viernes, 20 de enero de 2012

QUE NOS SIRVA DE EXPERIENCIA


Antes de nada, tengo que aclarar que no pretendo en este artículo poner el acento en los posibles errores de nadie. Y tampoco se trata de denunciar la inconsciencia, como sinónimo de imprudencia, de la Hermandad de las Siete Palabras. Le ha tocado a ella como seguro le podría haber tocado a otra.
Pero lo cierto es que el robo sufrido por esta corporación, y que todos los cofrades debemos lamentar y condenar, en la madrugada del pasado jueves hay que tomarlo como una clara advertencia. La pena es que tengan que ocurrir las cosas antes de tomar medidas.
Igual que tuvo que subir un loco al camarín del Gran Poder para que cayéramos en la cuenta de la facilidad con que podía ocurrirle algo negativo a la imagen (muchas hermandades aún no se han dado por enteradas y sus titulares siguen ahí, al alcance de cualquiera), también ahora ha sucedido este robo para que nos percatemos de la falta de las más simples medidas de seguridad que existe en los almacenes donde algunas (espero que sean pocas) cofradías guardan sus enseres.
Una sencilla puerta de madera, una finísima puerta separaba los elementos más valiosos de la corporación (sin contar, obviamente, sus imágenes) de la calle. ¿Tanto cuesta una buena puerta blindada, o por lo menos de una madera más gruesa que no salte al primer o al segundo golpe? ¿Tanto cuesta instalar una alarma? Y si tenemos en cuenta que un hermano de las Siete Palabras ya advirtió en un cabildo general de la falta de seguridad del almacén, lo ocurrido es todavía más grave.
Muchos hay que han comentado como algo también muy imprudente el hecho de que las piezas robadas no estuvieran aseguradas. A mí, francamente, eso me parece que es lo de menos. Aquí de lo que se trata es que esos enseres, ésos y no otros, han sido robados y probablemente han desaparecido para siempre. Tenerlos asegurados compensaría económicamente a la hermandad, pero no serviría para recuperarlos.
Y aquí es cuando pasamos del valor económico, que es muchísimo (razón de más para no contentarse con una puertecita de madera como única protección), al valor sentimental. Creo que lo que más ha podido doler es la desaparición de dos de las cuatro águilas bicéfalas de plata del paso del nazareno de la Divina Misericordia (cada una contaba con el escudo de una hermandad de la parroquia de San Vicente: Siete Palabras, Penas, Vera+Cruz y Museo) y de una de las cuatro cartelas también de plata que tienen en su centro, en madera, la reproducción de los rostros del Cristo de las Siete Palabras, el Gran Poder, el Señor de Pasión y el Cachorro. Sólo faltan poco más de diez semanas para el Miércoles Santo y veo complicado que se puedan realizar réplicas de las piezas sustraídas.

Foto: ABC

Ahora bien, en lo que se refiere a las antiguas caídas del palio, realizadas por el taller de Villarreal, hace ya muchísimo tiempo que estaban completamente abandonadas por parte de la hermandad. En 1997 fueron sustituidas por las actuales bordadas por Fernández y Enríquez (que nunca han gustado del todo a los hermanos) y, pese a su riqueza y la cantidad enorme de años que cobijó a la Virgen de la Cabeza en sus estaciones de penitencia, ni siquiera formaron parte de la exposición 'Círculo de Pasión' organizada el año pasado en el Círculo Mercantil para conmemorar el medio milenio de vida de la corporación. No sabíamos dónde estaban; ahora sí: detrás de una puertecita de madera a una grandísima distancia de San Vicente.
Insisto en que no se trata de crucificar a nadie por su imprudencia, sino de subrayar que en los tiempos que vivimos no se puede ser tan confiado. La situación actual de anticlericalismo e inseguridad ciudadana, y por supuesto las consecuencias de la crisis económica obligan a ser más precavidos, a tomarnos más en serio que nunca que el valioso patrimonio material de las cofradías no puede estar guardado de cualquier manera durante todo el año confiando en que no pasará nada porque nunca ha pasado nada. A veces sí ocurren cosas; y cuando ocurren puede que se puedan solucionar, como la agresión al Gran Poder, o puede que no, como (ojalá me equivoque) el robo de las Siete Palabras. Que por lo menos nos sirva de experiencia.

5 comentarios:

  1. El tema es que no escarmentamos.

    Ya le paso lo mismo a la hermandad de San Gonzalo en 1983, en 1989 a los Javieres en Omnium Sanctorum, en 1977 le tocó a San Juan de la Palma...

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  2. Es lamentable lo que le ha pasado a la Hermandad de las Siete Palabras. Esperemos que algo así no se repita. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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  3. ¿De dónde ha mangado usted la foto del palio de plata?

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  4. Ya veo, señor Anónimo, por dónde va usted. En cualquier caso, señor Anónimo, le informo que esta foto la saqué de El Foro Cofrade, donde un forero la había colgado procedente de la web semanasantasevilla.es, sin que ni en un sitio ni en otro constara el nombre del autor de la fotografía. Si usted, señor Anónimo, lo sabe, le ruego me lo comunique porque no tendré ningún problema en adjuntarlo. Por cierto, señor Anónimo, hay que ver lo lejos que se ha tenido que ir usted hasta encontrar una foto ajena no firmada. Le agradezco el empeño porque así, como quien no quiere la cosa, ha contribuido a incrementar el número de visitas. Un saludo.

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  5. Por cierto, señor Anónimo, como sé por dónde va, permítame que le diga que no es lo mismo coger un texto sabiendo perfectamente quién es su autor y firmarlo como si fuera de otro, que coger una foto añeja de Google y no poner el nombre del fotógrafo. Se lo digo por si considera ambas cuestiones comparables.

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