jueves, 15 de septiembre de 2022

EL CORPUS DE SAN BERNARDO RECORRIÓ POR FIN LAS CALLES DEL VIEJO ARRABAL


La Hermandad de San Bernardo vivió anoche, 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Cruz, su procesión eucarística por primera vez tras la pandemia del coronavirus que impidió su celebración durante los dos años anteriores.
El Corpus del antiguo arrabal, donde San Fernando situó su campamento previo a la reconquista de la ciudad, inició su salida procesional tras la eucaristía, una vez que fue colocado el Santísimo Sacramento en la custodia de plata roultz que en 1858 labrara Francisco de Paula Isaura.



Seguidamente comenzó a salir el cortejo, encabezado por tres niños carráncanos y el guión sacramental entre faroles. Después iban varios tramos de parejas de hermanos con cirios rojos separados por el estandarte sacramental y finalmente veíamos el estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos.





La Banda de Música de la Cruz Roja, que cada Miércoles Santo acompaña a la Virgen del Refugio, esperaba a un lado de la puerta de salida al pequeño paso con la custodia, que estaba adornado con lisiantum, nardos y espigas de trigo, así como algunos racimos de uvas.
En el momento de la salida del paso, que fue guiado por los Villanueva, la banda tocó el Himno de España y, a continuación, "El Corpus", con la que el paso recorrió el pasillo existente entre la fachada de la parroquia y la reja situada en ese lado de la calle Santísimo Cristo de la Salud. Diversas personas, principalmente mujeres, se situaron tras el clero, que iba detrás del paso, y cantaron diversas piezas eucarísticas en distintos momentos del recorrido. Un recorrido que no ha incluido este año el paso por la antigua Fábrica de Artillería al encontrarse cerrada por obras.
En su lugar, el cortejo giró a su izquierda en Santísimo Cristo de la Salud, discurriendo la custodia con el Santísimo a los pies de la torre de la Parroquia de San Bernardo.
























A los sones de la marcha "Sevilla cofradiera", la custodia giró a la calle Santo Rey para pasar por delante de la casa hermandad de San Bernardo, donde se montó el único altar callejero que se instaló para honrar al Santísimo en esta procesión eucarística. Presidía el altar una pequeña imagen que reproducía los rasgos de la antigua Virgen del Refugio, la que fue destruida en el asalto a la parroquia en 1936.
Tras detenerse ante el altar, los Villanueva tocaron el llamador y el paso se levantó para tomar la calle Marqués de Estella mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba "La sangre y la gloria", seguida más adelante por "Virgen de la O" hasta alcanzar la calle Porta Coeli. En ella fue luego el turno de la composición "Virgen de los Desamparados", incomprensiblemente interrumpida en su parte final cuando el paso se detuvo durante unos pocos segundos antes de continuar a tambor.




















Desde Porta Coeli, el Santísimo salió a la amplia avenida de Eduardo Dato con la marcha "Virgen del Refugio", discurriendo por el lado izquierdo, junto a la Fábrica de Artillería. Ante su misma puerta esperaban los costaleros para hacer un relevo, tras el que la custodia continuó su camino a los sones de "Virgen de la Paz", que finalizó junto al Puente de San Bernardo.
El paso se detuvo en este punto, momento que las mujeres que iban tras el paso aprovecharon para cantar la composición "Cantemos al Amor de los amores". Poco después, la custodia giró para comenzar a recorrer la calle San Bernardo con la marcha "Virgen de la Estrella", seguida luego por "Rey de Reyes" hasta la esquina con la calle Gallinato.






















Desde Gallinato, y mientras la Banda de la Cruz Roja interpretaba "Cristo de Vera-Cruz", el Santísimo salió nuevamente a la calle que lleva el nombre del crucificado titular de la hermandad. Y mientras la custodia volvía al pasillo que había recorrido a la salida, la banda se extendió a lo largo de la calle para interpretar la última composición que iba a sonar en esta procesión eucarística: "Triunfal". 
Finalmente, el paso se adentró en la parroquia y la banda tocó el Himno de España cuando faltaban tres minutos para las once menos cuarto de la noche; cerrándose así la procesión una hora y media después de la salida.










Pero el culto eucarístico no había terminado. Una vez dentro, el paso fue llevado hasta el presbiterio para que el Santísimo fuese retirado de la custodia y todo terminara con las oraciones finales, completando así este tradicional Corpus de septiembre en el arrabal de San Bernardo.


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