viernes, 6 de octubre de 2023

LA VIRGEN DEL SANTO ROSARIO, ANTE SU ANTIGUO SIMPECADO RESTAURADO


Nuestra Señora del Santo Rosario, de la Hermandad de la Macarena, se encuentra desde hoy, viernes, y hasta este domingo expuesta en besamanos en el presbiterio de la Basílica, donde recibe a los devotos sobre su peana de besamanos, estrenada hace dos años, obra de Felipe Martínez Oliver.
Precisamente, el hecho de que se encuentre elevada sobre el primer escalón del presbiterio y, a su vez, sobre dicha peana, dificulta bastante que las personas mayores o de cierta estatura alcancen a besar la mano, por lo que muchos tienen que conformarse con besar la cruz del rosario de cuentas verdes que sostienen la Virgen y el Niño con ambas manos derechas.
Para este besamanos, la Virgen del Santo Rosario viste el manto rojo bordado en oro por Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1914), así como la saya blanca de tisú de autor desconocido y diseño asimétrico restaurada por José Ramón Paleteiro. Por otro lado, luce la corona y la ráfaga de salida de Manuel Seco Velasco (1953), un cetro en la mano derecha y diversas joyas, entre ellas unos pendientes y el broche de la palma, recientemente restaurados por Miguel Fernández Carrasco.
Las paredes laterales del presbiterio están cubiertas de terciopelo rojo con sendos frisos de flores en la parte superior. Vemos en esta zona dos mesas de madera dorada con pequeños doseles que albergan unos relicarios, unas jarritas y unos candeleros con cera blanca. Más atrás hay un conjunto de seis ángeles mancebos, entre ellos los que flanquean durante todo el año al Señor de la Sentencia y a la Virgen del Rosario en sus respectivos retablos.
Ante el retablo mayor, a los pies de la Esperanza Macarena, vemos el antiguo simpecado de la Virgen del Rosario, la pieza textil más antigua que conserva la hermandad, realizada entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, y que acaba de ser restaurada por la empresa Cyrta.
Y junto al simpecado se han colocado varios candeleros con cera blanca y algunas pequeñas jarras, mientras que en los laterales vemos dos grandes blandones dorados y dos pies sobre los que descansan sendos candelabros de plata.
Finalmente, hay que comentar que el exorno floral, repartido entre varias jarras, centros y el friso antes mencionado, se compone de lilium y astromelias, todo ello de color blanco.
























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