viernes, 20 de octubre de 2023

CONSUELO. 1923-2023


La Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo, Patrona y Alcaldesa Perpetua de Alcolea del Río, cumple cien años. Por ello, desde el pasado sábado y hasta mañana muestra parte de su patrimonio y de su historia devocional en una exposición que tiene lugar en los Baños de la Reina Mora, de la Hermandad de la Vera-Cruz.
Para entender la dimensión que la devoción a la Virgen del Consuelo tiene en Alcolea, vamos a comenzar el repaso de todo lo expuesto reproduciendo el texto que explica sus orígenes:

"ORIGEN DE LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO
Tras la reconquista de Alcolea en 1247 por San Fernando, poco a poco, a lo largo de la Edad Media y conforme aumentaba su población, fue surgiendo la devoción a la Virgen, conocida entonces como del Palmar, en el entorno de la que fue Ermita de San Sebastián, popularmente conocida como del Consuelo.
La Santísima Virgen permaneció en su ermita hasta la desamortización de Madoz en el siglo XIX. Desde allí era traída a la Parroquia de San Juan Bautista de Alcolea del Río en procesiones de rogativas o acción de gracias en tiempos de calamidad. A estas procesiones y a sus respectivos cultos se unía en muchas ocasiones la imagen del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz.
Sobre las rogativas, a lo largo de los siglos XVII y XVIII se conservan varios testimonios en las actas capitulares de la Corporación municipal, quien, junto al clero parroquial, se encargaba de la organización de estos fastos, que han sido estudiados en profundidad por María Josefa Caro Quesada.

LA ERMITA DE SANTA MARÍA DEL CONSUELO
La ermita donde se veneraba la imagen de la Santísima Virgen del Consuelo, ubicada en el término de El Palmar, se encontraba situada junto al camino que une la villa de Alcolea del Río a la población vecina de Villanueva del Río. Conocemos por las crónicas de Ángel Torres Caravaca que la Santísima Virgen se encontraba en un retablo semicircular ocupando su camarín el centro, escoltada por dos imágenes de San Sebastián y San Blas.
La nave de la ermita era de unos veinticinco metros de largo y diez metros de ancho, con un púlpito. A la ermita se accedía por un atrio rodeado de una zona ajardinada con bancos de piedra. Todos los domingos y festivos los alcoleanos acudían a rezar, dar gracias o pedir favores a su Patrona.
Adosada a la ermita se encontraba la casa de la santera, que recorría una vez a la semana, normalmente los sábados, las calles del pueblo con una estampa de la Virgen, protegida y resguardada en el interior de una capillita de madera.

MILAGRO DE LOS MARINEROS
Existe una tradición popular, contada en Alcolea de padres a hijos, que narra que allá por el siglo XVIII unos marineros que se encontraban faenando en alta mar fueron sorprendidos por un fuerte temporal. En las que creían sus horas finales se encomendaron a la Santísima Virgen implorando su consuelo, apareciendo en ese momento en rompimiento de gloria la imagen de Santa María del Consuelo. Las aguas quedaron serenas y la Virgen los condujo a un puerto seguro.
Aquellos marineros agradecidos fueron recorriendo todos los pueblos de España buscando a la imagen de la Virgen que los había salvado. Al llegar a Alcolea, la santera de la ermita les dijo que hacía semanas que ninguna mano humana podía abrir el cerrojo de la puerta de la ermita. 
Sin embargo, aquellos marineros no tuvieron problema para acceder, reconociendo a la Virgen que los había salvado con los pliegues de su manto llenos de sal y de arena. En acción de gracias, obsequiaron a la Virgen con un cetro, un rosario, un anillo y una corona, que aún se conservan en el ajuar de Nuestra Señora del Consuelo".

La imagen de la Virgen del Consuelo que actualmente conocemos no es la primera que tuvo la hermandad, ya que la anterior fue destruida en el saqueo sufrido por la Parroquia de San Juan Bautista en 1936 debido al odio anticlerical que tanto patrimonio hizo desaparecer en aquella época.
En el centro de la sala que ocupa la exposición vemos una recreación de la primitiva imagen a partir de enseres antiguos que aún se conservan o que han sido reproducidos en base a fotografías de entonces.









Siguiendo el orden de lo expuesto a lo largo del perímetro de la sala, vamos a referirnos en primer lugar a un grabado coloreado de Nuestra Señora del Consuelo, realizado por José María Martín en torno a 1835.


A continuación, encontramos en una vitrina el puente de la mencionada corona de plata de los marineros, de autor desconocido del siglo XVIII; una colección de exvotos de estaño del XIX; y una estampa de la Virgen del Consuelo realizada a partir del grabado que acabamos de ver.




