jueves, 20 de noviembre de 2025

TRASLADO DEL SEÑOR DE LAS PENAS DE SAN VICENTE AL BUEN SUCESO


Dos días después de lo previsto por la amenaza del lluvia del domingo, la Hermandad de las Penas de San Vicente pudo realizar este martes el traslado de su Cristo hasta el Convento del Buen Suceso, como en octubre llevó hasta el Convento de Santa Ana a María Santísima de los Dolores (ver). 
Fue un traslado con un itinerario más reducido que el inicialmente previsto, de tres horas de duración, y mayoritariamente nocturno debido al siempre deprimente horario de invierno. Una pena que el domingo no se llevara a cabo el traslado matutino. Hubiera sido maravilloso ver al Señor de las Penas a plena luz del día como vimos el mes pasado a la dolorosa.
Y como entonces, también para este traslado la hermandad utilizó su primitiva cruz de guía, realizada en 1878, en lugar de la que desde 1966 abre el cortejo de la cofradía cada Lunes Santo. Tras ella, varios hermanos con cirios separados por la bandera carmelita, que subraya el origen de la hermandad en el Convento Casa Grande del Carmen de la calle Baños. Finalmente, el estandarte corporativo y una capilla musical antes del cuerpo de acólitos.






Pronto, a las órdenes de Antonio Santiago, las andas sobre las que iba el Señor de las Penas alcanzaron la puerta de la Parroquia de San Vicente de la calle Cardenal Cisneros. Hay que mencionar que para este traslado el Señor vestía una túnica de terciopelo morado con elementos bordados en oro a realce, sedas de colores y piezas de cristal del siglo XVIII. En cuanto a las potencias, eran las de oro de ley con rubíes formando las letras JHS, diseñadas por Jesús Domínguez y ejecución de Casa Reyes (1962).
En el momento de la salida, la capilla musical comenzó a interpretar la composición "Christus vincit" y el cortejo avanzó para que el Señor pudiera iniciar su recorrido por Cardenal Cisneros, siguiendo luego en línea recta hacia Virgen de los Buenos Libros, en cuya confluencia con Santa Vicenta María tendría lugar el primero de los relevos previstos en el recorrido entre los cofrades encargados de portar las andas.




























Las andas estaban iluminadas por cuatro hachones en color morado y adornadas por un monte conformado por rosas, gerberas, orquídeas, calas, claveles y cardos, predominando el color rojizo. Y no hace falta decir que el Señor de las Penas portaba sobre su hombro izquierdo la cruz de carey y plata del siglo XVIII que en su día perteneció a la Hermandad del Nazareno de Écija.
El Señor continuó por Teniente Borges hacia la plaza del Duque y la plaza de la Campana, recordando así en parte el reciente traslado de la Hermandad del Museo en su camino, en su caso, a la Catedral (ver).




























Las obras de la plaza de la Campana no dejaron más opción, en este itinerario reducido sobre lo previsto en un principio, que pasar por ella de refilón y dirigirse a O'Donnell y Velázquez. Con eso se ha tenido que conformar este año la Campana después de que la lluvia del Lunes Santo impidiera la salida de la hermandad.
Pero no era Lunes Santo, aunque pudiera parecerlo viendo al Señor de las Penas en las calles; una imagen que no sale nada más que en Semana Santa. Y para dejar claro, por si hacía falta, que no estábamos en las fechas acostumbradas, la decoración navideña de las calles Velázquez y Tetuán, con cierto aire a Feria de Abril, que todo hay que decirlo, vino a ponerlo en evidencia. Nunca ha tenido un techo urbano más extraño el Nazareno caído de San Vicente.



































Desde Tetuán, el Señor de las Penas giró a la calle Jovellanos. Nada más hacerlo, las andas se detuvieron y el padre Juan Luis García, sacerdote hermano de la cofradía que en ese momento estaba portando las andas, dirigió unas oraciones por los hermanos difuntos.
Seguidamente, el Señor de las Penas siguió, con alguna dificultad por la estrechez y la cantidad de gente que lo acompañaba, hasta la Capilla de San José para luego cruzar Sierpes hacia la calle Sagasta. Son éstas algunas de las calles que el Lunes Santo recorre desde hace algunos años, pero en sentido inverso.


















Salió luego el Señor de las Penas a la plaza del Salvador, también ya preparada con su alumbrado especial para la Navidad. Bajo enormes campanas discurrió el Señor en dirección a la calle Córdoba, por la que salió brevemente a Lineros y a la plaza del Pan.
Tras una parada que incluyó un relevo de los cofrades que lo llevaban, tomó luego la calle Alcaicería, donde estuvieron junto al Nazareno de San Vicente varios hermanos de la Vera-Cruz, cofradía vecina de feligresía y compañera de jornada procesional.

























El traslado del Señor de las Penas al Buen Suceso iba acercándose poco a poco al final. Así, desde Alcaicería salió a la plaza de la Alfalfa. Y aunque por la calle Benito Pérez Galdós habría llegado antes a su destino, hubo un cierto rodeo buscando un itinerario más típicamente cofradiero al continuar por las calles San Juan, Boteros y Sales y Ferré.




















Tras dejar atrás la calle Sales y Ferré, Jesús de las Penas salió a la amplitud de la plaza del Cristo de Burgos, aunque sólo un instante, ya que enseguida giró a Ortiz de Zúñiga acercándose a la plaza del Buen Suceso, donde luego se detuvo ante los carmelitas del convento que salieron a recibirlo y los devotos de la Virgen del Carmen, que entregaron un ramo de flores para el Señor.














La comunidad carmelita se situó delante de las andas para entrar en su casa junto al Señor, abriéndole paso. Así, las andas subieron la rampa de madera colocada para salvar los escalones de la fachada del templo y Nuestro Padre Jesús de las Penas se perdió en su interior, con la Virgen del Carmen observando lo que acontecía desde su camarín del retablo mayor.










Una vez en el Buen Suceso, en estos días se está celebrando un triduo extraordinario que culminará mañana, viernes, y el sábado será la procesión extraordinaria de regreso a San Vicente con el Señor llevado sobre su paso procesional; una procesión que comenzará a las cinco de la tarde y cuya hora de entrada será las diez de la noche. El final de los cultos extraordinarios por el CL aniversario de la hermandad será el sábado 29 a las siete de la tarde, con la misa estacional que presidirá el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, en la Parroquia de San Vicente.

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