jueves, 3 de octubre de 2013

EL BUEN AIRE DE TRIANA


La titular gloriosa de la Hermandad de Pasión y Muerte, y titular también de la parroquia, Nuestra Señora del Buen Aire, recorrió el pasado sábado las calles de Triana en su salida procesional que, al contrario de lo ocurrido en 2012, no se vio afectada por las malas previsiones meteorológicas que existían durante toda la jornada.
Pasadas las ocho de la tarde se ponía en camino el cortejo, que abría la cruz parroquial y faroles. Sin una sola pareja de hermanos con cirios entre las insignias, seguía el Guión de la Virgen del Buen Aire y el estandarte corporativo.




Seguidamente, iba el cuerpo de acólitos y la presidencia delante del paso de la Virgen del Buen Aire, adornado con una variedad floral en la que destacaban las rosas, las azucenas y los gladiolos. La Virgen vestía manto rojo y saya dorada, mientras que el Niño Jesús llevaba un traje verde bordado. Se estrenaba una peana de madera policromada con cuatro inscripciones, una por cada lado: "Salus Infirmorum", "Mater Purissima", "Regina Virgium" y "Stella Matutina". Ha sido realizada por Talleres Sevilla y policromada por La Colorería.
El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor, que estrenó a lo largo del itinerario la marcha "Desconsuelo, Pasión y Muerte", título que hace referencia a los titulares pasionistas de la hermandad.







En el último tramo del recorrido, la Virgen del Buen Aire volvió a discurrir por una calle Virgen de Fátima engalanada con banderas y guirnaldas que en todo momento tenían que ser izadas con una vara para que el baldaquino plateado pudiera salvar los obstáculos.
A esta calle reviró desde Virgen del Pino el paso, guiado por Carlos Puelles y Antonio Pérez Oliver, a los sones de "La Madrugá".











Más adelante, la Banda de Mairena del Alcor interpretó las marchas "Virgen de los Ángeles" y "Calvario" en el trayecto de vuelta a la parroquia.









La última marcha en la calle fue "Virgen de la Paz". Con ella, el paso se acercó hasta la puerta del templo y se colocó ante la misma, a la espera del siempre llamativo momento de la entrada.











Con el paso situado finalmente a un lado de la puerta de la Parroquia del Buen Aire, comenzó el proceso de bajada de la Virgen, tras la retirada de una de las jarras de flores del costero izquierdo. Algunos de los propios costaleros fueron los encargados de bajarla y llevarla dentro del templo, momento en que sonó el Himno Nacional.
Con celeridad, la Virgen del Buen Aire recorrió el pasillo central de la parroquia hasta ser situada junto al Santísimo Cristo de Pasión y Muerte. En este proceso el baldaquino rozó con el techo provocando que uno de los elementos ornamentales de la parte superior se volcara.











Pasaban algunos minutos de las doce de la noche cuando la Virgen del Buen Aire quedó ubicada provisionalmente al lado del Cristo de Pasión y Muerte, y de la Virgen del Desconsuelo y Visitación, a la espera de volver a su lugar habitual de culto en el altar, presidiendo la parroquia a la que da nombre.
Unos diez minutos después, comenzaban a caer en la calle unas minúsculas gotas. Fue como si el cielo estuviera esperando a que la Virgen del Buen Aire estuviera de nuevo en su casa para evitar una entrada precipitada bajo la lluvia como la del año pasado.

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