Avanzamos hasta otra vitrina en la que se muestra el juego de joyas regaladas por los marineros: un rosario de corales y oro con medallones, un anillo de oro y brillantes, una corona de plata sobredorada y un cetro del mismo material. Todo ello está datado en el siglo XVIII.





El milagro de los marineros es el motivo que Juan Francisco Saldaña reflejó en un óleo sobre lienzo pintado en 2005.


"A tus plantas se postra Alcolea" es el título del panel explicativo que nos encontramos a continuación:

"El dato más antiguo que se conserva de los cultos en honor a Nuestra Señora del Consuelo se remonta a las últimas décadas del siglo XVI, consistente en función solemne y procesión de tercias alrededor de la ermita, similar a la que sigue celebrando la Virgen de Setefilla de Lora del Río, el día 8 de septiembre, siendo recogido por José González Carballo.
Las novenas a Nuestra Señora del Consuelo comenzarían a celebrarse en el momento que se le hacían rogativas. Están documentadas desde el siglo XVII, siendo el colofón de tan piadosa súplica. Asimismo, desde finales del siglo XVIII, época en la que esta tipología de cultos comienza a proliferar, se tiene constancia de la celebración de novenario anual en torno a la festividad de la Natividad de la Virgen.
A principios del siglo XX, como podemos ver en las convocatorias más antiguas, queda asentado el actual formato de cultos consistente en función solemne y procesión triunfal el día 8 de septiembre, seguida de la novena.
A lo largo del siglo XIX se compusieron algunas coplas en honor a la Santísima Virgen, poniendo de manifiesto la importancia y el boato con que se celebraban las fiestas del Consuelo. Avanzado el siglo XX, a los cultos del Consuelo se añade el devoto besamanos, broche de oro de las fiestas patronales de Alcolea.
Como Antonio Montero Parrilla ha recogido en sus escritos sobre la devoción a la Virgen, a lo largo del siglo XIX y ante los vacíos documentales, los vestigios devocionales son la herramienta más certera para reconstruir la historia de la Santísima Virgen del Consuelo.
Algunas muestras de devoción a la Santísima Virgen son la multitud de estampas y medallas que los alcoleanos conservan. Asimismo, una importante seña de identidad de las fiestas del Consuelo son las moñitas con la impresión de la Virgen que durante los días de fiesta se lucen en la solapa".

Seguimos con otra vitrina, en la que se muestran las partituras de tres composiciones de la segunda mitad del siglo XIX, como son los "Gozos a Nuestra Señora del Consuelo" (Francisco de la Corte), "Mes de María" (anónimo) y "Letanía a Nuestra Señora del Consuelo" (Francisco Guevara y Pérez); convocatorias de cultos de 1919, 1949 y 1968); y unos troqueles de hierro y latón de 1923 y 1937.






Vemos ahora una fotografía de la antigua Nuestra Señora del Consuelo datada en la década de los años veinte del siglo pasado.


Muy curioso es lo que se muestra en la siguiente vitrina: el primer libro de actas (1923-2000); el primer libro de hermanas (1923); unos escapularios de la década de los cuarenta; una papeleta de votación de 1983 sobre si la hermandad debía estar formada sólo por hombres, sólo por mujeres o por hombres y mujeres; varias moñitas de la Virgen del Consuelo; la partitura de una salve compuesta por Marcelino Camacho Laiván (1935); y una medalla de 1923.








Un nuevo panel nos habla de la Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo en su centenario:

"FUNDACIÓN DE LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO
El 1 de enero de 1923 un grupo de señoras, encabezadas por Dolores Recuero Saldaña y bajo la dirección espiritual del párroco, Manuel Bustamante Vera, fundaron la Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo con el fin de promover su centenaria devoción y promocionar el esplendor en la celebración de sus cultos.
En el primer libro de la hermandad se recogen las primeras reglas y una sucesión de actas de cabildo. Dentro de estas reglas quedan patentes la unión de la hermandad con la parroquia, con la que siempre ha colaborado estrechamente; los cultos que han de celebrarse a la Santísima Virgen; los distintos cargos que componen la junta directiva y sus funciones, así como los derechos y obligaciones de las hermanas, especialmente los funerarios, memorias de misas y entierro.

ALCOLEANAS Y CONSUELISTAS
El papel de la mujer alcoleana siempre ha sido preeminente en la Hermandad del Consuelo. Desde su fundación en 1923 y hasta el año 1978, en que se fundó la cuadrilla de hermanos costaleros, la nómina de la hermandad solamente estaba compuesta por mujeres. Además, hasta el año 2013 la junta de gobierno era exclusivamente femenina, habiendo sido siempre mujeres las encargadas de ostentar el cargo de presidenta o hermana mayor.
A la historia de la Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo están ligados nombres de mujeres que dedicaron su vida a engrandecer la devoción a la Santísima Virgen, como nuestra fundadora, Dolores Recuero Saldaña; Juana Gil García, que dio gran impulso a las fiestas y encargó la actual imagen; Ramona Garruta, que salvó parte del ajuar de la antigua imagen e incrementó notablemente el patrimonio tras la guerra civil; y Salud Navarro Saldaña, que continuó el enriquecimiento patrimonial de la hermandad y veló siempre por mantener la impronta estética de ésta".

