Parece que, de un tiempo a esta parte, algo se está moviendo en las hermandades jerezanas más recientes en lo que a la mejora de su patrimonio artístico se refiere y, especialmente, si hablamos de la calidad de sus imágenes titulares.
La última en dar un paso en ese sentido ha sido la Hermandad de la Mortaja, que el pasado viernes celebró un cabildo extraordinario en el que, previa presentación de informes y proyectos, se dio a los hermanos la oportunidad de escoger entre la restauración (no sabemos si también reforma) de la actual imagen del Cristo, de Miguel Bejarano (2001), o su sustitución por una talla completamente nueva realizada por José María Leal, autor del resto de las imágenes del conjunto escultórico.
El cabildo contó con la participación de la restauradora Laura Pérez Meléndez, quien habló acerca del estado de conservación del Cristo de Bejarano, del historiador del arte José Manuel Moreno Arana, que se refirió al Cristo actual desde un punto de vista artístico, y de José María Leal Bernáldez, quien presentó su propuesta de una nueva talla.
La votación reflejó una mayoría de hermanos que apostaron por la opción de cambiar de imagen titular, con lo que Leal completará el misterio que ya hizo (a excepción del Señor), para el que talló la Virgen de la Caridad, San Juan Evangelista, las tres Marías y los santos varones.
Lo dicho: algo se mueve en las corporaciones más nuevas de la Semana Santa jerezana. La duda es si el ejemplo cundirá en otras en las que debería cundir; principalmente en algunas que dan vueltas y más vueltas para, según parece, tratar de evitar lo inevitable. Y es que cada vez está más claro que no tiene ningún sentido correr para contar rápidamente con un patrimonio, digamos, discreto, y tener que cambiarlo tiempo después al resultar indiscutible el amplio margen de mejora existente.
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