sábado, 25 de junio de 2011

CORPUS 2011: SOL, DEVOCIÓN Y PALMAS


Sevilla vibró en la jornada del Corpus Christi, que afortunadamente se sigue celebrando en su día, frente a la corriente 'dominguera' irremediablemente asentada en prácticamente toda España. Sería demasiado obvio recurrir a aquello del jueves que brilla más que el sol; pero es que en esta ocasión (y sobre todo teniendo en cuenta la lluvia del primero de estos jueves, el Santo) no se puede dejar de hacer mención al intensísimo calor que desde bien temprano se hizo presente para incidir aún más en lo tardío de la fecha este año.
Quien no quisiera pagar los siete euros de las sillas y no encontrara hueco a la sombra, no tenía más remedio que moverse a lo largo del itinerario del cortejo, porque quedarse quieto a pleno sol no entraba en los planes de ningún mortal. Y es que desde los niños carráncanos hasta la Custodia pasaron, minuto arriba o abajo, dos horas. Es una procesión larga, quizá demasiado; se hace por momentos interminable, sobre todo en su primera parte (hasta el paso de San Fernando), debido a las representaciones de las hermandades y cofradías de la ciudad. Demasiados cofrades integraban algunas de ellas, como era el caso, por mencionar sólo dos ejemplos, de Las Penas o la Esperanza de Triana. Todos los años se dice lo mismo, pero sí, haría falta limitar el número de componentes de cada cofradía. Por cierto, algunas hermandades prescindieron de su estandarte corporativo y llevaron sus insignias sacramentales, mientras que otras optaron por ambos elementos.
Tras Santa Ángela, Santa Justa y Rufina, San Isidoro y San Leandro, llegó la música con el patrón de la ciudad, acompañado por la Banda Sinfónica Municipal que con tanta maestría dirige Francisco Javier Gutiérrez Juan. El exorno de estas andas (rosas rojas, racimos de uvas y espigas de trigo) estaba colocado con un gran gusto, aunque en este capítulo lo más destacado lo encontramos en el paso del Niño Jesús del Sagrario, que presentaba una atrevida variedad floral y cromática que no desentonó en cualquier caso con la solemnidad de la jornada.
El Niño Jesús, precedido por la Inmaculada Concepción, y la Custodia Chica y la de Arfe detrás, integran esa segunda parte de la procesión que resulta mucho más amena. Las representaciones civiles no son tan numerosas como las de las cofradías y los pasos van mucho más pegados unos de otros (sobre todo los del Niño Jesús y la Custodia Chica).
Ante el Santísimo, en la majestuosa Custodia de Arfe, son pocos los que se arrodillan, una actitud de respeto y devoción cada vez más en desuso, pero que se resiste a desaparecer. Y es que es lo más importante de una procesión a la que a lo largo de los años se fueron añadiendo otros pasos (el último, el de Santa Ángela de la Cruz, en 2009). Y detrás de la Custodia, la Compañía de Honores del Ejército con la bandera nacional y la interpretación del Himno a la salida.
También detrás se situó el arzobispo, Juan José Asenjo, con el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra. Y después, la Policía Local de gala y la Corporación Municipal, con un alcalde, Juan Ignacio Zoido, que se dio un auténtico baño de masas en el que no faltaron las palmas de los sevillanos, que en toda la historia de la democracia nunca habían mostrado semejante afecto por su primer edil. A la altura de la calle Francos, Zoido no pudo ocultar la emoción que le causó tanto cariño de sus ciudadanos. La cara del portavoz socialista, Juan Espadas, era todo un poema. Por supuesto, también hubo aplausos para el Ejército, sorteadas más o menos las 'laicidades' del Gobierno.





















Como último apunte, hay que destacar que las portadas de la plaza de San Francisco estaban inspiradas este año en la fachada de la Capilla del Rosario, de la Hermandad de los Humeros, que cumple los dos siglos y medio desde su construcción.

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