Permitidme que hoy, festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, dedique esta entrada a mis madres. Sí, en plural. Porque hoy es el santo de la Madre que habita en la capilla de la calle Recaredo; la misma que, con otras advocaciones, habita justo enfrente, en San Roque, o un poco más al norte en la misma Ronda, en la Trinidad, o un poco más, en la Macarena. La misma que habita en numerosas iglesias, y en numerosos corazones, a un lado y a otro del río... Pero también es el santo de mi otra madre, la de la tierra. Y a ella también va dedicada esta entrada. En este día de su onomástica. En este verano de este año que nos ha tocado vivir. Felicidades.
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