La Hermandad de las Nieves ha celebrado este año un besamanos a su Virgen titular en la festividad de la Inmaculada Concepción, aunque lo normal es que este culto se desarrolle en el mes de mayo. Sí que hubo un besamanos extraordinario en junio que se celebró en el Convento de las Teresas (ver).
Sobre una sencilla peana de madera dorada, la Virgen de las Nieves se situó para este besamanos en el presbiterio alto de la Iglesia de Santa María La Blanca, vestida con su habitual saya procesional y con un manto de raso celeste, obteniendo así los colores identificativos de la Inmaculada Concepción. Asimismo, llevaba una toca de tul bordada.
La imagen portaba sus acostumbrados enseres de orfebrería, tales como corona, ráfaga, cetro y media luna, mientras que el Niño Jesús tenía una pequeña túnica blanca bordada en oro, su corona y la bola del mundo en la mano izquierda, mientras con la derecha sujetaba el mismo rosario que con la suya sostenía la Virgen.
Junto a la Virgen de las Nieves se ubicaron dos jarras de su paso con distintas flores blancas sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica de apariencia marmórea. Delante, en el centro, se veían otras flores similares, detrás había un panel de damasco blanco rodeado de una guirnalda de flores a modo de dosel, y en los laterales se dispusieron dos grandes candelabros dorados con velas blancas.
Por último, hay que señalar que en el camarín de la Virgen de las Nieves había un trono de madera dorada con asiento y respaldo de color celeste entre pequeñas jarras con flores de talco.




























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