Vemos otra foto de la antigua Virgen del Consuelo antes de contemplar el contrato de la ejecución de la actual por parte de Antonio Castillo Lastrucci y de leer un texto que habla de ese momento de la vida de la hermandad.



"En julio de 1936 la Parroquia de San Juan Bautista fue saqueada, siendo profanada y destruida la imagen de la Santísima Virgen del Consuelo que allí se veneraba. La imagen que sobrevivió hasta los sucesos de la guerra civil era una obra anónima de buena factura, de candelero para ser vestida. Se puede fechar en la segunda mitad del siglo XVIII si se atiende al uso de ojos de cristal, pelo postizo y el hoyuelo en la barbilla, así como los mofletes pronunciados del Niño, rasgos comunes en muchas imágenes de esa época con las que María Josefa Caro Quesada ha realizado un estudio comparativo.
Su ligera sonrisa y sus ojos expectantes debieron atraer sin duda la devoción, oraciones y súplicas de los alcoleanos de antaño. Con anterioridad a la realización de dicha imagen debieron de existir una o varias imágenes, según los datos que demuestran la antigüedad de su culto.
Ante los mencionados sucesos anticlericales y destrucción de la Santísima Virgen, la junta de gobierno que presidía Juana Gil García decide encargar una nueva imagen al imaginero Antonio Castillo Lastrucci, a quien se pide que se base en la antigua. No podemos negar la inspiración en la imagen desaparecida de la que se le entregaron algunas fotografías, manteniéndose la frontalidad y el semblante serio de mirada serena. Sin embargo, en la actual imagen podemos apreciar también las características propias del personal estilo de este imaginero sevillano, especialmente un marcado casticismo.
En mayo de 1937 la nueva imagen de la Patrona de Alcolea llegaba a su pueblo, siendo traída en procesión desde las ruinas de la antigua ermita y paseando en procesión triunfal por las calles de su pueblo, para terminar en la parroquia, donde se celebraría un triduo de acción de gracias por su reposición al culto.
La nueva imagen de Nuestra Señora del Consuelo heredó la tradición y el peso de la devoción que en torno a esta advocación mariana se había fraguado en Alcolea, calando desde muy temprano en el sentir de todos los alcoleanos".

Y así llegamos a la actual imagen de la Virgen del Consuelo, de la que vemos dos fotografías: una de los años cuarenta y otra del besamanos de este mismo año tomada por Melchor de la Cruz.



Continuamos con la saya de las flores y la túnica a juego del Niño. La saya es anónima, mientras que la túnica es de Felisa Navarro, de mediados del siglo XX. Están confeccionadas en seda y tienen flores pintadas de diversos colores.



En otra vitrina encontramos la corona de salida de la Virgen del Consuelo, labrada en plata sobredorada con pedrería por Luis Jiménez (1950) y una muestra de las joyas que la Patrona de Alcolea tiene en su ajuar.










Ahora nos detenemos en una toca de sobremanto de Maravillas Fernández Rodríguez (2019), bordada en canutillos, lentejuelas, mingos y cristales sobre tela de tul.


Al lado, y acompañada de un manto rojo de brocado, se expone una nueva saya bordada en oro sobre raso de seda con malla de bolillos, obra igualmente de Maravillas Fernández (2023).


Y también de este año y de la misma bordadora es una túnica del Niño bordada en oro fino sobre tisú de oro gofrado.


Pasamos ya a la última parte de la exposición, en la que en primer lugar podemos observar un óleo sobre lienzo de Fernando López Vacares (1898) titulado "Verdadero retrato de Nuestra Señora del Consuelo".


A su lado está el cartel de la salida procesional de 2019, pintado al óleo sobre lienzo por Salud Gutiérrez Navarro.


Para conmemorar el centenario de la hermandad, María Teresa Borrego ha realizado un cartel con ceras y pasteles sobre papel.


El cartel de los cultos del año pasado fue realizado en acrílico y óleo sobre tabla por Jesús Manuel Lozano Muñoz.


El cartel de este año, de Luis de la Pura, está pintado en acuarela y acrílico sobre papel de arches.


Y la exposición se cierra con un falso grabado sobre papel verjurado pintado también este año del centenario por Raúl Muñoz Gallardo.


Tenemos que felicitar por su centenario a la Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo de Alcolea del Río; una corporación que recogió una devoción antiquísima de su pueblo y que, tras resurgir de sus cenizas, es hoy una pujante realidad devocional, histórica y artística de gran valor.

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