jueves, 23 de junio de 2022

EL CLASICISMO Y LA SOBRIEDAD DE LA PROCESIÓN DEL CORPUS DE LA MAGDALENA


El pasado domingo tuvo lugar la procesión del Corpus Christi de la Parroquia de la Magdalena, organizada por la Hermandad Sacramental del propio templo, por la Hermandad de la Quinta Angustia y por la propia parroquia, además de contar con la participación del resto de corporaciones de la feligresía.
La del Corpus de la Magdalena es una procesión de un sabor clásico y sobrio; sobre ella se nota el peso de los siglos, pero también la cercanía de una procesión de barrio, aunque ese barrio sea una zona de lo más céntrica de la ciudad, hoy más bien una zona de servicios, comercial, aunque cuando pasa por calles recogidas de su itinerario uno parece volver a la Sevilla de los patios de vecinos y los palacios, unos y otros sin separación aparente.
Tres pasos conforman esta procesión: el Dulce Nombre de Jesús, de la Quinta Angustia; la Inmaculada Concepción, de la parroquia; y la Custodia, de la Sacramental. La cruz parroquial entre ciriales es la que abre un cortejo que en primer lugar está formado por los cofrades más jóvenes de la Quinta Angustia, a los que siguen tres tramos más de hermanos, todos con cirios azules. El primero de esos tramos está encabezado por la bandera del Dulce Nombre de Jesús; el segundo lleva delante el libro de reglas; y el último lo abre el estandarte corporativo.





Los sones de la Banda del Maestro Tejera hacían intuir la cercanía del paso del Dulce Nombre de Jesús, talla de finales del siglo XVI atribuida a Jerónimo Hernández que va en su característico templete de madera dorada. Claveles rosas adornaban por completo su paso en el friso, en cuatro jarras, ante el templete y a los pies de la imagen, que vestía una túnica de terciopelo morado.
"El Cachorro. Saeta sevillana" fue la marcha con la que se adentró en la calle Pedro del Toro procedente de la zona del Museo, acercándose ya de vuelta a la Magdalena. Más adelante, llegó a Gravina con "Pasa la Virgen Macarena" y en esta misma calle sonaría luego "Virgen de los Negritos".
































Tras el paso del Dulce Nombre de Jesús iban los estandartes corporativos del resto de hermandades de la parroquia con sus cofrades portando cirios blancos. Por este orden, iban el Carmen del Santo Ángel, el Calvario, Montserrat y el Amparo, así como el guión celeste.






A Benito Hita y Castillo se atribuye la imagen de la Inmaculada Concepción que preside el segundo paso del Corpus de la Magdalena, que estaba adornado con claveles, lisiantum y lilium, todo ello de color blanco. Este segundo paso camina en silencio, aunque los sones de Tejera que van con el Niño se escuchaban perfectamente, como los de la marcha "Coronación de la Macarena", con la que el primer paso giró a la calle Canalejas.
La Inmaculada, que luce una corona de plata, procesiona sobre un paso que tiene un baquetón de plata, como también son de plata la peana, las jarras y los candeleros, que contaban con cirios blancos. En cuanto a los faldones, son de brocado y combinan los colores celeste y blanco.




























Y llegamos a la última parte de la procesión, la que se inicia con el guión sacramental entre hachetas, y continúa con el estandarte sacramental. Después va un primer tramo de hermanos con cirios rojos y luego el segundo, encabezado por el libro de reglas. Las calles acaban con una curiosa mezcla de gotas de cera azules, blancas y rojas. Finalmente, el estandarte corporativo de la Sacramental de la Magdalena se sitúa antes del cuerpo de acólitos.






Por fin, acompañada por el coro parroquial, cerraba la procesión la Custodia, una gran obra de plata de dos metros y medio de altura realizada entre 1678 y 1692 por Diego de León, Cristóbal Sánchez de la Rosa y Juan Laureano de Pina.
Cuatro candeleros con cera roja iluminaban el paso de la Custodia, que caminaba a las órdenes de Antonio Santiago y que estaba además exornado por rosas y claveles rojos, espigas de trigo, romero y racimos de uvas. A lo largo del recorrido, de algunos balcones cayeron pétalos sobre el paso, y alrededor muchos fieles se arrodillaban. Detrás, cerraba la procesión el párroco de la Magdalena, Francisco Román Castro.























Desde Gravina, como queda dicho, el cortejo salió a la calle Canalejas, donde tras el paso del Dulce Nombre de Jesús se pudo escuchar la marcha "La Estrella Sublime". En esta calle, dos mujeres arrojaron pétalos al paso desde delante de éste. Después el paso giró a la calle Cristo del Calvario con "Esperanza Macarena". 
Más adelante, la Banda de Tejera interpretó "La Quinta Angustia" y "Virgen de Montserrat", ésta cuando el paso discurría ante la capilla de la cofradía del Viernes Santo, que había montado un altar en la puerta presidido por la imagen de la Magdalena que va en el paso del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón.












Otras dos mujeres, en otro punto de Canalejas, comentaban admiradas la belleza de la talla de la Inmaculada, y especialmente la decoración del manto, policromado y estofado. Incluso se interesaron preguntando a algunos hermanos por la ubicación habitual en la parroquia y por su autoría.












En una mañana de algunas nubes, el sol se asomó e hizo brillar con fuerza la plata de la Custodia en la amplitud de Canalejas, por la que Jesús Sacramentado buscaba la cercana Parroquia de la Magdalena en las últimas calles del recorrido de esta procesión eucarística.













Tras pararse ante la Capilla de Montserrat, el Dulce Nombre de Jesús se encaminó hacia la puerta de la Parroquia de la Magdalena; un breve trayecto en el que la Banda de Música del Maestro Tejera interpretó la marcha "Como tú, ninguna". Posteriormente, el Niño entró en el templo con el Himno de España.












Cuando entró el Dulce Nombre de Jesús, los componentes de la Banda de Tejera se situaron frente a la fachada de la parroquia para poner sus sones también a los otros dos pasos de la procesión. Así, cuando el paso de la Inmaculada Concepción se levantó ante la Capilla de Montserrat para concluir su recorrido la banda comenzó a tocar la marcha "Amparo", con la que la talla llegó hasta la puerta de la parroquia y entró en ella.














Finalmente, llegó hasta Montserrat el paso de la Custodia, que después giró buscando la puerta de la parroquia mientras la Banda de Tejera enlazaba dos interpretaciones de la marcha "Triunfal", que fue cantada por la mayoría de los presentes.























A las doce y veinte del mediodía entraba el paso de la Custodia en la Magdalena y acto seguido era retirado Jesús Sacramentado para ser llevado hasta el altar mayor. Terminaba un año más una procesión eucarística imprescindible.

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