jueves, 26 de septiembre de 2024

DÍA GRANDE EN JEREZ CON LA PROCESIÓN DE SU PATRONA, LA VIRGEN DE LA MERCED


Jerez disfrutó este martes de uno de sus días grandes, el de la festividad de su Patrona, la Virgen de la Merced, que salió a las calles con sus mejores galas acompañada por una gran cantidad de cofrades y devotos que llenaron el itinerario completo de la histórica imagen.
La Basílica de la Merced vivió una mañana de gran intensidad, comenzando con las misas que desde las siete y media fueron celebrándose cada media hora en el templo, hasta que a las diez y media tuvo lugar la renovación del voto de la ciudad a su Patrona y Alcaldesa Perpetua por parte de la máxima responsable del Ayuntamiento jerezano, María José García-Pelayo. Posteriormente, a las once, se celebró la misa pontifical presidida por el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés.
La Virgen de la Merced amaneció subida sobre su paso procesional ante el retablo mayor de la Basílica, rodeada de olorosos nardos dispuestos en tres grandes mazos en la delantera y en los costeros. Vestía la Patrona su impresionante conjunto de manto, saya y traje del Niño de tisú bordado en oro por José Guillermo Carrasquilla en 1961 con motivo de su Coronación Canónica.






Mientras tanto, los grupos jóvenes de las distintas hermandades jerezanas estuvieron durante la mañana elaborando las tradicionales alfombras de sales de colores que cada año se ofrecen a la Patrona a lo largo de la calle que lleva su nombre. Son verdaderas obras de efímera artesanía sobre las que discurre luego la Virgen. Algunas de ellas, sobre todo las más cercanas a la Basílica, elaboradas por las hermandades del Transporte, la Virgen de la Cabeza y la Misión Redentora, aludieron al LXXV aniversario del patronazgo canónico de la Merced sobre la ciudad.










La salida de la procesión estaba prevista para las seis y media de la tarde, por lo que hasta unos minutos antes las hermandades fueron llegando con sus guiones para formar el cortejo en el claustro conventual de los Padres Mercedarios. También llegó hasta la puerta la Agrupación Musical San Juan, encargada de ir abriendo paso delante de la cruz de guía a lo largo de todo el recorrido. Como es habitual, los músicos de la formación jerezana llegaron hasta la puerta de la Basílica con su composición "Con aires de San Juan".
Pronto comenzó a salir la procesión, con su largo cortejo encabezado por la cruz de guía de la Hermandad del Transporte. Detrás iba la sucesión de representaciones de las agrupaciones parroquiales y hermandades, tanto de gloria como penitenciales y sacramentales, de las órdenes terceras de la ciudad, de la Unión de Hermandades, del Ayuntamiento y del clero. Y no faltaron en el cortejo las insignias basilicales, el tintinábulo y el conopeo, delante del propio obispo de la diócesis.






















Este año ha sido Manuel Monge, capataz y hermano mayor del Transporte, el encargado de comandar el paso de la Virgen de la Merced en sustitución de Martín Gómez Moreno, que lo hizo hasta el año pasado y que en esta ocasión no ha podido circunstancialmente.
Tampoco fue la Banda Municipal de Jerez, que vive una agónica subsistencia a la que no se pone remedio, la que se situó tras el paso de la Patrona. En su lugar fue la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, que el mes pasado firmó con la Hermandad del Transporte para acompañar a Madre de Dios de la Misericordia el próximo Domingo de Ramos.
Con estas novedades a su alrededor, la Virgen de la Merced abandonó su templo y se hizo a la calle, momento en que la banda interpretó el Himno de España, seguido de la marcha "La Estrella Sublime". El paso fue girando a su izquierda en la calle Merced hasta detenerse ante un balcón desde el que el grupo Quejío Andaluz cantó la tradicional plegaria a la Patrona de la ciudad.


















Finalizada la oración cantada, la Virgen de la Merced se dispuso a recorrer su calle a los sones de "Reina del Carmelo", preciosa composición dedicada a la otra gran devoción gloriosa de Jerez, como es la Virgen del Carmen, de cuya Coronación Canónica se cumple en 2025 el primer centenario. Luego sonó "Marcha Pontifical", seguida de una chicotá a tambor que terminó a la altura de la Peña Flamenca Tío José de Paula.
Como cada año, todos los presentes sabían que éste era un punto destacado. Y no lo fue menos en esta ocasión, con el cante dedicado a la Patrona acompañado de la guitarra, pero también de las palmas espontáneas de quienes contemplaban a la Merced en este lugar. 
El arte se tiene o no se tiene. Y en Jerez se tiene, y mucho. Las palmas acompañan al cantaor hasta el final, y luego los 'oles' a la Virgen, y más palmas, y el paso se levanta, y las palmas siguen, y se hacen más fuertes, y se convierten en un cerrado y sentido aplauso, y la banda apunta marcha, y comienza a tocar "Triana, tu Esperanza", pero esto es Jerez y es la Merced, y la marcha apenas se oye, lo que se oye es la fe y la devoción en forma de arte popular, del pueblo, de los vecinos del barrio, de los devotos de la Virgen de la Merced, de la Patrona del inmenso monumento artístico que es Jerez de la Frontera.



















