techo cinco lámparas de araña de cristal, mientras que otras dos están sujetas por los ángeles mancebos que se encuentran en los laterales del altar.






























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