viernes, 9 de septiembre de 2022

LA VIRGEN DE GUADALUPE DA INICIO A LA SEGUNDA PARTE DE LAS GLORIAS 2022


En 2021 el decreto que permitía la vuelta del culto externo tras la pandemia no llegó a tiempo para la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura, que ayer pudo por fin salir de su templo y estrenar la segunda parte del calendario anual de procesiones de las hermandades de Gloria.
Tres años hacía que la réplica de la Patrona de Extremadura no recorría las calles de Sevilla, como debe ser cada 8 de septiembre, en la festividad de dicha región y de la Natividad de la Virgen. Un paréntesis que se cerró cuando alrededor de las ocho y veinte de la tarde la cruz alzada entre ciriales salía a la calle Carlos Cañal encabezando el cortejo de esta cofradía letífica, en el que también vimos su bandera fundacional, las representaciones con su estandarte corporativo de las hermandades de las Aguas y la Soledad de San Buenaventura, y el propio estandarte de la Hermandad de Guadalupe. Después iban la presidencia y el cuerpo de acólitos.






La Banda de Música Nuestra Señora del Sol esperaba junto a la puerta del templo conventual la salida del paso, sobre el que la Virgen de Guadalupe vestía un manto verde y una saya blanca, como también era blanca la vestimenta del Niño Jesús.
En el momento de la salida, a las órdenes del capataz José Manuel Rechi, la banda interpretó el Himno de España y, sin solución de continuidad, comenzó a tocar la marcha "Nuestra Señora de Guadalupe" mientras el paso giraba a su izquierda y comenzaba a recorrer Carlos Cañal en dirección a la calle Zaragoza. Posteriormente, antes de alcanzar esta última, la Virgen de Guadalupe avanzó a tambor en la siguiente chicotá.























Con "Como tú, ninguna", el paso tomó la calle Zaragoza, por la que avanzó con celeridad ante sevillanos y turistas, a los cuales, como suele ser habitual, parece que lo que más les llama la atención es que debajo haya personas portando a la Virgen. Cada levantá se hacía a pulso 'aliviao' y, tras la primera que se llevó a cabo en Zaragoza, el paso continuó a tambor hasta quedar detenido cerca de la esquina con Doña Guiomar, a la que posteriormente giraría la Virgen de Guadalupe a los sones de "Pasan los campanilleros".


























En Doña Guiomar se produjo el primer relevo de costaleros. Por ello, para animarlos, uno de los capataces auxiliares se dirigió a ellos antes de la levantá pidiéndoles que "empataran" con los que acababan de dejar las trabajaderas. Tras una breve chicotá, el paso volvió levantarse y la Virgen de Guadalupe alcanzó la Capilla del Mayor Dolor, donde fue recibida por la Hermandad de Jesús Despojado. La llegada del paso a este punto tuvo como banda sonora la marcha "Virgen de los Negritos", aunque fue interrumpida cuando se detuvo.











Después del rezo del Ave María y una levantá dedicada a la Hermandad de Jesús Despojado, la Virgen de Guadalupe se marchó hacia la calle Castelar a los sones de "Triana de Esperanza". Posteriormente, se interpretaron las composiciones "Triana" y "La Estrella Sublime".
A continuación, el paso tomó la calle García de Vinuesa con la marcha "Siempre la Esperanza". Por dicha calle la hermandad pasó con cierta rapidez, advertida de la necesidad de no interrumpir el tráfico durante demasiado tiempo. De esta forma, la siguiente marcha de la Banda del Sol no sonó hasta la esquina con Fernández y González, que fue "Macarena", de Abel Moreno.























Se acercaba el momento más destacado de la procesión de la Virgen de Guadalupe, como es su paso por la Casa de Extremadura, a la que llegó con la marcha "Encarnación Coronada". El paso se volvió ante la puerta principal, donde se situó el hermano mayor, Juan García, acompañado del guardián del Convento de San Buenaventura, Alfonso García Araya, y del presidente de la Casa de Extremadura en Sevilla, Gonzalo Martín.
Por parte de dicha casa regional se hizo entrega de un ramo de flores que se colocó sobre el paso y luego el guardián del convento pidió a la Virgen de Guadalupe por las intenciones de Extremadura, de los extremeños y de todos los que estaban acompañando a la Virgen en su salida. Después se rezó la Salve y el Gloria, y finalmente sonó por los altavoces el Himno de Extremadura.

















Tras tres vivas, por la Virgen de Guadalupe, por Extremadura y por Andalucía, el paso se levantó a pulso y comenzó a alejarse a los sones de "Pasa la Virgen Macarena", seguida por "Coronación de la Macarena" mientras caía una petalada desde un edificio de Fernández y González.
El paso se detuvo después ante el edificio de Filella mientras una familia italiana transmitía en directo a una mujer a través del móvil todo lo que estaba viendo. La niña que iba con ellos tenía muchas preguntas: "E perché si chiama Madonna di Guadalupe? E perché è di colore nero...?". Preguntas menos sorprendentes que la que otra turista le hizo poco antes a un chico en la misma calle: "¿Ésta es la Macarena?".
Más adelante, la Madonna di Guadalupe alcanzó la Piazza Nuova con la marcha "Rosario de Monte-Sión", discurriendo por el pasillo situado entre la parada del tranvía y el edificio en el que se encuentra la Capilla de San Onofre.






















Buscando ya el regreso a San Buenaventura, el paso continuó con la marcha "Coronación" hasta detenerse pasada la puerta del Hotel Inglaterra, el hotel con nombre del país que acababa de despedir a su reina Isabel II. En ese punto se produjo el último relevo de costaleros y los que entraron hicieron que la Virgen girara a la calle Bilbao mientras la Banda de Música del Sol tocaba la marcha "La Virgen de Sevilla".
A continuación, para discurrir por el tramo de Bilbao que dejó sin nave del Evangelio al templo conventual de San Buenaventura, la banda interpretó de nuevo "Triana de Esperanza", con la que el paso llegó a girar ya en la confluencia con Carlos Cañal.



















La última marcha que pudimos escuchar en la calle fue un guiño a la hermandad con la que la Virgen de Guadalupe comparte sede canónica: "Soledad franciscana". Con ella, el paso llegó hasta la puerta y giró ante ella para colocarse mirando hacia el lugar que ocupara el desaparecido Horno de San Buenaventura. El capataz paró el paso tras algunos pasos hacia atrás y hacia adelante porque "esta marcha es muy larga", pero afortunadamente, y contra todo pronóstico, la Banda del Sol no interrumpió su interpretación. De hecho, la entrada del paso se hizo con la parte final de la composición de Abel Moreno, y sólo cuando la Virgen de Guadalupe estuvo ya dentro sonó el Himno de España exactamente a las once y cuatro minutos de la noche, once minutos antes de la hora anunciada.










El paso fue conducido hasta el presbiterio, junto a la Soledad, donde el guardián del convento puso el cierre a la procesión agradeciendo el papel de cuantos habían colaborado en su realización y pidiendo a la Virgen que el año que viene se pueda vivir de la misma manera esta salida, con total normalidad; teniendo sin duda presente en sus palabras los dos 8 de septiembre anteriores, en los que la Virgen de Guadalupe no pudo salir a las calles.




Aún en el presbiterio, se colocaron las ruedas en los zancos del paso y después fue llevado hasta la nave de la Epístola, junto al altar del Cristo de la Salvación, donde definitivamente concluyó la procesión de la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura, la primera del segundo ciclo anual de las Glorias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario