martes, 9 de febrero de 2010

MÁS CARTELES


Si antes lo digo, antes aparece. Aquí tenéis el cartel de la Semana Santa 2010 de la tertulia cofrade A pulso. Se trata de una foto de Daniel González Zafra en la que podemos ver el paso de Nuestro Padre Jesús de la Victoria de la Hermandad de la Paz en su discurrir por el barrio del Arenal.
También se ha conocido ya el cartel de La Levantá, que presenta una imagen frontal del paso de la Virgen de Regla de la Hermandad de los Panaderos, tomada el último Miércoles Santo, cuando salió, al estar su palio en restauración, bajo las antiguas caídas y techo de la Estrella, obra de Rodríguez Ojeda.
Además, el próximo viernes la tertulia El Pabilo presentará su cartel, para el que se ha decantado por una fotografía del paso de misterio de la Hermandad de la Quinta Angustia.

lunes, 8 de febrero de 2010

LAS TERTULIAS COFRADES TOMAN LOS ESCAPARATES



Pasito a pasito, la Semana Santa de 2010 está cada vez más cerca. Y con ella, los diferentes carteles que inundarán los escaparates durante las próximas semanas. Aquí tenemos dos ejemplos: la tertulia cofrade Albores ha escogido una fotografía de Rafael Fernández Gutiérrez en la que aparece el paso de la Soledad de San Lorenzo en la plaza del Salvador; por otro lado, la tertulia La Bambalina ofrece una imagen del Señor Resucitado saliendo por la Puerta de Palos de la Catedral en una foto de José Antonio Zamora.
En poco tiempo conoceremos los esperados carteles de otras tertulias cofrades, como A pulso, La Levantá o El Pabilo.

miércoles, 27 de enero de 2010

LA ESTRELLA VUELVE A TRIANA


Foto: pasionensevilla.tv

Decían que podía ser de Martínez Montañés. O quizá de Juan de Mesa. Pero el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico ha determinado que, por sus rasgos, la Virgen de la Estrella pudo haber salido de las manos de Luisa Roldán (La Roldana); de su marido, Luis Antonio de los Arcos; o de ambos. Pero el enigma continúa.
Sea de quien sea, la Estrella vuelve mañana a Triana tras una restauración que nos ha devuelto el esplendor de esa dolorosa con piel de porcelana que cada Domingo de Ramos cruza el puente con la firmeza con que lo hiciera en 1932, cuando se ganó el apelativo de 'la Valiente'. Fue la única que se atrevió a salir a la calle en esos tiempos convulsos, dispuesta a cumplir con su anual compromiso hacia sus devotos. Y recibió por ello, junto a la Catedral, los fallidos disparos de un loco que, gracias a Dios, tenía tanta puntería como materia gris.
La Estrella, la alfarera de Triana, vuelve a casa y lo hace con ganas. Sabe que le esperan unos cultos en Santa Ana, una estación de penitencia bajo su antiguo palio macareno y una salida extraordinaria en junio para celebrar los 450 años de vida de su hermandad.

"Quién dijo que están remotas
de Sevilla las estrellas,
si aquí hay una que alborota
con su cara de doncella".
Carlos Herrera
(Pregón de la Semana Santa de Sevilla, 2001).