La Virgen de la Merced terminó de recorrer su calle y alcanzó la Parroquia de Santiago. Casi ná. Las campanas del templo repicaban a gloria y, tras una parada, el paso siguió hacia la calle Ancha mientras sonaba "Cantemos al Señor". La cantidad de devotos que se ubicaron tras la Patrona alejó a la banda, aunque más adelante pudo recuperar su lugar. Seguidamente, con "El Corpus", la Virgen dejó atrás Ancha y se detuvo en la confluencia con Porvera, Lealas y Ponce antes de continuar por ésta. Ante la Patrona, la Iglesia de la Victoria, por la que volvería a pasar en su camino de vuelta, ya que las obras, interminables y desesperantes algunas, han vuelto a impedir su discurrir por la zona de San Marcos.



























A tambor afrontó después la Virgen de la Merced la calle Ponce, aunque luego avanzó con la marcha "Triunfal". Y a continuación, giró a su derecha para tomar la calle Guadalete, por la que se internó mientras la Banda Santa Ana interpretaba "Pasa el Gran Poder". Y después, en el recital dado por la formación nazarena, se sumó al repertorio "Cristo en la Alcazaba", saliendo el paso con esta marcha a la plaza del Mamelón.




























Por el Mamelón discurrió la Merced a los sones de "Virgen de la Paz", y luego, sin parar, llegó a tambor hasta la Alameda de Cristina. La Capilla de San Juan de Letrán estaba abierta y su Hermandad del Nazareno salió a recibir a la Patrona. Y el que salió casi literalmente fue el propio Jesús Nazareno, Jesús a secas para los jerezanos, que bajo el mismo dintel fue situado para este encuentro entre dos de los pilares fundamentales de la devoción jerezana. Hasta ahí llegó la Patrona con la marcha "Esperanza Macarena", volviéndose ante Jesús y parándose unos instantes.




















Tras la parada en San Juan de Letrán, la Virgen de la Merced se marchó mientras sonaba "Como tú, ninguna". Después, el paso se detuvo para un relevo de costaleros y luego giró a la calle Porvera con la "Salve a Nuestra Señora de la Salud". Nada más girar, la Virgen se volvió a parar y en la siguiente levantá se dejó que tocara el llamador Andrés Cañadas, hijo de Andrés Luis Cañadas Machado, periodista fallecido hace diez días.
Bajo la bóveda forestal de la Porvera, coloreada de azul por la iluminación tan especial que apunta directamente a las frondosas ramas de los árboles, la Virgen de la Merced siguió su camino con marchas como "Aurora, Reina de la mañana", "La Esperanza de Triana" y "Esperanza de la Yedra".



























Con "Esperanza de la Yedra" (hay que pedirle a la Banda de Santa Ana que amplíe su repertorio de marchas jerezanas para el año que viene) llegó la Virgen de la Merced hasta la Iglesia de la Victoria, cuya puerta estaba abierta dejando ver al fondo, en el retablo mayor, a Nuestra Madre y Señora de la Soledad.
El paso se detuvo ante la puerta y luego tomó la calle Ancha a los sones de "Hosanna in excelsis", a la que siguió "Procesión de Semana Santa en Sevilla" y algo de redoble de tambor hasta que alcanzó la plaza de Santiago. Seguidamente, la banda tocó "Virgen de las Angustias", aunque durante su interpretación la Virgen se paró a la altura de una de las puertas laterales de la Parroquia de Santiago, donde había sido colocada la imagen del apóstol.
Esta parada, ante la representación de las cuatro hermandades con sede en Santiago (Prendimiento, Buena Muerte, Sacramental y Madre de Dios del Rosario), se aprovechó para un relevo bajo las trabajaderas.























Afrontó entonces la Patrona de nuevo la calle Merced, a lo largo de la cual se fueron colocando las representaciones de las hermandades que la habían acompañado hasta el final. La primera marcha que sonó en este punto fue "Cristo de la Expiración", del maestro Germán Álvarez Beigbeder, precisamente ante la casa en la que vivió este gran compositor. Al menos con ella se pudo escuchar otra marcha jerezana más en el recorrido.
Luego la banda interpretó "Madrugá macarena", con la que el paso llegó hasta el mismo balcón desde el que en la salida se cantó la Plegaria a la Virgen de la Merced. Ahora era el turno de David Puerto, encargado este año de pronunciar el tradicional fervorín que cada año se le dedica a la Patrona antes de su recogida.

















Fue el de David Puerto un texto de alabanza a la Merced muy aplaudido y aclamado por los presentes. Cuando finalizó, de nuevo se escuchó la plegaria a la Virgen, esta vez por parte de la Agrupación Musical San Juan, que se había quedado cerca de la puerta para poder tocar su particular versión de la composición antes de despedirse.
Seguidamente, volvió a tomar las riendas musicales la Banda de Santa Ana, que interpretó "Pasan los campanilleros" mientras el paso giraba ante la puerta de la Basílica y subía a la acera, donde se paró antes de entrar. Los costaleros se dieron la vuelta bajo las trabajaderas e instantes después levantaron a la Patrona, siempre a pulso, y procedieron a acercarla a su casa.
Hubo que echar el cuerpo a tierra ligeramente para que el remate del baldaquino no diera en el dintel. Luego, la banda tocó el Himno de España y definitivamente la Virgen de la Merced entró en la Basílica cuando el reloj marcaba las diez y cuarto de la noche.

















Mucho público en las calles, una temperatura muy agradable, la fe y la devoción de su pueblo, el cante, las palmas... Pero sobre todo Ella, la Virgen de la Merced, la madre de los jerezanos en su día grande. Setenta y cinco años de patronazgo canónico. Muchísimos más de patronazgo popular, sentido y vivido de generación en generación desde hace siglos.

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