miércoles, 28 de agosto de 2019

EL MUSEO DE LA SEMANA SANTA DE ZAMORA


Zamora, considerada la capital del románico por la cantidad de iglesias de este estilo arquitectónico que alberga, cuenta con una de las celebraciones de Semana Santa más reconocidas de España. De hecho, en 1980 obtuvo la declaración de Interés Turístico Nacional y sólo seis años después la de Interés Turístico Internacional.
Durante todo el año, quienes visitan esta bellísima ciudad castellano-leonesa tienen oportunidad de conocer su Semana Santa gracias al museo que abrió sus puertas en 1964 y que tuvo que ser ampliado 30 años más tarde. Actualmente, el Museo de la Semana Santa de Zamora alberga un total de 36 pasos de misterio, así como otros enseres y las túnicas de las 18 cofradías que existen en la ciudad.
Periodista Cofrade ha visitado recientemente este interesantísimo museo, cuyo contenido se presenta en este reportaje, como años atrás ocurrió con los museos de León (ver) y Plasencia (ver). Al acceder a la zona expositiva, recibe al visitante Barandales, un personaje de la Semana Santa zamorana que se encuentra también en una escultura en la Plaza de Santa María La Nueva, a pocos metros del museo.
Esa denominación, Barandales, es la que recibe un personaje popular de la Semana Santa que hace sonar dos pesados esquilones o campanas de al menos cinco kilos de peso cada una para avisar de la llegada de las procesiones. La escultura de Barandales que se encuentra en el museo es del mismo autor que la situada en la plaza, de Ricardo Flecha Barrio, y la realizó en 1992.




También en esta primera zona del museo se pueden observar en unas vitrinas diferentes enseres, como pequeñas esculturas, obsequios recibidos por la Junta Pro Semana Santa de Zamora y medallas, así como fotografías de muchas imágenes de Cristo y algunas dolorosas de las cofradías zamoranas.




Encontramos junto a la escultura de Barandales el primero de los pasos que pueden verse en el museo. Se trata del paso de la Santa Cruz, que forma parte de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Disciplina y Penitencia, que sale a las calles el Jueves Santo. Tanto la cruz, de madera de haya y cordabam con cantoneras metálicas y un sudario de raso bordado en oro, como el canasto o mesa, como se denomina en Zamora, de madera de nogal, son obra de Julio Gómez Sismo en 1918.





Siguiendo el recorrido de la exposición, vemos ahora un lienzo pintado al óleo en 1958 por José María García Fernández 'Castilviejo', titulado "Calvario". Pertenece a la Cofradía de Jesús Nazareno, vulgo Congregación, y se encontraba en la desaparecida Capilla de la Soledad de la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva.


Nos adentramos en una sala anexa a la principal y encontramos en primer lugar el paso de la Borriquita, perteneciente a la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, que, como es obvio, sale el Domingo de Ramos. Tanto el grupo escultórico, de madera de pino de Soria, como la mesa, de madera de nogal, fueron realizados en 1950 por Florentino Trapero.





Volvemos a la Cofradía de la Santa Vera Cruz para ver el misterio del Lavatorio, compuesto por las imágenes realizadas por Higinio Vázquez García en madera de pino de Suecia, con policromía de Salvador Moreno Muñoz, y la mesa de José Antonio Pérez, de madera de nogal. Este paso se estrenó en las calles el Jueves Santo de 2001.





De la misma hermandad es el misterio de la Oración en el Huerto, con una mesa de madera de ukola compuesta a partir de piezas de otras mesas antiguas. La imagen del Señor es de madera de pino, obra de 1691 de Juan Sánchez de la Guerra, mientras que el ángel perteneció en origen a una escena de la Anunciación, obra de un autor desconocido del siglo XVIII.





El siguiente misterio que vemos es el de la Coronación de Espinas, estrenado por la Cofradía de la Vera Cruz en 1999. Como el del Lavatorio, la talla de las imágenes es de Higinio Vázquez García, la policromía es de Salvador Moreno Muñoz, y la mesa la realizó José Antonio Pérez. Los materiales son los mismos: pino de Suecia y nogal, respectivamente.





Siguiendo el orden en que se encuentran colocados los pasos, que no el procesional, vemos a continuación el enorme misterio de la Santa Cena, conjunto escultórico de Fernando Mayoral Dorado (1991), de madera de caoba de Brasil, y mesa de caobilla del mismo autor (1989). Fue donado a la Cofradía de la Vera Cruz por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Zamora, en conmemoración del centenario de la muerte del escultor Ramón Álvarez.







Muy cerca se muestra un antiguo misterio de la Cena, de tamaño menor al natural, que formó parte de la procesión de la Vera Cruz entre 1821 y 1943. Fue realizado por Blas González.




Seguimos con la escena del Prendimiento, grupo escultórico tallado en 1898 por Miguel Torija Domínguez en madera de pino del norte. El paso o mesa, de madera de ukola y nogal, es de Antonio Labajo, de mediados del siglo XX. Este paso fue ampliado en 1998 para ser portado a hombros por los hermanos de la cofradía. Aunque se denomina Prendimiento, el autor se centró al tallar este misterio en el momento exacto del beso de Judas al Señor.






Vemos a continuación el misterio de la Flagelación, que tiene diversos autores. Así, la imagen del Señor es de Juan Sánchez de la Guerra (1691), aunque fue reformada en los últimos meses de su vida por el ya mencionado Ramón Álvarez. Los sayones son de Alonso de Remesal, quien apostó claramente, sobre todo en uno de ellos, de enorme nariz, por la corriente escultórico del feísmo como forma de representar, mediante la fealdad, la maldad de este tipo de personajes frente a la belleza de Jesucristo. En cuanto a la columna y a la mesa, de madera de nogal, es de José Antonio Pérez (2003).






El antepenúltimo paso de la Cofradía de la Vera Cruz (más adelante veremos el de la Dolorosa y el del Cristo de la Laguna) que forma parte del museo es el de la Sentencia, conjunto de madera de nogal realizado en 1925 por Ramón Núñez Fernández y costeado por la Junta de Fomento de Semana Santa, antecedente de la actual Junta Pro Semana Santa de Zamora, que pagó por él 5.000 pesetas. La mesa, de madera de nogal de Guinea, fue realizada por Cesáreo Pedrero Mozo y se pensó originalmente para el misterio de la Cena.






Salimos nuevamente a la sala principal del museo, donde encontraremos el resto de los pasos que lo conforman colocados de forma circular en dos filas. Veremos en primer lugar los pasos del círculo exterior, en los que se sigue el orden cronológico de la Pasión de Cristo, dejando para el final el círculo interior.
Así, vemos en primer lugar el paso de la Caída, uno de los doce que componen el cortejo de la Cofradía de Jesús Nazareno, vulgo Congregación, que sale el Viernes Santo. El conjunto escultórico fue realizado entre 1866 y 1878 por Ramón Álvarez y es considerado una de las mejores obras de su producción. Las imágenes son de madera de pino del norte y están vestidas con telas encoladas. Como curiosidad, hay que apuntar que la escena se inspira en la pintura "El pasmo de Sicilia", de Rafael. La mesa, de madera de nogal, fue realizada en 1976 por Julián Román 'Alito'.








El siguiente misterio, de la misma cofradía, es el llamado Camino del Calvario. El Nazareno, de autor desconocido, es de 1802, mientras que el sayón, el centurión romano y los soldados son de Justo Fernández. Todas las tallas son de madera de pino del norte con ropajes de telas encoladas, salvo la túnica del Nazareno, que es de terciopelo. La mesa es de Alfonso Pastor Cadierno, de madera de nogal (1962). Éste es el primer paso de la Cofradía de Jesús Nazareno, que inicia su salida desde la Iglesia de San Juan a las cinco de la madrugada del Viernes Santo.





Muy destacado es el siguiente paso, el de la Redención, con un Nazareno tallado en 1931 por Mariano Benlliure, quien igualmente diseñó la mesa, tallada por él mismo y por Juan García Taléns. La enorme cruz que carga el Señor no deja ver su rostro desde el lado derecho del paso; sin embargo, Benlliure incluyó en el crucero un espejo que permite ver al mismo tiempo los dos lados de la cara de la imagen. Los materiales empleados por el escultor valenciano fueron la caoba y el tilo de Cuba.