jueves, 21 de enero de 2010

PETER PAN REGRESA A LAS AULAS



¡Qué mal llevo los 30! Aún no los he cumplido, pero me están acechando, como dijo Meg Ryan en "Cuando Harry encontró a Sally" (ella se refería a los 40, pero tanto da). Ayer no se le ocurrió otra a este Peter Pan que recorrer todos y cada uno de los pasillos de lo que fue mi facultad; por aquel entonces Facultad de Ciencias de la Información, luego Facultad de Comunicación (al fin y al cabo era la palabra más repetida en cada asignatura; ya sabéis, aquella cantinela de "emisor-mensaje-receptor"), y hoy anexo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla. Ahora los periodistas se forman en la impersonal, funcional y horrible zona Expo. Peor para ellos.
Pero en mis tiempos, queridos nietos, los potenciales profesionales de la información, comunicación y corazoneo; los aspirantes a peones de empresarios que juegan a comprar teles, radios y periódicos en permanente riesgo de jaque mate, teníamos nuestro nido en la calle Gonzalo Bilbao, en la que fuera la casa de este pintor impresionista sevillano, junto a La Parrapa, el bar de nuestros desayunos, meriendas y aperitivos regentado por una señora con cara y maneras de pocos amigos; junto a La Espumita; junto al desaparecido Guirigay (siempre se van los mejores).
A veces, cuando salíamos de los bares entrábamos en las aulas. Y entonces nos encontrábamos con un laberíntico edificio de innumerables pasillos, recovecos imposibles, escaleras empinadísimas y un patio de palmeras donde podía verse una réplica en piedra del monumento a Martínez Montañés situado en la plaza del Salvador.
Ésa, chavales, era mi facultad. Aquélla en la que escuchamos a un profesor, mi profe de Redacción, comentar con otro: "Si conocieran los alumnos los informes arquitectónicos que hay sobre este edificio no estarían tantos a la vez sentados en el mismo pasillo para la revisión de examen"; aquélla que apareció en las portadas de todos los periódicos con la imagen de un nutrido grupo de alumnos intentando impedir el acceso de Ismael y Koldo, concursantes del primer Gran Hermano invitados a dar una conferencia sobre el programa que revolucionó la televisión, al grito de "que nos traigan a Tamara" (luego Ámbar, luego Yurena y luego la nada); aquélla en la que Rafael González Galiana, hijo de María Galiana (la abuelita de "Cuéntame") y con un impresionante parecido con Roberto Benigni, impartía sus surrealistas clases en plena efervescencia de "La vida es bella"; aquélla en la que mis compañeros y yo expusimos un trabajo sobre la Escuela de Frankfurt ataviados con camisetas que reproducían conocidas obras de arte y fotografías de variados grupos musicales para ilustrar de la manera más gráfica posible el concepto de lo 'kitsch'.
Peter Pan volvió ayer a las aulas. Estaba tan ilusionado por reencontrarme con todo, que incluso quise pasar al servicio sin ganas. Pero es que, ¡vaya unos retretes! ¡Qué moderno todo! ¡Qué alicatado a base de minúsculos azulejos de color rojo! Y es que pocas cosas se mantienen exactamente como yo las recordaba. Para empezar, las aulas en las que recibí las clases ya no albergan pupitres y pizarras, sino cuadros, esculturas y demás trabajos de los estudiantes de Bellas Artes. El salón de actos ha sido partido en dos. La puerta por la que accedíamos a la copistería ha sido tapiada y diversos despachos de profesores han sido derribados para crear una gran sala que acoge más y más cabezas de venus y adonis hechos en arcilla. El aula de informática es ahora de dibujo y mi clase de 3º se ha convertido en una sala de exposiciones.
Lo único que se mantiene tal y como la recordaba es la biblioteca. Pero ahí no pasé. Todavía me acuerdo de mi discusión con la encargada, que insistía en que no había devuelto un libro, yo decía que sí, el libro no apareció y me prohibieron seguir utilizando el servicio de préstamo. Quizá el fantasma de Gonzalo Bilbao estaba de broma ese día. Por cierto, tampoco ayer me topé con él; y eso a pesar de que cualquier recoveco de esa facultad es realmente proclive a ese tipo de apariciones.
Me diréis lo que queráis. Que la nueva facultad de la Expo es más grande, más moderna y que tiene unos azulejos en los baños que dañan menos a la vista. Lo que queráis. Pero ni tiene Parrapa, ni un patio con palmeras, ni un estudio arquitectónico que anima al uso del casco. Eso, niños, es solera. Y eso no se encuentra cruzando la Barqueta.

domingo, 10 de enero de 2010

HABEMUS CARTEL


Acaba de nacer hace apenas dos semanas y ya lo estamos matando. Esta mañana se ha presentado el cartel que el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha editado para anunciar la Semana Santa de 2010. Su autor es el pintor Luis Rizo Haro, quien, como hermano del Baratillo que es, ha situado como protagonista destacada del cartel a la Virgen de la Caridad en su paso de palio, delante del Arco del Postigo, lo que nos traslada a la noche del Miércoles Santo, cuando la cofradía va ya de regreso a su capilla.
Sin llegar al 'horror vacui' escénico diseñado por Huguet Pretel en su genial cartel de 2009, Rizo también ha incluido un buen número de motivos diferentes e interesantes detalles; algunos más visibles que otros. Así, flanquean el palio un nazareno baratillero del paso de la Piedad portando una bocina, y un armao macareno con el Senatus de la Centuria.
En la parte superior del cuadro se encuentra el Lignum Crucis de la Hermandad de la Vera Cruz, a la que el pintor también pertenece, junto a dos ángeles situados ante una cortina burdeos de la que pende una medalla de la Hermandad de la Esperanza de Triana. También se puede apreciar el escudo de la Hermandad del Silencio; una cruz de Santiago que evoca a la que los niños nazarenos de la Borriquita llevan en su pecho, al igual que los hermanos de La Carretería; la Giralda y las azucenas, símbolo de la Archidiócesis; el emblema de la Virgen María; una cruz de San Juan que recuerda a la que aparece en el escudo de la Hermandad del Gran Poder; la corona de espinas atravesada por la caña; y el ancla, símbolo de la esperanza.
Además, mandando el paso de palio del Baratillo queda representada la reconocible silueta de Rafael Díaz Palacios, capataz de la Caridad hasta el pasado año, cuando anunció su retirada después de muchas Semanas Santas en el martillo.
Todos estos elementos son los que Luis Rizo, que ya mostró su buen hacer con los carteles del 500 aniversario de La Trinidad o el centenario del Baratillo, ha escogido para anunciarnos, a 78 días del Domingo de Ramos, lo que está por venir. Ya huele a Semana Santa, dicen. A pesar de la nieve...

jueves, 17 de diciembre de 2009

ESPERANZA


Hoy jueves, María Santísima de la Esperanza, es decir, la Macarena, ha dejado su camarín para encontrarse con sus devotos al pie del altar, coincidiendo con la festividad de la Expectación de la Virgen María. Durante todo el fin de semana, las Esperanzas sevillanas (Macarena, Triana, Trinidad, O, Gracia y Esperanza, y Divina Enfermera) ofrecerán sus manos a los fieles, como también lo harán la Virgen de Loreto de San Isidoro y la Virgen de los Desamparados de San Esteban. Diez días después de la Inmaculada, Sevilla vuelve a ser una ciudad en besamanos.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL PALQUILLO, A LA MAGDALENA


