martes, 10 de octubre de 2023

EMOTIVO Y MULTITUDINARIO TRASLADO DE LA ESTRELLA A LA CATEDRAL DE JEREZ


De nuevo en Jerez y de nuevo al encuentro de la Virgen de la Estrella. Como el año pasado (ver) y como el pasado mes de mayo (ver) en sus dos misiones lasalianas. La duda que nos deja lo vivido este domingo es, si las calles estaban a rebosar en la procesión de traslado de ida a la Catedral, cómo se pondrán este sábado en la triunfal procesión de regreso a casa tras la Coronación Canónica.
Y es que lo que tuvimos ocasión de contemplar con la Estrella jerezana fue realmente impresionante. Por muchas razones y por muchos detalles que subrayaron el carácter emotivo e histórico de la jornada. Todo comenzó a las diez de la mañana en la capilla de la Escuela de San José, perteneciente a la comunidad lasaliana. No en vano, la Estrella se llama así por la estrella del Signum Fidei de los seguidores de San Juan Bautista de la Salle.
Allí estaba la dolorosa de Sebastián Santos, sin corona ni diadema, en una estampa histórica que muy probablemente no se repetirá jamás. La Estrella presidía el paso de palio de Santa María de la Paz y Concordia, de la vecina y hermana cofradía de la Cena. Un impresionante conjunto de plata que maravilló a quienes aún no lo conocían. Y es que hubo mucho visitante de fuera de Jerez queriendo disfrutar de esta extraordinaria salida de la Estrella en su camino a la Catedral.
Algunos detalles eran diferentes en el palio, como los dos faroles de la delantera con el emblema Indivisa Manent, también de La Salle, en los cristales, pertenecientes a la Hermandad del Silencio de Sanlúcar de Barrameda, y la imagen en plata de la Virgen del Carmen, de cuya Coronación Canónica se cumplirá el año que viene un siglo, y que es de la Hermandad del Cristo. A la Cena, eso sí, también pertenecía el manto, que junto al techo, es otra de las joyas del bordado de la Semana Santa jerezana.





Unos cinco minutos antes de la hora prevista de salida se abrieron las puertas para que comenzara a salir el cortejo, muy amplio, de hermanos con cirios blancos encabezados por la cruz de guía de la cofradía que abre la Semana Santa. Dentro se iba a quedar Cristo Rey a la espera del regreso de su madre en la noche del próximo sábado.
No faltó en el cortejo la representación de la Hermandad de la Cena (de hecho, las primeras parejas de hermanos eran de la cofradía del Lunes Santo), cuyo estandarte iba justo delante del de la propia Hermandad de la Borriquita.





La primera levantá, aún en el interior de la capilla, se dedicó en presencia de una trasplantada a los donantes de órganos y sangre. Ella misma fue la encargada de tocar el llamador para hacer que el palio se levantara a pulso y se encaminara a la puerta. 
El capataz de la Estrella, Manuel Serrano, guió el paso por las calles de Jerez, aunque en este caso lo hizo acompañado del capataz del misterio de la Entrada en Jerusalén, Martín Gómez. Y es que en varios momentos del traslado iban a meterse bajo las trabajaderas costaleros del Señor.
La Banda de Música Maestro Enrique Galán de Rota fue la encargada de acompañar, como lo hace cada Domingo de Ramos, a la Virgen de la Estrella. Y cierto es que fue una auténtica delicia el trabajo de estos músicos, que tocaron marcha prácticamente en todas las chicotás que dio el palio en las cuatro horas de recorrido.
Para empezar, con el paso moviéndose dentro de la capilla, interpretaron la primera, "Estrella Lasaliana Coronada", la marcha compuesta por Manuel Marvizón. Con ella, la Estrella se acercó a la puerta y, sin pararse, salió al patio del colegio. La banda encadenó entonces el Himno de España y luego "La Estrella Sublime". La marcha se interrumpió cuando estaba en su segunda interpretación porque hacía falta silencio para que el palio pudiera salir a Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena sorteando el arco del portón que comunica el patio del colegio con la plaza.
Para entonces, con la Estrella recién salida a la calle, ya era una auténtica bulla lo que la rodeaba y lo que iba a acompañarla durante todo el camino que no había hecho más que comenzar.

















