En la tarde de ayer comenzó la veneración a Nuestra Señora del Amparo, que se extenderá durante todo el día de hoy y que es el primero de los cultos en su honor que tendrán lugar en estos días y que continuarán entre los días 10 y 12 con el solemne triduo, la función principal de instituto el próximo domingo por la mañana y la procesión por las calles esa misma tarde.
Para esta veneración, la Virgen del Amparo se encuentra en el coro bajo de la Parroquia de la Magdalena, sobre una alfombra y un doble entarimado forrado en color rojo. Está vestida con su manto de salida, de terciopelo color crema bordado en oro por Manuel María Ariza en 1851. Luce la corona procesional, así como la ráfaga, el corazón alado y la media luna, y está elevada sobre una pequeña peana de plata.
Junto a la imagen hay dos jarras sobre sendos pies de base cuadrada forrados en damasco rojo y más hacia los extremos hay dos columnas de madera con azulejos policromados que sostienen unos candelabros con velas blancas.
Detrás, ante el dosel de cultos de la hermandad está el simpecado entre candeleros y bandejas, y delante hay un pequeño dosel con una talla de San José con motivo del Año del Patrono de la Iglesia Universal. En los laterales hay dos jarrones de cerámica sobre columnas del mismo material.
Finalmente, se han dispuesto seis blandones dorados con cera blanca y otros cuatro pies con otras tantas jarras. Tanto las jarras mencionadas como los jarrones tienen una variedad de flores de tonalidad rosa, entre ellas rosas, lisiantum, astromelias y lilium; flores que también están en un centro a los pies de la Virgen. Y en el lado izquierdo de todo el conjunto se encuentra el estandarte corporativo.
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