El programa “El Llamador”, de Canal Sur Radio, informaba el pasado lunes sobre un estudio en el que se proyecta una modificación de la actual carrera oficial de la Semana Santa sevillana (Campana, Sierpes, Plaza de San Francisco, Avenida de la Constitución y Catedral) para sustituirla por la siguiente: Plaza de la Magdalena, Mendez Núñez, Plaza Nueva, Granada, Plaza de San Francisco, Avenida de la Constitución y Catedral. Es sólo un estudio que, según indicaban, podría exponerse a medio plazo a los hermanos mayores de las 59 (60 con El Sol) cofradías que hacen estación de penitencia en la Catedral.
Los motivos que se esgrimen son varios, aunque el principal, como era de esperar, es el dinero. En este novedoso itinerario común se podrían colocar 3.000 sillas más de las que hay ahora, lo que incrementaría de manera sustancial la recaudación que el Consejo de Cofradías recibe de los abonados y que después reparte entre las hermandades. Luego también, pero esto es secundario, se habla de la seguridad, esa misma seguridad que ha obligado a retirar 500 sillas de la carrera oficial actual, por mandato del Ayuntamiento, al que le sobraban, decían, muchísimas más.
Así pues, son varios los elementos que han coincidido en torno a este asunto, y que han dado como resultado este curioso proyecto de la Magdalena. Por un lado, el Ayuntamiento quería ampliar la carrera oficial por la calle Fray Ceferino, creando ahí una especie de “tribuna de los pobres” malagueña, con sillas gratuitas para todos. Pero las cofradías no querían porque las que pasan por ese sector tras salir de la Catedral tendrían que alargar su itinerario por la calle Santo Tomás; y el Arzobispado también se negaba porque no estaba dispuesto a desplazar el monumento a Colón para dejar la Puerta del Príncipe despejada para los pasos. Entonces, el alcalde se enfada y decide, después de diez años en el cargo, que la carrera oficial no es segura en caso de emergencia y que hay que eliminar un porrón de sillas, aunque finalmente se contenta con el sacrificio de sólo 500 sedentes espectadores. Pero para el Consejo, perder esas 500 sillas es perder lo que cobra por silla, que no suena a mucho, multiplicado por 500, que ya suena a demasiado. Y en éstas estamos cuando de repente conocemos el flamante proyecto de las 3.000 sillas nuevas por nuevas calles, que son más anchas, aunque no tanto como lo sería la Avenida de la Palmera (pero mejor no dar ideas...).
Y, por supuesto, ya han empezado a surgir opiniones a favor y en contra de la sorprendente solución. De momento, hemos conocido la postura del hermano mayor de San Gonzalo, al que le parece bien porque la nueva carrera oficial recortaría su largo itinerario (ahora va a tener la culpa la Campana de que su hermandad entre a las cuatro de la mañana) y el del Cachorro, quien no está de acuerdo con cargarse de un plumazo una tradición que, tal y como la conocemos hoy, data del año 1918. Llama la atención esta diferencia de criterio entre dos hermandades de Triana, cuando son éstas precisamente, junto con Jesús Despojado, La Quinta Angustia, El Calvario y Montserrat las que se van a dar de bruces con el nuevo palquillo en mitad de sus itinerarios habituales de ida, mientras que muchísimas otras cofradías evitarán el clásico rodeo de Orfila, Javier Lasso de la Vega y Plaza del Duque, ya que podrán pasar directamente desde Cuna o Laraña a una desoficializada Campana atravesando Martín Villa.
Y ahí está el quid de mi opinión contraria a esta modificación. El problema no es tanto perder la Campana (con sus hamburguesas y todo) y Sierpes, que es muchísimo perder, la verdad, sino el hecho de que esta nueva carrera oficial beneficiará a los que tienen silla (y dinero para pagársela) y perjudicará a los que preferimos callejear para buscar las cofradías. Dicho de otro modo: el hermano mayor de San Gonzalo estará muy contento con la posible reducción de su itinerario, pero los cofrades de a pie perderemos la posibilidad de ver a esta cofradía por la Plaza de la Magdalena, Rioja, Velázquez y O`Donnell. Y lo mismo pasará con La Estrella y La O, además de las mencionadas más arriba, y con todas las que rodean, como dije antes, por Orfila para salir al Duque, que reducirán también sus itinerarios.
Así pues, el resumen que podemos hacer de este proyecto es el siguiente: la seguridad sólo nos preocupa cuando perdemos dinero; no nos importa cargarnos itinerarios tradicionales y personalísimos de la Semana Santa de Sevilla si de lo que se trata es de ganar más dinero; y no nos importa recortarle a los que no tienen silla las posibilidades de ver en la calle a las cofradías con tal de ganar dinero. Dinero, dinero y dinero... Es realmente triste.
Tendremos que empezar a cambiar nuestro vocabulario cofrade más rancio. De salir adelante este proyecto, se acabó lo de las entradas en Campana. Ahora habrá que aplaudir las entradas en la Magdalena. Y quién sabe si en el futuro habrá que hablar de entradas en la Palmera. Desde luego, a la Hermandad de Heliópolis le vendría muy bien...