miércoles, 25 de septiembre de 2024

EL DULCE NOMBRE DE LA SALLE, CON LOS ENFERMOS DE ELA EN SU PROCESIÓN


El pasado sábado concluyeron los cultos en honor a Madre de Dios del Dulce Nombre, del Colegio La Salle-Felipe Benito, con su salida procesional por las calles de su barrio. Una salida en la que estuvieron muy presentes los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), por los que rezaron sus cofrades a lo largo de la procesión. Además, uno de los codales del paso de la Virgen estaba decorado con un lazo verde y con las letras ELA.
No fue el único codal con decoración pintada que pudimos ver en el paso, ya que también estaban el escudo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el escudo de la cofradía y Santa Ángela de la Cruz, que es también titular de la corporación. De hecho, una pequeña talla de la santa sevillana iba en la delantera del paso.
La procesión salió del colegio lasaliano a las ocho de la tarde para recorrer la zona de Pío XII. Iba la Virgen del Dulce Nombre vestida con un manto de tisú celeste, una saya blanca de raso bordada en oro y una toca de malla también bordada. Por supuesto, llevaba sus habituales elementos de orfebrería, entre los que se encontraban las pequeñas potencias del Niño, una de las cuales lamentablemente se cayó en algún momento del recorrido y no se volvió a colocar. Por otro lado, el exorno floral se componía de gladiolos, claveles, astromelias y estátice, todo ello de color blanco. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas.
La primera parte del recorrido de la Virgen del Dulce Nombre constó de zonas amplias, como las avenidas de San Juan de la Salle y Miraflores, la Ronda de Pío XII o la avenida de Pino Montano, visitando entre unas y otras la Parroquia de Santa María de las Flores; mientras que el camino de regreso se compuso de callejuelas más estrechas cercanas al colegio.
Por la calle Faura se introdujo en esta segunda parte del itinerario, girando a Quiroga con la marcha "Luz en la Soledad". Es una calle peatonal con frondosos naranjos a lo largo de todo su trazado. Aunque habían sido podados, el discurrir del paso entre ellos requirió una gran pericia por parte, tanto de los capataces como de los costaleros. En esta calle la banda nazarena interpretó también las marchas "Palio blanco" y "Margot".






















A continuación, la Virgen salió a la calle Romero y giró con "Valle de Sevilla", tras la que el paso se detuvo para un relevo de costaleros. Y luego, se introdujo a tambor por Camelia, una vía que en uno de sus extremos tiene pinta de plaza ajardinada y en el otro es más bien un parking público. Tras dos rápidos giros a tambor, el paso volvió a parar antes de afrontar la estrechez de Riscos.



















La marcha "Nuestro Padre Jesús" fue la escogida para el giro del paso a la calle Riscos, donde hubo que sortear una farola que rozó levemente la ráfaga de la Virgen del Dulce Nombre. Luego se realizó una breve chicotá a tambor y seguidamente se dedicó una levantá a Manolito, del que uno de los capataces dijo que "se fue con sólo 41 años". Su padre fue el encargado de hacer sonar el llamador para que el paso continuara su camino, ahora a los sones de "Madrugá macarena".
Salió después la Virgen de nuevo a la calle Faura mientras la Banda de Santa Ana tocaba "Pasa la Virgen Macarena", y momentos después alcanzó la avenida San Juan de la Salle con la composición "Se arrodilla Triana".




















Hubo entonces un último relevo de costaleros, entrando quienes iban a llevar a la Virgen del Dulce Nombre de vuelta a su colegio. Hicieron una primera chicotá a tambor, a la que siguió otra con "La Esperanza de Triana" como banda sonora.
Seguidamente, sonó "La Virgen de Sevilla" mientras el paso giraba para acceder al atrio del colegio, donde después fue interpretaba la marcha "Madre, tu Dulce Nombre". Aquí, en el atrio, se realizó una especie de entrada del paso, aunque, al no poder acceder directamente a la capilla, el Himno se tocó mientras la Virgen pasaba del atrio a uno de sus laterales atravesando una valla. 












Eran las doce de la noche y nueve minutos cuando esto ocurría, sonando luego "Amarguras" mientras la Virgen iba hacia la parte trasera de la capilla, donde estaba montada la pequeña carpa en la que se levanta cada año el paso. 
La verdad es que, visto desde fuera, parece haber hueco en la fachada de la capilla para abrir una puerta de gran tamaño que permita la salida y entrada del paso directamente en el templo. Los arquitectos y el colegio sabrán. En cualquier caso, lo importante es que, en un nuevo mes de septiembre, el mes de su festividad, Madre de Dios del Dulce Nombre volvió a pasear por su barrio como una de las, afortunadamente, diversas devociones escolares que existen en la ciudad de Sevilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario