sábado, 29 de octubre de 2011

LA OBSESIÓN POR LO NUEVO

Antigua Magdalena de Las Aguas
Foto: Blog de la hermandad

La venta recientemente aprobada de la antigua Magdalena de la Hermandad de las Aguas, obra de Antonio Eslava, a una cofradía de Carmona ha desatado de nuevo comentarios en foros y ambientes cofradieros acerca de la facilidad con que las hermandades sevillanas se desprenden de su propio patrimonio para sustituirlo por piezas o enseres más modernos.
Tienen razón quienes señalan que la Magdalena llevaba desde 1998 almacenada en la hermandad sin culto alguno y que los que ahora tanto critican la venta se habían olvidado por completo de ella. Tampoco ningún hermano en todos estos años ha reclamado su restitución en el paso de misterio. Lo que habría que plantearse, por tanto, no es por qué se vende esta imagen que ya en la calle Dos de Mayo lo único que hacía era acumular polvo; sino por qué se decidió sustituirla en su momento por la actual, obra de Álvarez Duarte.
Es indudable que en general las hermandades no han sabido o no han querido mantener su patrimonio como quizá hubiera sido deseable. El valor de lo antiguo no ha sido nunca argumento de peso para evitar ciertas ventas y modificaciones que hoy, pasado el tiempo, mueven a la discrepancia e incluso a la nostalgia.
Los ejemplos no son pocos. La Hermandad de la Amargura vendió su anterior palio y manto de Rodríguez Ojeda a Jerez, donde la Hermandad del Desconsuelo presume ahora de contar con el primer palio de figura de la historia de la Semana Santa; ahí es nada.

La Virgen del Desconsuelo de Jerez bajo el antiguo palio de la Amargura
Foto: Javier Romero Díaz

En la misma ciudad acabó el paso de Castillo Lastrucci realizado en 1929 para la Hermandad del Cachorro y que hoy, con un aspecto inmejorable tras su acertadísima restauración, es motivo de orgullo en la Cena jerezana. Algunos hermanos de Pasión aún echan de menos a la Virgen de la Merced sustituida en 1966 por la de Sebastián Santos.

Imagen de la Virgen de la Merced, de la Hermandad de Pasión, sustituida en 1966 por la actual

¿Y qué decir de La Trinidad? En 2008 celebraba los quinientos años de historia y, sin embargo, es una hermandad que parece estar empeñada en aparentar haber sido fundada anteayer; su antiguo Cristo de las Cinco Llagas languidece en las dependencias de la corporación (estaba en tan mal estado que no se podía restaurar, dijeron), mientras que el de Hernández León (el segundo que hizo para la hermandad) pasó fugazmente hasta su sustitución por el realizado, de nuevo, por Álvarez Duarte. Este imaginero, el preferido por las cofradías obsesionadas con cambiarlo todo (Trinidad, Aguas, Polígono...), realizó incluso un boceto para sustituir a las imágenes secundarias que esperemos siga por muchos años en un cajón.
Y la última novedad de esta "joven" hermandad del Sábado Santo ha sido el paso de este mismo misterio que llevan a cabo los hermanos Caballero. El anterior, toda una joya de la Semana Santa hispalense, era "irrecuperable". La misma excusa, por tanto, que con el antiguo crucificado, aunque después el paso ha sido vendido a una hermandad de fuera. Parece que sí se podía seguir utilizando. Lo que cabría preguntarse, tomando como bueno el motivo del cambio, es por qué se permitió que se llegase a ese pésimo estado de conservación cuando en los últimos años la hermandad sí ha tenido dinero e interés para realizar el paso del Decreto y restaurar por completo el palio.

El antiguo paso del Cristo de las Cinco Llagas, desechado el año pasado

A veces, sin embargo, cuando las juntas de gobierno dejan que se pronuncien los hermanos, éstos dan muestras de un gran sentido común y apego por su patrimonio artístico. Sucedió en la Hermandad de la O cuando a algún iluminado se le ocurrió proponer hacer un nuevo paso para el Nazareno. Afortunadamente, los hermanos rechazaron la idea y hoy estas magníficas andas recuperan su esplendor gracias a una concienzuda restauración.
En Las Siete Palabras se impidió el cambio de dolorosa, mientras que tampoco convenció en su momento en Los Gitanos la realización de unos nuevos respiraderos para el palio de la Virgen de las Angustias. No obstante, en este caso la junta de gobierno optó por jugar la baza de la donación particular. Dicho de otro modo, si los hermanos dicen que no, que los done la duquesa. ¿Cómo vamos a rechazar un regalo, y encima viniendo de quien viene?

Paso de palio de la Virgen de las Angustias con los respiraderos regalados por la duquesa de Alba

Pero miremos el lado bueno de todo esto. Si no fuera por esa obsesión sevillana del olor a nuevo, las semanas santas de los pueblos y ciudades que, con un extraordinario criterio, han adquirido todo aquello de lo que Sevilla se deshacía no tendrían tantas joyas como las que ahora las enriquecen, junto a las propias que ya poseían. ¿Sirve de consuelo? En Sevilla, al menos, no debería.

domingo, 23 de octubre de 2011

IGNACIO PÉREZ FRANCO, PREGONERO

Ignacio Pérez Franco durante el Pregón de la Coronación de la Virgen de Regla
Foto: Gogó Lobato

Hasta el momento el calendario de designaciones habituales del Consejo de cara al próximo año no está deparando sorpresas. Más bien al contrario. Tanto el cartelista, Dubé de Luque, como el pregonero de 2012, el ex hermano mayor del Baratillo, Ignacio Pérez Franco, han sido nombres de consenso que ya se conocían unos días antes de la marcada oficialidad. Los quinielistas ya pueden empezar con sus cábalas acerca de la imagen del vía crucis, que se conocerá el próximo 7 de noviembre.
En lo que se refiere al pregonero, designado ayer después del acuerdo de los consejeros de penitencia (una informalidad novedosa que apunta a nuevos modos de cara al futuro), tendrá a su cargo la responsabilidad de confirmar o no esa cierta tendencia surgida el pasado Domingo de Pasión, tras el clasicismo de texto y oratoria de Fernando Cano-Romero, que insiste en que el modelo actual del pregón está agotado y hay que cambiarlo, lo que significa modernizarlo.
La verdad es que ya son ganas de estrujarse el cerebro haciendo de lo puntual un problema estructural. Dicho de otro modo: cuando un pregón gusta, emociona y es del agrado del mundo cofradiero nadie se plantea si el modelo de pregón (si es que eso existe) debe mantenerse o hay que hacer algún cambio. Es sólo cuando no está a la altura de lo que se espera o directamente aburre como, a decir del refrán, las largas homílías en tiempos de melones, cuando surgen voces cuestionando el propio pregón.
No hay modelos válidos y otros que no lo son; hay pregones que gustan y otros que no. Así de sencillo. El pregón de Joaquín Caro Romero, con un sello clásico, gustó muchísimo a todos; y sólo un año después Carlos Herrera triunfó asimismo con un texto que incluía elementos menos habituales como el humor y la ironía, además de una pizca de compromiso social y actual que después ha sido aplicado en pregones posteriores con desigual acierto.
No es, por tanto, un problema de cómo está pensado el pregón, sino de si el protagonista del mismo conecta o no con el público, y de las expectativas con que éste se enfrente al acto. Y es que ni siquiera los a priori más brillantes escritores y oradores están a salvo del riesgo que supone situarse en el atril del Maestranza y desnudar su alma de cofrades ante los demás. Que se lo digan a Antonio García Barbeito, que con un brillantísimo texto dejó a una grandísima parte de Sevilla con la miel en los labios.
"Fue un pregón para leer más que para escuchar"; cuando se dice eso, malo... Esperemos que no sea ése el comentario más repetido cuando Ignacio Pérez Franco abandone el atril el próximo 25 de marzo.

jueves, 20 de octubre de 2011

AZULEJOS SEVILLANOS EN JEREZ

Por todos es conocida la enorme relación que existe entre los usos y costumbres de las hermandades jerezanas con los de las sevillanas, debido fundamentalmente a que hasta el año 1980 lo que hoy es la Diócesis Asidonia-Jerez pertenecía a la Archidiócesis de Sevilla. Era inevitable, por tanto, que se establecieran multitud de similitudes que alcanzan incluso a la creación misma de determinadas hermandades y a la elección de algunas advocaciones coincidentes, además de la compra por parte de las hermandades jerezanas de pasos, enseres y figuras secundarias procedentes de la Semana Santa hispalense.
En esta ocasión, sin embargo, nos detendremos en el origen de algunos de los retablos cerámicos que se pueden contemplar (siguiendo la costumbre sevillana ampliamente difundida por toda Andalucía y fuera de ella) en las fachadas de los templos jerezanos que son sede de hermandades de penitencia.
Pese a que la cerámica cofradiera autóctona ha experimentado un gran auge en los últimos años, sobre todo gracias a Manuel Castellano Sánchez, son muchas las hermandades de Jerez que han acudido (y en algún caso siguen acudiendo, como más adelante veremos) a Sevilla para encargar estas entrañables obras devocionales que nos facilitan la contemplación de las imágenes titulares cuando los templos están cerrados.
Vamos a ver solamente algunos ejemplos. De entre éstos, el más antiguo es el del Santísimo Cristo de la Expiración, situado junto a la puerta de la Ermita de San Telmo, sede de esta corporación del Viernes Santo. Se trata de una obra de la conocida fábrica Mensaque Rodríguez y Cía., aunque no consta el nombre del pintor, y que podría datar de la década de los años 20 del siglo pasado. Recientemente fue desplazado de su lugar original para acercarlo al lado derecho de la puerta del templo, dado que en el lado izquierdo se ha colocado otro retablo similar dedicado a la titular mariana de la hermandad, la Virgen del Valle, con motivo de su reciente coronación canónica.

Santísimo Cristo de la Expiración (Ermita de San Telmo)

Años más tarde, en 1944, se bendijo uno de los más interesantes azulejos jerezanos, como es el de Nuestra Madre y Señora de la Soledad. Situado en la fachada principal de la Iglesia de la Victoria, en la calle Porvera, y con más de dos metros y medio de altura, es una obra de Antonio Kiernam Flores realizada en Cerámica Santa Ana. Desgraciadamente su estado de conservación es verdaderamente lamentable, ya que presenta numerosos desperfectos causados probablemente por el vandalismo, además de contar con varias piezas a punto de despegarse por completo. En 2005 el entonces hermano mayor, José Torreglosa, se mostraba preocupado en la revista "Paso a paso" por el estado del retablo, aunque apuntaba que por la técnica con que fue realizado no tenía restauración posible. Por este motivo, se mostraba partidario de realizar uno nuevo y trasladar el antiguo al interior del templo. Seis años después nada de esto se ha hecho y la impresionante obra de Kiernam sigue a merced del paso del tiempo y de los enemigos del patrimonio urbano.

Nuestra Madre y Señora de la Soledad (Iglesia de la Victoria)

Mucho mejor conservado se encuentra el retablo cerámico dedicado a María Santísima de la Amargura, situado en una fachada lateral de la Parroquia de San Juan Bautista (Los Descalzos). Se atribuye también a Antonio Kiernam Flores, aunque en este caso es sólo una suposición. Lo que sí es seguro es que fue realizado en Cerámica Santa Ana y su bendición tuvo lugar en 1948.

María Santísima de la Amargura (Parroquia de San Juan Bautista)

El anterior retablo comparte con el siguiente no sólo la fábrica y probablemente el autor, sino también el marco que lo rodea, basado en hojas blancas sobre fondo azul. Es un azulejo de menores dimensiones dedicado a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Consuelo, atribuido al círculo de Pedro Roldán y titular de la Hermandad del Transporte, que tiene su sede en la Basílica de la Merced. Está datado en la década de los años 50.

Nuestro Padre Jesús del Consuelo (Basílica de Nuestra Señora de la Merced Coronada)

De la misma década es el pequeño retablo de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, que aparece junto al ángel que lo acompaña por las calles jerezanas cada Jueves Santo, según lo concibió el imaginero Juan Luis Vasallo. Se trata de una obra pintada por Antonio Muñoz Ruiz y realizada en Cerámica Montalván. El conjunto escultórico se representa ante un bucólico paisaje, mientras que en la esquina superior izquierda se incluyó el escudo de la hermandad.

Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto (Iglesia de Santo Domingo)

Destaca por su espectacularidad, a la que contribuye la enorme orla que lo enmarca, el retablo cerámico de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que está ubicado junto a la puerta lateral de San Dionisio desde la que sale la hermandad el Jueves Santo. Lo realizó Cerámica Santa y la bendición tuvo lugar en 1952. En el ático del retablo se encuentra el escudo de la corporación rodeado por una guirnalda de flores y dos ángeles.

Nuestra Señora del Mayor Dolor (Parroquia de San Dionisio)

Junto a la impresionante Parroquia de San Miguel un retablo nos indica que entre sus muros recibe culto el Santo Crucifijo de la Salud, imagen atribuida a José de Arce que abre la Madrugá jerezana. Corresponde, como muchos otros, al extenso catálogo de obras salidas de Cerámica Santa Ana, aunque en este caso el encargado de pintarlo fue Facundo Peláez en la década de los 60. Es una pena, sin embargo, que la elevada altura a la que está colocado dificulte su detenida contemplación.

Santo Crucifijo de la Salud (Parroquia de San Miguel)

En la década de los 60 también se dio forma en Cerámica Santa Ana a una pareja de azulejos destinados a la Capilla de los Desamparados, sede de la Hermandad de la Coronación. Antonio Kiernam fue de nuevo el pintor de ambas obras dedicadas al Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas y a María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción, que hacen estación de penitencia en la tarde del Domingo de Ramos. Al igual que sucede con otros retablos, desgraciadamente en éstos también se notan los efectos de algún que otro vándalo sin entretenimientos más productivos.

María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción y Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas (Capilla de los Desamparados)

La fábrica de Ramos Rejano fue la encargada de realizar en la década de los años 60 el retablo de María Santísima de la Concepción. Su autor, Alfonso Chaves, tuvo el detalle de pintar a la dolorosa sosteniendo en su mano izquierda un racimo de uvas, al ser titular de la hermandad conocida como Las Viñas por la advocación de la Virgen a la que está dedicado el templo parroquial. Este retablo hace juego con otro colocado en el lado opuesto de la puerta de la iglesia y que representa al Sagrado Corazón de Jesús.

María Santísima de la Concepción (Parroquia de Nuestra Señora de las Viñas)

Damos un gran salto en el tiempo y llegamos a 1990, año en que se bendice el enorme retablo cerámico de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, colocado junto a la puerta de salida de la Iglesia de San Lucas con motivo del cincuentenario fundacional de la hermandad del Miércoles Santo. Ésta es una de esas corporaciones que desde su génesis pusieron la mirada en Sevilla, ya que al autor de la imagen, Ramón Chaveli, se le pidió expresamente que se inspirara en el Señor de las Penas de San Vicente. En lo que se refire al retablo, salió de la fábrica de Cerámica Santa Ana, donde lo pintó Emilio Sánchez Palacios. La orla que lo enmarca es de forja e incluye arriba, en el centro, el escudo de la hermandad.

Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas (Iglesia de San Lucas)

De 1990 es también el retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Defensión, pintado por Antonio Martínez Adorna en Cerámica Santa Ana. Se trata de un azulejo que resume la historia de la llegada de la imagen hasta Jerez procedente de Valencia, de donde era su autor, José Esteve Bonet. Fue un fraile capuchino, Fray Buenaventura de Cádiz, quien encargó el Cristo, el único de Jerez con cuatro clavos. La imagen fue trasladada en barco por el Mediterráneo, donde sufrió un gran temporal del que milagrosamente salió indemne. Finalmente, a través del Guadalete llegó a su destino, la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión, de la que tomó prestada la advocación. Desde allí pasaría al Convento de Capuchinos, en la calle Sevilla, donde se fundó la hermandad en 1957. Por todo ello, en el retablo aparece el Cristo de la Defensión sobre el mar, donde navega un barco. Asimismo, se puede ver la fachada de la Cartuja jerezana.

Santísimo Cristo de la Defensión (Convento de Capuchinos)

Volvemos a la Hermandad del Transporte porque en la década de los 90 encarga a Cerámica Santa Ana, que 40 años antes realizó el retablo del Señor del Consuelo, uno dedicado esta vez a Madre de Dios de la Misericordia, bellísima dolorosa de Sebastián Santos. El encargado de pintarlo fue Patricio Zabala, quien situó a la Virgen sobre un verdadero fondo celestial.

Madre de Dios de la Misericordia (Basílica de Nuestra Señora de la Merced Coronada)

También pertenece a la década de los 90, aunque presenta una estética más antigua, el retablo de Nuestra Señora de las Angustias, situado en la fachada lateral de la capilla del mismo nombre, sede de la cofradía que cierra el Domingo de Ramos. Fue realizado por Juan Aragón Cuesta en su taller de la sevillana calle Águilas, mientras que el autor del dibujo fue José Ramón Fernández Lira.

Nuestra Señora de las Angustias (Capilla de las Angustias)

El último azulejo que vamos a analizar es muy reciente, ya que fue bendecido en 2010. Lo interesante del mismo es que aún hoy algunas hermandades optan por encargar este tipo de obras en Sevilla. Este retablo en concreto, colocado en la fachada lateral de la Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada, fue realizado por Antonio Hermosilla Caro en un taller particular. Sobre fondo de color marrón, igual que las túnicas de los nazarenos, aparece el Santísimo Cristo de la Lanzada con corona y potencias. Se puede leer una leyenda dividida en dos cartelas: "Por tu Santa Lanzada, Divino Redentor" ... "Déjame traspasada el alma de dolor". Además, en su parte inferior y sobre fondo azul se encuentra el escudo de esta hermandad del Jueves Santo jerezano.

Santísimo Cristo de la Lanzada (Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada)

martes, 18 de octubre de 2011

DUBÉ DE LUQUE, CARTELISTA


Al final, el 'runrún' de los últimos días iba por el buen camino y ayer fue elegido Antonio J. Dubé de Luque cartelista de la Semana Santa de 2012. Se trata de una elección que hace justicia con el conocido imaginero, pintor y diseñador de numerosos pasos y enseres (sobre todo en su Hermandad de los Servitas, de la que llegó a ser hermano mayor), quien tiene ya una larga trayectoria como cartelista, ya que suyos son los carteles de las coronaciones canónicas de la Virgen de las Angustias, la Encarnación y la Palma del Buen Fin, además de la pintura realizada con motivo de la beatificación de Sor Ángela de la Cruz, entre otras muchas obras.
Desde este blog damos la enhorabuena a Dubé de Luque por esta distinción y recordamos la entrevista que nos concedió en noviembre del pasado año, coincidiendo con la bendición de la entonces última imagen salida de su taller, una dolorosa con la advocación de la Salud para Ciudad Real. Se puede acceder a dicha entrevista pinchando aquí.

 Cartel de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Palma (2005)

Pintura conmemorativa de la beatificación de Sor Ángela de la Cruz (1982)

lunes, 10 de octubre de 2011

ASENJO BENDICE LA NUEVA PUERTA DE SAN ISIDRO LABRADOR


La bendición de la nueva puerta de la Parroquia de San Isidro Labrador tuvo lugar en la mañana de ayer, domingo, en un acto presidido por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que incluyó la celebración de una eucaristía de acción de gracias en la que la parroquia del barrio de Pino Montano estuvo a rebosar.
La obra de apertura de la puerta, de la que el arzobispo desveló que había costado algo más de 72.000 euros, fue una iniciativa de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de Nazaret y María Santísima del Amor para que la salida de la cofradía el Viernes de Dolores se pueda realizar desde la propia parroquia, en lugar de salir de una carpa situada en el patio, como ha sucedido hasta ahora. Por este motivo, ha sido la hermandad la encargada de conseguir el dinero para sufragar el coste de los trabajos.
A las doce y media llegaba el arzobispo precedido del cuerpo de acólitos y acompañado por el párroco, Indalecio Humanes. Tras unas palabras iniciales, Asenjo se dirigió a la puerta para su bendición y se abrió por primera vez para acceder al interior, momento rubricado por todos los presentes con un fuerte aplauso. En el lugar se encontraban el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano; el presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, Adolfo Arenas; y el delegado de hermandades de vísperas del Consejo, José Manuel Rodríguez Núñez; entre otros.





Una vez en el interior, tomó la palabra el hermano mayor de Pino Montano, Ramón Borreguero, quien insistió en el valor de la nueva puerta para dignificar tanto la salida de la hermandad como al propio templo, lugar de encuentro y oración. Asimismo, agradeció la colaboración de todos en la realización de esta obra y pidió que ésta sirva para unir los vínculos fraternos de los integrantes de la comunidad.
También incidió en este punto el arzobispo Asenjo durante la homilía, en la que tuvo palabras de agradecimiento para la hermandad por este trabajo, al que en varias ocasiones se refirió como "una obra buena", pero también advirtió de la necesidad de mejorar como comunidad cristiana haciendo una mención especial a la labor de Cáritas Parroquial en un momento de tan grave situación económica. A todos los vecinos les hizo ver la importancia de la Iglesia como punto de encuentro con Dios y destacó que "el mayor tesoro del barrio de Pino Montano está en el Sagrario" de la Parroquia de San Isidro Labrador. En este sentido, invitó a todos los miembros de la comunidad a acudir a visitar al Señor en el Sagrario y a acompañarle diariamente, para lo que subrayó la necesidad de mantener los templos abiertos en un horario por todos conocido.
La eucaristía contó con la participación del Coro de Pino Montano, que interpretó diversos cánticos que fueron del agrado del arzobispo, como él mismo reconoció durante su alocución final. Asenjo se mostró gratamente sorprendido por la interpretación de "Anima Christi" y animó a la directora del coro, a la que felicitó por su buena voz, a continuar en la línea de este tipo de cantos litúrgicos en el futuro. También alabó la labor de los tres violinistas que tocaron durante la función.
Por su parte, el párroco de San Isidro, quien también mereció los halagos del arzobispo por la perfecta organización de la ceremonia, agradeció la que era la primera visita de Asenjo a la parroquia de Pino Montano (volverá el próximo año para confirmar) y se puso a su disposición para todo lo que necesite de esta feligresía. Además, Indalecio Humanes pidió para él un aplauso de los presentes.
Finalizada la eucaristía, Asenjo se fotografió con el coro ante el altar mayor y visitó la capilla de la hermandad para contemplar a los titulares y hacerse fotos con los miembros de la junta de gobierno.


Y otra hermandad que está realizando obras en su sede canónica para facilitar la salida de los pasos es la del Polígono San Pablo. Los trabajos de construcción de la nueva puerta de la Parroquia de San Ignacio de Loyola están ya muy avanzados, como lo demuestran las siguientes fotografías tomadas este mismo fin de semana.


"¡VIVA LA VIRGEN DEL ROSARIO, VIVA EL NIÑO DE LA VIRGEN!"


La Hermandad de la Virgen del Rosario del Barrio León realizó el pasado sábado su salida procesional, que la llevó a recorrer durante más de cinco horas las calles de su feligresía en una emotiva jornada. Abría el cortejo la Banda de Cornetas y Tambores Amor de Cristo, de San Juan de Aznalfarache, y acompañaban a la cofradía trianera las hermandades del Carmen de San Leandro, el Carmen de Calatrava, la Candelaria Madre de Dios, la Paz de Arcos de la Frontera y las asociaciones de las Maravillas de Sevilla y la Misión de Jerez de la Frontera.






La imagen vestía manto azul y saya blanca bordados en oro, mientras que el exorno floral constaba principalmente de nardos y rosas blancas. La Banda de Música de la Cruz Roja acompañó a la Virgen, realizada en 1982 por Luis Álvarez Duarte. Inmediatamente después de la salida desde la Parroquia de San Gonzalo sonó por primera vez en la calle "Rosario de Azahar", la marcha de Moisés Viretti estrenada en un concierto celebrado el 25 de septiembre en el Asilo de Nuestra Señora de la Consolación.














A partir de ahí, la banda interpretó un variadísimo repertorio musical que incluyó las marchas "Rosario del Barrio León" y "Encarnación Coronada" a su llegada al asilo de la Avenida de Coria. Allí la esperaba un grupo de ancianos que cantaron la Salve a la Virgen. Entre ellos se encontraba el 'Mudo de Santa Ana', que hizo sonar el llamador para que el paso retomara su itinerario. La marcha escogida para salir de nuevo a la avenida fue "Glorias de Sevilla", de Manuel Marvizón, que cada vez se oye más en las procesiones de las corporaciones de gloria.





