sábado, 18 de enero de 2014

LA RESURRECCIÓN SALE DEL BUCLE


Hasta hace muy poco tiempo, en determinados foros principalmente de internet, si alguien hablaba de la cuestión del horario de la Hermandad de la Resurrección como lo hace su hermano mayor en el anuario recién presentado, los más acérrimos defensores de pasar al Sábado Santo poco menos que lo echaban a los leones. Ahora, sin embargo, parecen guardar silencio. ¿Es porque no se atreven a protestar contra el máximo responsable actual de la hermandad o porque sus argumentos les han convencido? Quién sabe.
El caso es que, al menos públicamente, la rotundidad con que Miguel Ángel Pérez expone las causas por las que es necesario un cambio de horario de la cofradía dentro del Domingo de Resurrección no parece haber recibido contestación.
Y es que ofrece argumentos de peso contra los que poco se puede esgrimir, demostrando que en Santa Marina se ha salido del absurdo bucle en el que sin remisión se había metido, y con él toda su hermandad, el anterior hermano mayor.
Miguel Ángel Pérez tiene además el acierto de presentar este asunto no como una derrota de la hermandad. No pide buscar otro horario dentro del Domingo de Resurrección porque la batalla del Sábado Santo haya sido perdida. No. Lo que hace es tratar de abrir los ojos a los hermanos y demostrarles que la Resurrección es la única hermandad de Sevilla que tiene todo un día a su disposición y que eso se ha de aprovechar abandonando un horario irracional que, incomprensiblemente, fue apoyado por la mayoría de los hermanos en un cabildo celebrado hace ahora un año.
"¿Sabemos qué misterio representamos? ¿Qué día debemos hacer estación de penitencia? ¿Cómo se llama el domingo en el que la hacemos? ¿Por qué no asumimos nuestra naturaleza? ¿Por qué no nos adueñamos de nuestro día, el Domingo de Resurrección?". No se puede ser más contundente. Pero, insisto: cuando algunos argumentábamos eso mismo en algunos foros la contestación, a veces elevada de tono, era inmediata.
En su artículo, Miguel Ángel Pérez analiza con rigor los nuevos estatutos del Consejo General de Hermandades y Cofradías, y cómo éstos señalan que habría que proceder para aprobar un cambio de día de salida de cualquier hermandad, para concluir asegurando que con la normativa actual la Resurrección jamás pasará al Sábado Santo. Posteriormente, indica que la hermandad no sólo no crece en número de hermanos ni de nazarenos, sino que se van perdiendo poco a poco. Y finaliza recordando que en la inmensísima mayoría de ciudades y pueblos de España las hermandades que dan culto a la Resurrección de Jesucristo salen a las calles el Domingo de Resurrección.
En realidad, el hermano mayor no expone en su artículo nada nuevo. Ni uno sólo de los argumentos que utiliza son inéditos. Ya antes, durante los últimos años, han sido utilizados por tantos cofrades que no han apoyado nunca eso de ver al Señor Resucitado y a la Virgen de la Aurora por las calles al mismo tiempo que el Cristo Yacente o la Soledad de San Lorenzo.
Lo novedoso es que sea el hermano mayor el que haga suyos todos esos argumentos para tratar de convencer a sus hermanos de que seguir empeñados en salir a las cinco menos cuarto de la madrugada a unas calles semidesiertas no es lo mejor para una cofradía. Quizá, cuando él mismo afirmaba hace meses que no había ningún debate en la hermandad sobre este tema tras el cabildo del año pasado, tenía razón. Precisamente por ello habrá querido ser él mismo el que vuelva a abrirlo.
En cualquier caso, aunque sea tarde, bienvenida sea la cordura y la claridad sobre este asunto a la Resurrección. Habrá que ver ahora si los hermanos recogen el desesperado guante de un hermano mayor verdaderamente preocupado por su cofradía. Recordemos que el anterior llegó a decir que si no pasaba al Sábado Santo, la hermandad se quedaría para siempre en su horario actual. Pues eso. Afortunadamente, uno y otro dirigente cofradiero, el de antes y el de ahora, son la noche y el día. Y nunca mejor dicho.

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