La Hermandad de Santa Cruz ha abierto este jueves el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores que cada año tiene lugar con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción. Para este besamanos, que se extenderá durante todo el día de mañana, la dolorosa se encuentra ante el retablo del Cristo de las Misericordias, en el lado izquierdo del crucero de la parroquia, en el centro de una zona delimitada por una alfombra roja y sobre ésta otra alfombra en cuya parte central se eleva la Virgen sobre una peana perteneciente a la Hermandad del Amparo.
Viste la Virgen de los Dolores el conjunto de manto de terciopelo morado bordado en plata y saya a juego de Francisco Carrera Iglesias, además de un tocado blanco de encaje. Sobre la cabeza tiene su corona procesional y en el pecherín un puñal, un alfiler con su advocación y una pequeña cruz con dos palomas de coral. En cuanto a las manos, ofrece a los devotos la derecha, mientras que con la izquierda sujeta un pañuelo y un rosario.
Sobre la peana vemos varias rosas blancas, flores que, junto a lilium del mismo color, están repartidas por distintos puntos del montaje en centros y en dos jarras del paso de palio. Y también del palio son los cuatro faroles que flanquean a la dolorosa de Antonio Eslava. Las jarras antes mencionadas están colocadas en sendas columnas de madera dorada ubicadas entre parejas de blandones con cera blanca; y otra pareja está en la parte frontal de todo el conjunto.
Al fondo se ha colocado un dosel de cultos de la hermandad y, delante de éste, diez candeleros con velas blancas, cinco a cada lado, dispuestos sobre pies de madera de base cuadrada y decoración pictórica de apariencia marmórea. Finalmente, en el lado izquierdo está el estandarte corporativo.
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