Posteriormente, el paso se dirigió hacia las calles La Coruña y San Vicente de Paúl hasta la Ronda de Triana, donde realizó una parada ante la Parroquia de las Santas Justa y Rufina, donde la Virgen fue recibida por el delegado diocesano de Hermandades, Manuel Soria Campos, nombrado en junio párroco de este templo, y por el presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, Adolfo Arenas Castillo. Tras el rezo ante la imagen, Soria dedicó unas palabras a los costaleros antes de que el paso se marchara a los sones de "María Santísima de la O".



Por la calle Santa Cecilia, la Virgen del Rosario del Barrio León llegó a otro de los puntos clave en su itinerario, como fue el Hospital Infanta Luisa, donde el paso se paró ante el azulejo de la Esperanza de Triana, momento en que la banda interpretó "Triana de Esperanza".





Desde allí, la Virgen emprendió el camino de regreso a su barrio, al que accedió por la calle Cristo del Soberano Poder y donde comenzó un largo rodeo para pasar por el mayor número posible de viviendas de la zona. No en vano, la Virgen del Rosario es la patrona del Barrio León.
Momentos antes de las doce y media de la noche llegó a su capilla de la calle Padre Maruri. Allí se vivieron los momentos de mayor emoción gracias a una mujer que, acompañada por una guitarra, cantó desde un balcón una sevillana de tres estrofas, cada una de las cuales finalizaba con "¡Viva la Virgen del Rosario! ¡Viva el Niño de la Virgen!", provocando siempre el aplauso de los presentes. Finalmente, mientras sonaba el solo de flauta y tambor de "Rocío", el paso se levantó a pulso y acto seguido se hizo coincidir la parte final de la marcha con una intensa petalada y el lanzamiento de diversos fuegos artificiales; después el paso entró definitivamente en la capilla entre el repique de sus campanas.









El repertorio completo interpretado por la Banda de la Cruz Roja tras la Virgen del Rosario fue el siguiente: "Rosario de Azahar" (salida), "Carmen de San Leandro", "Reina de Triana", "Rosario del Barrio León" (para entrar en el asilo), "Encarnación Coronada" (dos veces dentro del asilo), "Glorias de Sevilla" (para salir del asilo), "Coronación de la Macarena", "Virgen de las Aguas", "Madre Hiniesta", "Esperanza Macarena" (para acercarse a la Parroquia de las Santas Justa y Rufina), "María Santísima de la O" (para marcharse de la parroquia), "Rosario de Monte-Sión", "Coronación", "Pasan los Campanilleros", "Estrella Sublime", "Triana de Esperanza" (ante el azulejo del Hospital Infanta Luisa), "Virgen de Montserrat", "Virgen de la Paz", "Virgen de la Victoria", "Esperanza de Triana Coronada" (entrando en la calle Cristo del Soberano Poder), "Virgen de los Ángeles", "Hosanna in excelsis", "A ti Manué", "Caridad del Guadalquivir", "Virgen de los Estudiantes", "Virgen de la Estrella", "Rosario de Azahar", "Encarnación Coronada", "Pasan los Campanilleros" (llegando a la capilla) y parte final de "Rocío" (momentos antes de entrar).

La anécdota de la salida procesional de la Virgen del Rosario del Barrio León la protagonizó una mujer de rasgos orientales que estuvo siguiendo al paso desde el Hospital Infanta Luisa hasta la Avenida de Alvar Núñez. No miraba ni a la Virgen, ni el paso, ni las flores, ni los cirios; lo único que le llamaba la atención eran los pies de los costaleros. Llegó a caminar pegada al paso durante cada 'chicotá' sin dejar de mirarlos y cada vez que el paso paraba y los costaleros levantaban los faldones para tomar aire se asomaba tratando de ver cómo era el esqueleto del paso.
Finalmente, cuando se produjo un relevo de costaleros no tuvo reparos en situarse detrás de uno de los que acababan de salir para tocar su costal, ver de qué estaba hecho y preguntar con gestos si debajo del paso los hombres iban encorvados. El costalero trató de explicarle que van de pie, con la espalda recta y dejando que el peso del paso descanse sobre el costal. Satisfecha su curiosidad, la mujer contempló cómo el paso volvía a levantarse y se marchó tras haber visto resuelto el enigma de los pies escondidos detrás de los faldones...