martes, 16 de septiembre de 2025

EL BESAMANOS DA INICIO A LOS CULTOS A NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LA MERCED


Nuestra Madre y Señora de la Merced, de la Hermandad de Pasión, estuvo el pasado fin de semana expuesta en devoto besamanos, dándose así inicio a los cultos que tendrán lugar durante este mes de septiembre por la festividad de su advocación.
La dolorosa de Sebastián Santos Rojas se ubicó en la capilla de la hermandad, ante el retablo presidido por el Señor de Pasión y elevada en una fina peana de plata. Llevaba el manto azul bordado en oro por Jesús Rosado en 2018 y la saya de salida de Carmen Capmany (1930), confeccionada a partir del vestido de novia de María de las Mercedes de Borbón. En la cabeza tenía la corona procesional, mientras que en el pecherín contaba con un broche con el emblema mercedario y un puñal.
Cuatro grandes blandones de madera dorada con cirios blancos flanqueaban a la imagen, así como dos jarras también doradas con diversas flores blancas, principalmente nardos, que también estaban detrás, sobre las peanas de culto habitual de la Virgen de la Merced y de San Juan Evangelista. El Discípulo Amado, por cierto, volvió a ser escondido durante este besamanos como si un santo de tal importancia no fuera más que un simple exorno que se esconde y se expone según mande la estética.
Sobre el banco del retablo se colocaron un friso de flores blancas que incluían rosas, especie que no formaba parte de las jarras y centros mencionados, y diez pequeños candeleros, mientras que a los pies del Señor de Pasión había unos claveles rojos. Finalmente, veíamos el estandarte corporativo en el lado izquierdo de la capilla.































lunes, 15 de septiembre de 2025

LA ANUNCIACIÓN DE JUAN XXIII CELEBRÓ EN LA CATEDRAL SU CINCUENTENARIO


La Hermandad de la Anunciación de Juan XXIII celebró este sábado su L aniversario fundacional con una salida extraordinaria que, como en 2003, cuando presidió el Pregón de las Glorias, la hizo alcanzar la Catedral, donde tuvo lugar una solemne misa pontifical.
Para esta ocasión tan especial, y dada la lejanía de la barriada de Juan XXIII, la procesión de traslado hasta la Catedral se hizo desde un templo céntrico, que fue precisamente la Iglesia de la Anunciación, para lo que la corporación de gloria contó con la acogida brindada por la Hermandad del Valle.
En el traslado de ida a la Catedral, que comenzó a las diez de la mañana, el cortejo fue breve, formado por cruz alzada, bandera concepcionista, guión sacramental, libro de reglas y estandarte corporativo. Además, la Virgen de la Anunciación fue acompañada por las voces infantiles del coro del Colegio Altair, que interpretó distintos cánticos marianos a lo largo del recorrido.






Desde el presbiterio del templo el paso avanzó hasta la puerta para salir a la calle Laraña, girando enseguida a su izquierda con el sol iluminando a la Virgen por la espalda.
Para esta salida extraordinaria, la Anunciación de Juan XXIII fue vestida con su manto procesional, realizado en 2002 por José Antonio Grande de León, y con la saya de tisú de plata de los talleres Albaida. Asimismo, contaba con un tocado de encaje de Bruselas y tul de hojilla, mientras que los puños eran de encaje de punto de aguja. En cuanto a las piezas de orfebrería, eran las habituales de sus salidas procesionales, labradas por Manuel de los Ríos en 2010.


















La Virgen de la Anunciación, acompañada siempre por el arcángel San Gabriel, recorrió completa la calle Laraña antes de girar para tomar la calle Cuna. El público que la acompañaba fue de menos a más a lo largo de la mañana, entre los que había un buen número de turistas, algunos de los cuales se interesaban por conocer el nombre de la imagen. 
El paso, que se detuvo en la esquina de Cuna con Cerrajería para un relevo de costaleros, fue muy acertadamente exornado para esta salida extraordinaria, con distintas especies florales como rosas y orquídeas de tonos rosas, anaranjados y blancos, y las piñas de las jarras estaban rematadas por nardos.




























Desde la sombra de Cuna, la Anunciación salió al sol de la plaza del Salvador antes de situarse bajo los toldos de esta zona. La fachada de la antigua colegial es siempre un marco fantástico para cualquier paso; y especialmente cuando se trata de un paso nada habitual por la zona, como en esta ocasión.
En la plaza el paso se detuvo dos veces antes de dirigirse a Álvarez Quintero y a Entrecárceles, buscando la plaza de San Francisco, donde se produjo una parada bastante larga. Y es que la cofradía llevaba tal celeridad que iba bastante adelantada respecto al horario previsto de llegada a la Catedral.




















































La siguiente chicotá fue breve, dado que la Anunciación volvió a parar antes de alcanzar la calle Hernando Colón. En ella, una turista preguntó en inglés qué estaba ocurriendo: "What´s happening?". Tras saber que se trataba de una procesión, preguntó: "Every Saturday?", "¿Cada sábado?". Hombre, pues habría que explicarle que esta procesión en concreto no es cada sábado...
Poco más adelante, una turista, medio en portugués medio en español, se interesó por el nombre de la Virgen, mientras que un español quiso saber dónde iba el paso y por qué. Cualquiera diría que lo que pasa en el centro de Sevilla está ideado específicamente para los turistas. ¿Será verdad que la esencia sevillana ya sólo se conserva en los barrios?




















Entretanto, la Virgen de la Anunciación terminó de recorrer Hernando Colón y salió a Alemanes, donde giró a su derecha buscando la avenida de la Constitución. Las obras que se están realizando en la parte del crucero de la Catedral obligaron a acceder por la puerta de San Miguel para ocupar la zona del trascoro.
Así, el paso alcanzó la avenida, no sin antes producirse un relevo bajo las trabajaderas. Y si la fachada del Salvador resultó un fondo ideal para la Anunciación, ¿qué decir de la fachada de la Catedral y de la inmensidad de la puerta de la Asunción?
Poco a poco, la Virgen se acercó a la puerta de San Miguel, realizando su entrada en el principal templo de la Archidiócesis 22 años después de la última vez.
































Ya en el interior de la Catedral, el paso fue conducido al trascoro, presidido por la Virgen de los Reyes bajo su palio de tumbilla, mientras que la Anunciación se situó en el lado derecho, donde se quedó para la misa pontifical de la tarde.
El canónigo y delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, fue el encargado de recibir a la Hermandad de la Anunciación en la Catedral, pero también lo hizo la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes, que regaló a la devoción de la barriada de Juan XXIII una medalla de la Patrona.













Por la tarde tendría lugar la procesión extraordinaria de regreso a la Iglesia de la Anunciación, pasando en su camino por el Ayuntamiento. Para entonces hubo acompañamiento musical en la cofradía, con la Banda de Cornetas y Tambores del Gran Poder de Coria del Río abriendo paso al cortejo y la Banda de Música Fernando Guerrero de Los Palacios y Villafranca tras la Virgen.
Precisamente, en esta procesión de vuelta se produjeron dos estrenos musicales para el patrimonio de la hermandad. Fueron las composiciones "Anunciación de Juan XXIII", de Adrián Pineda Peña, y "El anuncio del Ángel", de José María Herrera. Nuevos sones en un día que ya forma parte de la historia de una humilde hermandad que ha alcanzado ya el medio siglo de vida.