lunes, 11 de diciembre de 2017

INMACULADA 2017: AURORA


Cinco años lleva la Orden Seglar Franciscana de San Pedro de Alcántara celebrando en el día de la Inmaculada Concepción el besamanos a la Virgen de la Aurora, que recibe culto en la capilla de la calle Cervantes. Este año se ha presentado a los devotos vestida con el manto azul que ya llevó en su besamanos de 2015 (ver), así como una saya blanca y toca de sobremanto.
La Virgen estaba elevada sobre su habitual peana de besamanos, de madera dorada, y contaba con ráfaga, corona y media luna plateadas. En el pecherín tenía diferentes broches, medallas y collares, y sobre la cotilla había un ramillete de tres azucenas de orfebrería. El Niño Jesús, que también tenía corona, iba vestido de tisú blanco. La mano derecha de la Virgen era la que besaban los devotos, en tanto que en la izquierda llevaba un rosario de grandes cuentas blancas.
Junto a la imagen, atribuida a José Montes de Oca, aunque el Niño es de Felipe de Ribas, había seis candeleros plateados con cera blanca y dos candelabros de cinco finas velas cada uno. Éstos estaban colocados sobre columnas de madera dorada, mientras que junto a ellos había otros dos pies dorados de base cuadrada que sujetaban sendas jarras plateadas con margaritas, calas y otras especies, todas de color blanco. Otras dos jarras iguales estaban en el suelo.
Finalmente, en los extremos había cuatro candeleros dorados y dos sacras, mientras que el camarín de la talla mariana lo ocupaba el estandarte de la Orden Seglar.

























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