A continuación, vemos el conjunto escultórico de las tres Marías y San Juan, que en la procesión de la Cofradía de Jesús Nazareno va inmediatamente detrás del paso de Redención, como una prolongación de éste. Fue tallado en madera de abedul por Hipólito Pérez Calvo en 1971, mientras que la mesa, de nogal, es de Julián Román 'Alito', de 1980.






Vemos ahora el paso de Jesús Nazareno, donado a la cofradía por la empresa Iberdrola. La imagen es de Antonio Pedrero, autor también, junto a José Antonio Pérez, de la mesa. Todo ello es de 1999 y está realizado en madera de nogal. Su primera salida procesional tuvo lugar el Viernes Santo de 2001.





A su lado, vemos el misterio de la Desnudez, el momento en que unos sayones proceden a desnudar a Jesús mientras otro prepara la cruz para la crucifixión. El conjunto escultórico es de madera de pino del norte y telas encoladas, y fue realizado por José María Garrós en 1902. La mesa es de Julián Román 'Alito' y fue tallada en madera de nogal en 1942 para el misterio de la Caída que vimos antes.





Vemos ahora el paso de la Crucifixión, que formó parte del recordado vía crucis de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en 2011. Se trata del último grupo escultórico realizado como tal por Ramón Álvarez para la Semana Santa zamorana. Fue tallado en madera de pino de Soria y telas encoladas entre 1880 y 1884, y como curiosidad hay que apuntar que costó 2.750 pesetas. La mesa, de madera de nogal, es de 1956, obra de Alfonso Pastor Cadierno. Se trata de una escena impresionante de gran expresividad en la que la cruz, con Jesús ya clavado en ella, aparece completamente tumbada. Para facilitar la visión del conjunto, el museo tuvo el acierto de colocar un gran espejo sobre el paso.







A su lado, se puede ver el misterio de la Elevación de la Cruz, conjunto escultórico realizado entre 1899 y 1901 por un discípulo de Ramón Álvarez, como fue Aurelio de la Iglesia. Está realizado en madera de pino con ropajes de lino encolado.





Y el último paso que de momento vemos de la Cofradía de Jesús Nazareno (luego veremos el de la Verónica), es el de la Agonía. Se trata de un conjunto escultórico no realizado para procesionar, sino que se encontraba en un retablo en la Iglesia de San Juan. La parroquia lo cedió a la Congregación en 1866. Las imágenes (Jesús, la Virgen, San Juan y la Magdalena) son de madera de pino del norte y las talló entre 1604 y 1605 Juan Ruiz de Zumeta. En cuanto a la mesa, de madera de nogal, es de Alfonso Pastor Cadierno, de 1974.




Pasamos a la Real Cofradía del Santo Entierro, que sale en la tarde del Viernes Santo con doce pasos. Vemos en primer lugar el de la Conversión del centurión, grupo escultórico tallado en madera de tilo por Fernando Mayoral y estrenado en 2001. La mesa, de madera de nogal americano, es de José Antonio Pérez. Este paso fue donado a la cofradía por un grupo de empresas.







Continuamos con el misterio de la Lanzada, conocido popularmente como "El caballo de Longinos". Fue tallado en 1868 por Ramón Álvarez en madera de pino de Soria. La mesa es de dos autores diferentes: la parte superior, de madera de satén, es de Julio Gómez 'El Chepa' (1928), mientras que la inferior es obra de Ricardo Flecha (1998), de madera de cerezo.






Vemos al lado el primer grupo escultórico que talló Ramón Álvarez, el del Descendimiento, de 1859. Fue realizado en madera de pino de Soria y telas encoladas, y costó 5.000 pesetas sufragadas a través de una rifa popular. El misterio va sobre una mesa de madera de nogal tallada por Julián Román Alonso 'Alito' en 1941.






A continuación, podemos ver uno de los pasos más recientes de la Real Cofradía del Santo Entierro. Se trata del conjunto escultórico de la Piedad, obra realizada en cedro por el imaginero sevillano Manuel Ramos Corona en 2004. Fue donado a la hermandad por Caja España y va sobre una mesa de Ricardo Flecha (2001) que incorpora, como novedad, algunas partes de bronce que lo distingue de otros pasos.






Volvemos a Mariano Benlliure con su primera obra, el misterio del Descendido. El escultor realizó este conjunto en 1878, con sólo 15 años de edad, en madera de pino de Soria y telas encoladas. Su precio fue de 3.000 pesetas que en parte donó su amigo Federico Cantero. En 2004 se recuperó su policromía original durante la restauración que llevó a cabo el Centro de Restauraciones de la Junta de Castilla y León. La mesa sobre la que procesiona, de madera de caobilla, es obra de Antonio Fernández Dorrego de 1995.






Siguiendo el relato de los últimos momentos de la Pasión que nos propone la Cofradía del Santo Entierro, observamos ahora el paso de la Conducción al Sepulcro, obra de José María Garrós, quien la talló en madera de pino de Navarra y telas encoladas en 1901, con policromía de Domingo Espalta. Es una reproducción de la pintura de Antonio Ciseri "Il trasporto di Cristo al Sepolcro". Los cofrades y devotos sufragaron el coste de este misterio, fijado en 3.440 pesetas. El propio Garrós, junto a José Antonio Pérez, fue el responsable de la mesa del paso, de madera de nogal satén.







A continuación, vemos el conjunto de la Virgen con San Juan, tallado en madera de pino del norte por el zamorano Ricardo Flecha (2004) con policromía del sevillano Francisco Berlanga de Ávila. La mesa es anterior, de 2002, y está realizada en madera de nogal satén por José Antonio Pérez en llamativo estilo neogótico. Esta escena vendrá a completar en un futuro el conjunto del Entierro de Cristo.





A continuación, se muestra una curiosa escena apenas representada en la historia del arte, como es el Retorno del Sepulcro, una vez dejado en él el cuerpo de Cristo. La Virgen y San Juan emprenden el camino de vuelta a casa mientras la Magdalena llora sobre el sepulcro; junta a ella, otra de las Marías y José de Arimatea. Es obra de Ramón Núñez, realizada en madera de pino de Soria en 1927 y en su origen formaba parte de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, hasta que en 1954 se incorporó a la Real Cofradía del Santo Entierro. La mesa, de madera de nogal, fue realizada en 1957 por Julián Román González.






A falta de los pasos de la Magdalena y la Virgen de los Clavos, que veremos al final, de momento terminamos con la Real Cofradía del Santo Entierro contemplando el paso que da nombre a la cofradía, donde aparece el Cristo Yacente tallado en 1898 por Aurelio de la Iglesia. Curiosamente, el escultor reprodujo en esta imagen un cadáver real de un ahogado, aunque tuvo que modificar varios detalles de su anatomía por recomendación de la propia diócesis zamorana. Va dentro de una urna de madera de nogal tallada por Ildefonso Rodríguez Barba y sobre una mesa de Valentín Vaquero y Manuel Rivas, todo ello igualmente en estilo neogótico.






Completamos el círculo exterior de esta sala principal del museo con el paso de Cristo Resucitado, de la Cofradía de la Santísima Resurrección. Fue realizado por Ramón Álvarez en 1873 en madera de pino de Soria. La cofradía tuvo un pleito con el autor a causa del manto, que debía haber sido tallado en telas encoladas, algo a lo que Álvarez se negó. La mesa de este paso, de madera de nogal, es de Manuel Rivas y Ángel Zúñiga, y cuenta con diferentes elementos eucarísticos y cuatro llamativos ángeles en su decoración.





En el círculo inferior de la sala, vemos en primer lugar otro misterio muy curioso, perteneciente a la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, que procesiona el Lunes Santo. Se trata de la despedida de Jesús y su Madre, tallado en madera de pino, cedro y ciprés por Enrique Pérez Comendador en 1957. Cuenta con policromía pintada al óleo y los ojos de ambas imágenes están hechos con gemas finas y marfil, un procedimiento empleado por los escultores del antiguo Egipto. La mesa, de madera de castaño de estilo románico, es de Julián González 'Alito'.






Volvemos a la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Dolor y Disciplina, a la que pertenece el siguiente paso, el de la Virgen Dolorosa, tallada por Ricardo Segundo en 1947 en madera de pino. Va sobre una mesa de embero y pino realizada por Antonio Labajo y José Fernández.






A su lado, otro paso de la Cofradía de Jesús Nazareno, vulgo Congregación. Se trata del paso de la Verónica, imagen de madera de pino de Soria realizada por Ramón Álvarez en 1885. Los comerciantes de tejidos de Zamora donaron a la cofradía este paso, que cuenta con una mesa de madera de nogal compuesta por dos partes: la original es hoy utilizada como peana de la imagen y fue tallada por Gerardo Fernández en 1930, mientras que la mesa actual es de 'Alito', de 1977.







La Cofradía de la Santísima Resurrección cuenta desde 1993 con un segundo paso, presidido por la Virgen del Encuentro, talla policromada de madera de abedul obra de Higinio Vázquez. La mesa, de madera de nogal, es de Manuel Rivas y Ángel Zúñiga, y cuenta en su decoración con la reproducción de varias iglesias románicas de la ciudad. Las dos imágenes de la cofradía realizan la ceremonia del encuentro en la Plaza Mayor cada mañana del Domingo de Resurrección.






A continuación, vemos el paso del Cristo de la Laguna, de la Cofradía de la Santa Vera Cruz. El crucificado, de madera de pino del norte, es obra de Gil de Ronza de 1522 y fue realizado para la capilla del deán Diego Vázquez de Cepeda del Convento de San Francisco. La mesa es de Bronislao Vatzany y participaron en su talla alumnos de la Universidad Laboral.








De nuevo hablamos de la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída para ver el paso de la Virgen de la Amargura, imagen de bastidor tallada en madera de cerezo por Ramón Abrantes en 1959. La mesa es de nogal y fue la primera obra de José Antonio Pérez (1994).






Volvemos a la Cofradía del Santo Entierro, de la que vemos un paso que llamaría mucho la atención de los hermanos de la Hermandad del Nazareno de Jerez, dado que la imagen de la Magdalena que lo preside dio hace años la clave de la autoría de la dolorosa del Traspaso de la mencionada cofradía jerezana. De la Virgen del Traspaso se sabía que era de escuela levantina, y gracias a la Magdalena del Santo Entierro de Zamora se puso nombre a su autor, Ángel Marcé. Esta Magdalena, tallada en madera de pino de Navarra en 1892, tiene una cara extraordinariamente similar a la de la Virgen del Traspaso de Jerez. La mesa sobre la que procesiona la Magdalena es obra de Julio Gómez 'El Chepa', quien la talló en madera de nogal satén en 1912.










Y llegamos al último paso del museo, que es el de la Virgen de los Clavos, de la Cofradía del Santo Entierro. Se trata del único paso de palio de la Semana Santa zamorana, realizado siguiendo el estilo andaluz, aunque con únicamente diez varales. La imagen de la dolorosa es la última de Ramón Álvarez, quien la talló en 1887, dos años antes de su muerte. La mesa es de madera de nogal y fue realizada por Julián Maíllo 'El Marista' y por Julián Román 'Alito'.






Para terminar, observamos la llamada Cruz de los Ausentes, realizada en 2012 por José Luis Alonso Coomonte. Este año se incorporó al cortejo de la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Jesús Luz y Vida, la más reciente de la Semana Santa zamorana, con motivo de su trigésimo aniversario.


Con esta cruz llegamos al final de la parte expositiva del Museo de la Semana Santa de Zamora, un recurso religioso, cultural y turístico que cuenta con un excelente servicio de audioguía que ofrece más detalles y curiosidades de cada uno de los misterios expuestos.





Sin duda, estamos ante un museo altamente recomendable e imprescindible en cualquier visita a la ciudad que reúne el mayor número de templos románicos de todo el mundo. Uno de ellos, el de Santa María La Nueva, se encuentra justo delante del propio museo.

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