sábado, 29 de octubre de 2011

LA OBSESIÓN POR LO NUEVO

Antigua Magdalena de Las Aguas
Foto: Blog de la hermandad

La venta recientemente aprobada de la antigua Magdalena de la Hermandad de las Aguas, obra de Antonio Eslava, a una cofradía de Carmona ha desatado de nuevo comentarios en foros y ambientes cofradieros acerca de la facilidad con que las hermandades sevillanas se desprenden de su propio patrimonio para sustituirlo por piezas o enseres más modernos.
Tienen razón quienes señalan que la Magdalena llevaba desde 1998 almacenada en la hermandad sin culto alguno y que los que ahora tanto critican la venta se habían olvidado por completo de ella. Tampoco ningún hermano en todos estos años ha reclamado su restitución en el paso de misterio. Lo que habría que plantearse, por tanto, no es por qué se vende esta imagen que ya en la calle Dos de Mayo lo único que hacía era acumular polvo; sino por qué se decidió sustituirla en su momento por la actual, obra de Álvarez Duarte.
Es indudable que en general las hermandades no han sabido o no han querido mantener su patrimonio como quizá hubiera sido deseable. El valor de lo antiguo no ha sido nunca argumento de peso para evitar ciertas ventas y modificaciones que hoy, pasado el tiempo, mueven a la discrepancia e incluso a la nostalgia.
Los ejemplos no son pocos. La Hermandad de la Amargura vendió su anterior palio y manto de Rodríguez Ojeda a Jerez, donde la Hermandad del Desconsuelo presume ahora de contar con el primer palio de figura de la historia de la Semana Santa; ahí es nada.

La Virgen del Desconsuelo de Jerez bajo el antiguo palio de la Amargura
Foto: Javier Romero Díaz

En la misma ciudad acabó el paso de Castillo Lastrucci realizado en 1929 para la Hermandad del Cachorro y que hoy, con un aspecto inmejorable tras su acertadísima restauración, es motivo de orgullo en la Cena jerezana. Algunos hermanos de Pasión aún echan de menos a la Virgen de la Merced sustituida en 1966 por la de Sebastián Santos.

Imagen de la Virgen de la Merced, de la Hermandad de Pasión, sustituida en 1966 por la actual

¿Y qué decir de La Trinidad? En 2008 celebraba los quinientos años de historia y, sin embargo, es una hermandad que parece estar empeñada en aparentar haber sido fundada anteayer; su antiguo Cristo de las Cinco Llagas languidece en las dependencias de la corporación (estaba en tan mal estado que no se podía restaurar, dijeron), mientras que el de Hernández León (el segundo que hizo para la hermandad) pasó fugazmente hasta su sustitución por el realizado, de nuevo, por Álvarez Duarte. Este imaginero, el preferido por las cofradías obsesionadas con cambiarlo todo (Trinidad, Aguas, Polígono...), realizó incluso un boceto para sustituir a las imágenes secundarias que esperemos siga por muchos años en un cajón.
Y la última novedad de esta "joven" hermandad del Sábado Santo ha sido el paso de este mismo misterio que llevan a cabo los hermanos Caballero. El anterior, toda una joya de la Semana Santa hispalense, era "irrecuperable". La misma excusa, por tanto, que con el antiguo crucificado, aunque después el paso ha sido vendido a una hermandad de fuera. Parece que sí se podía seguir utilizando. Lo que cabría preguntarse, tomando como bueno el motivo del cambio, es por qué se permitió que se llegase a ese pésimo estado de conservación cuando en los últimos años la hermandad sí ha tenido dinero e interés para realizar el paso del Decreto y restaurar por completo el palio.

El antiguo paso del Cristo de las Cinco Llagas, desechado el año pasado

A veces, sin embargo, cuando las juntas de gobierno dejan que se pronuncien los hermanos, éstos dan muestras de un gran sentido común y apego por su patrimonio artístico. Sucedió en la Hermandad de la O cuando a algún iluminado se le ocurrió proponer hacer un nuevo paso para el Nazareno. Afortunadamente, los hermanos rechazaron la idea y hoy estas magníficas andas recuperan su esplendor gracias a una concienzuda restauración.
En Las Siete Palabras se impidió el cambio de dolorosa, mientras que tampoco convenció en su momento en Los Gitanos la realización de unos nuevos respiraderos para el palio de la Virgen de las Angustias. No obstante, en este caso la junta de gobierno optó por jugar la baza de la donación particular. Dicho de otro modo, si los hermanos dicen que no, que los done la duquesa. ¿Cómo vamos a rechazar un regalo, y encima viniendo de quien viene?

Paso de palio de la Virgen de las Angustias con los respiraderos regalados por la duquesa de Alba

Pero miremos el lado bueno de todo esto. Si no fuera por esa obsesión sevillana del olor a nuevo, las semanas santas de los pueblos y ciudades que, con un extraordinario criterio, han adquirido todo aquello de lo que Sevilla se deshacía no tendrían tantas joyas como las que ahora las enriquecen, junto a las propias que ya poseían. ¿Sirve de consuelo? En Sevilla, al menos, no debería.

1 comentario:

  1. Un tema interesante. Hubo cambios a mejor y otros a peor. Por no hablar de las tranformaciones de pasos e imagenes según los gustos de cada epoca

    Sobre el palio azul que estreno la Amargura en 1902, no fue vendido directamente a la hermandad del Desconsuelo, sino que fue entregado a Juan Manuel Rodriguez Ojeda como parte del pago del actual, y este lo vendío a la hermandad jerezana. De aquel conjunto la hermandad conserva la saya, y la túnica y mantolín de San Juan Evangelista.

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