El paso de palio, adornado con enormes azucenas blancas, se levantó con fuerza y se dispuso a rodear la Parroquia de San Marcos, momento en que la banda roteña comenzó a tocar la bellísima composición "Stella Signum Fidei". Con estos sones llegó la Estrella hasta la misma puerta del Monasterio de la Purísima Concepción de religiosas mínimas. El paso se volvió ligeramente ante la puerta y se detuvo, rezándose el Padre Nuestro y el Ave María. El convento es lugar de adoración eucarística perpetua, por lo que, antes de la levantá, el capataz recordó que el primer sagrario del Señor fue el propio vientre de la Virgen.
No sin cierta dificultad por la cantidad de gente que había, la Virgen de la Estrella continuó su rodeo a San Marcos, sonando ahora, delante de la puerta principal de la sede canónica de la Cena, la marcha "Paz y Concordia", a la que seguirían posteriormente "Coronación" y "Esperanza de vida", saliendo con ésta, que sirvió para volver a recordar a los donantes, a la plaza Rafael Rivero.
















Entre una multitud, la Virgen de la Estrella hizo suya, como el Domingo de Ramos, y como la Paz y Concordia lo hace el Lunes Santo en ese mismo paso, la plaza Rafael Rivero. Sonó en este punto para la Estrella "Macarena", de Abel Moreno, llegando con ella a la Puerta de Sevilla y deteniéndose a pocos metros del monumento a las cofradías de la ciudad.






















Tomó entonces la calle Larga pasando por delante del Convento de Santo Domingo, mientras la Banda Maestro Enrique Galán tocaba "Rocío", que duró hasta que la Estrella alcanzó la Rotonda de los Casinos en una chicotá perfecta, sabiendo andar. Luego fue el turno de "Coronación de la Macarena" y el palio se internó por la parte peatonal de Larga.
Los jóvenes de la hermandad habían trabajado la noche anterior en realizar una sucesión de alfombras de sales de colores por las que ahora iba a pasar la Estrella. Un trabajazo de amor a la Virgen, que discurrió sobre la primera de esas alfombras a los sones de "Virgen de las Aguas". 
Tras una parada, se puso a los mandos del paso Florián Utrera, quien hasta 2008 fue el capataz del misterio de la Borriquita durante más de veinte años. Ante la Estrella ejerció de nuevo de capataz de la cofradía durante una chicotá para la que la banda tocó "Esperanza Macarena".
Hay que subrayar, por cierto, lo bien que se ha engalanado el centro de Jerez para la Coronación Canónica de la Estrella, con banderolas con fotos de la Virgen, colgaduras en balcones e incluso macetones sobre columnas efímeras en la calle Larga.

























"Virgen del Rosario" fue la siguiente marcha con la Estrella ganando metros entre la multitud. Después, el paso se detuvo y dio paso a una levantá emocionante. El pasado 29 de septiembre fallecía de forma repentina mientras hacía deporte Pablo Sampalo, de sólo 23 años. Era hijo de Tomás Sampalo, capataz entre otros pasos de la Esperanza de la Yedra. 
En la calle Larga, muy cerca del Gallo Azul, estaban ante el paso de la Estrella la madre de Pablo y su novia. Manuel Serrano se dirigió a la cuadrilla para pedirles una levantá por Pablo, que fue estudiante de La Salle y del que dijo que siempre quiso ser costalero de la Virgen de su colegio. "La Estrella se lo ha llevado en la víspera de estos días y ahora tiene un lucero junto a ella", dijo. El paso se levantó con las manos de la madre y la novia de Pablo unidas a la del capataz. El paso se levantó al cielo más que nunca y no podía sonar una marcha que no fuera "Esperanza de la Yedra".
Y un detalle más. De un balcón se lanzó una petalada para la Virgen de la Estrella. Muchos de esos pétalos eran de las flores que estuvieron en el velatorio de Pablo Sampalo.
















La Virgen de la Estrella dejó atrás Larga y continuó por Lancería, donde la Banda Maestro Enrique Galán interpretó "Virgen de la Paz". Luego, tras constatar un cierto retraso sobre el horario previsto, alcanzó la plaza del Arenal y tomó Consistorio encadenando la marcha "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo" con unos metros a tambor.



















Por Consistorio, el paso de palio avanzó con decisión, ahora a los sones de "Rosario de Monte-Sión", y se detuvo a la altura de la plaza de la Yerba. Después, hubo una chicotá breve, la única de todo el recorrido en que la Estrella anduvo a tambor. Se paró ya en la plaza de la Asunción, ante el grupo de hombres que rezaban el rosario y cuyo último misterio coincidió con la llegada de la Virgen. Eran miembros de Christifidelis Laici, del Apostolado Seglar, de los Cursillos de Cristiandad y de la Delegación Diocesana de Familia y Vida. Muchos de ellos estaban arrodillados ante la Virgen de la Estrella.















Tras el rosario, el paso se volvió a levantar y, mientras sonaba de nuevo "La Estrella Sublime", se colocó ante el edificio del Cabildo Viejo porque llegaba el momento más destacado de esta procesión: la imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad de Jerez, concedida por el Ayuntamiento en un Pleno extraordinario celebrado el día anterior.
Rápidamente, se retiró una de las jarras del costero izquierdo del paso y se acercó hasta ese lado la escalera metálica que iba a permitir subir hasta la dolorosa para colocarle la medalla. Previamente, teniéndola en sus manos la alcaldesa, María José García-Pelayo, la medalla fue bendecida por el mayordomo del Cabildo Catedral, Luis Piñero Carrasco.
Acto seguido, la alcaldesa subió al paso acompañada del hermano mayor de la Borriquita, Juan Miguel García Pérez, para desde ahí mostrar la medalla a toda la plaza. Luego el hermano mayor se bajó y subió el vestidor de la Virgen, Fernando Barea, que fue quien le colocó en el pecherín la Medalla de Oro de Jerez a Nuestra Señora de la Estrella. A continuación, la plaza rompió en un aplauso, se rezó el Ave María y se oyó un "¡Viva la Virgen de la Estrella!".
















La jarra que se había retirado volvió a su sitio, los costaleros regresaron bajo las trabajaderas y la Estrella se dispuso a continuar su recorrido hasta la Catedral. Manuel Serrano se dirigió a los costaleros y recordó las palabras dichas el día anterior por la alcaldesa: "La Estrella es de Jerez y Jerez es de la Estrella". Así, el capataz dedicó la primera levantá tras la imposición de la Medalla de la Ciudad a todos los jerezanos, especialmente a los enfermos.
El paso de palio se levantó y la Banda Maestro Enrique Galán comenzó a tocar la plegaria a la Virgen de la Estrella de Paco Cepero, convertida en marcha procesional y cantada en este momento por el coro Gloria Bendita. Otro momento impresionante en una mañana única.
Más adelante, aún ante el Cabildo Viejo, la alcaldesa fue invitada a tocar el llamador en la siguiente levantá. El capataz avisó que sería ella la que lo hiciera sonar y quiso simbolizar con ello que en su mano estaban las de todos los jerezanos.
El paso se levantó y, tras bajar la rampa de madera que se coloca en ese mismo punto cada Semana Santa, giró a la izquierda, a la estrechez de Letrados, con una nueva interpretación de la marcha "Coronación". Luego sonarían "Triana, tu Esperanza", "La Virgen de las Angustias" al pasar a Pozuelo y "Siempre Macarena".










Antes de abandonar Pozuelo, hubo una levantá en memoria de Antonio Morales, un hermano de la Borriquita que, en palabras del capataz, "dio su vida por la hermandad". De ahí, la Virgen de la Estrella tomó Manuel María González con la marcha "La Virgen de Sevilla" y luego asistimos a otra dedicatoria de levantá, en este caso a la Hermandad de la Cena, a la que se agradeció de esta manera la cesión del palio y el manto de la Virgen de la Paz y Concordia. "Por la Cena y por la unión entre las cofradías", se escuchó.
Seguidamente, el palio salió a una zona afortunadamente más amplia y la banda roteña interpretó las marchas "Pasa la Virgen Macarena" y "Virgen de la Estrella", aunque ésta fue interrumpida cuando el paso se detuvo.
















El imaginero sevillano Fernando Aguado estaba entre las muchas personas que acudieron a la llamada de la Estrella desde fuera de Jerez. Él fue el encargado de restaurar a la dolorosa entre 2019 y 2020. Por este motivo, se le dedicó una levantá en Manuel María González. Luego, el palio giró a De la Rosa a los sones de "Madre de los Gitanos Coronada" y llegó a las inmediaciones de la Catedral, a la plaza de la Encarnación, con "Madrugá Macarena".


















En una mañana de mucho calor, casi veraniego, no podía faltar una levantá por el aguador que calmó la sed y refrescó a la cuadrilla durante todo el camino. Y cuando el paso se levantó, se dirigió al Reducto con la marcha "Estrella Lasaliana". La estrechez del Reducto se hizo más que evidente con la gran cantidad de gente que quería acompañar a la Virgen hasta su recogida, haciendo difícil por momentos andar.
Entre la multitud logró alcanzar la puerta principal del primer templo jerezano la Virgen de la Estrella, para la que volvió a sonar "Stella Signum Fidei". El palio se quedó vuelto hacia el exterior, aunque al parecer hubo algo de confusión sobre si debía entrar de frente o de espaldas. En cualquier caso, con el paso en la puerta le dio la bienvenida a la Virgen y a la hermandad el mayordomo del Cabildo Catedral, que estaba acompañado por cofrades de las hermandades de la Viga y la Resurrección.


















Tras estas palabras de bienvenida, la Virgen de la Estrella hizo su entrada en la Catedral, no sin antes recordar el capataz que la próxima vez que pise las calles de Jerez lo hará ya coronada, y dedicar la levantá al Cabildo Catedral.
Faltaba un minuto para las dos y cuarto de la tarde cuando la Estrella accedía al interior mientras la Banda Maestro Enrique Galán tocaba el Himno de España y, una vez más, la marcha "Coronación". Dentro, el paso giró sobre sí mismo y se encaminó al presbiterio por la nave central, quedando el palio situado en el lado derecho.
De nuevo tomó la palabra Luis Piñero Carrasco, quien recordó los días tan especiales que están por venir junto a la Estrella en la Catedral jerezana. Las últimas oraciones pusieron el punto final a esta magnífica procesión de traslado a la que no le faltó un ápice de emoción y de momentos que quedarán en el recuerdo.
















La Catedral fue vaciándose poco a poco y al rato volvió a sonar el llamador. El paso de palio se levantó de nuevo y se desplazó a una de las capillas laterales de la nave del Evangelio. Justo enfrente, al otro lado y ante los ojos de la Virgen de la Estrella, estaba su paso de palio perfectamente montado y preparado para la procesión triunfal del próximo día 14, el día de su Coronación Canónica. 


Si así fue la respuesta de jerezanos y visitantes a la procesión de traslado del domingo, ¿cómo será lo del próximo sábado? Pero antes, hoy comienza el triduo extraordinario en su honor que finalizará el jueves; y el viernes habrá un besamanos en el altar mayor de la Catedral. Estamos inmersos en los días de la Estrella, que es de Jerez como Jerez es de la Estrella.

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