lunes, 28 de abril de 2014

MARTES SANTO 2014: EL DÍA DEL REENCUENTRO

Un niño de cinco, seis o siete años que sea hermano de una cofradía del Martes Santo no podría acordarse de haber participado nunca en la estación de penitencia de su hermandad. Tres años seguidos sin salir. Se dice pronto, pero es un mundo. Para entender la dimensión de lo que estamos diciendo habría que poner un ejemplo. La Hermandad de la Sed, que se incorporó a la Semana Santa en 1979, ha tenido que suspender desde entonces tres veces su estación de penitencia (2005, 2008 y 2013). Tres veces en 34 años. Las cofradías del Martes Santo, sin embargo, en sólo los tres últimos años han vivido lo mismo que la Sed en más de tres décadas.
Es más que comprensible la emoción con la que se vivió este Martes Santo de 2014, con todos los partes meteorológicos favorables y la plena seguridad de que las ocho hermandades de la jornada se iban a reencontrar con la ciudad y la ciudad con ellas. Por eso había que empezar bien temprano en el Cerro del Águila. Su hermandad estaba, además, de aniversario porque hace 25 años, en 1989, tuvo lugar su primera estación de penitencia a la Catedral, dejando con la boca abierta a la Sevilla cofradiera, sobre todo a la más desconfiada, dando un ejemplo con su kilométrico recorrido y con un estilo que es todo un sello de calidad.
La calle Afán de Ribera era un hervidero de personas, principalmente en la zona más cercana a la Parroquia de los Dolores. Nadie quería perderse la salida, la primera desde 2010. Algunos se empeñaban en desafiar a las leyes más elementales de la física, queriendo pasar hacia donde no se cabía. ¿No se han preguntado nunca dónde acaban quienes piden paso para llegar a donde no se puede? ¿Habrá algún extraño agujero negro en las bullas que engulle a la masa sobrante? Y luego están los pícaros que recurren a la excusa de "¡es que yo vivo ahí! ¿Cómo no voy a poder llegar hasta mi casa?".
Había mucha expectación por ver en la calle cómo quedaba el paso del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono con los nuevos elementos de plata añadidos al canasto por los Hermanos Delgado. A los que criticaban tras ver las primeras fotos se les decía que esperasen a verlo en la calle para opinar. Pues bien, ya lo hemos visto en la calle y sí, parece algo excesivo el uso de tanta guirnalda o filigrana de plata para marcar cada arista del paso.
Pero todo debate queda en un segundo plano cuando el crucificado que llegó al barrio desde San Gil sale a las calles llenándolo todo con su presencia. Cristo ha muerto y Longinos, que le ha atravesado el costado con su lanza, se da cuenta de que verdaderamente era el Hijo de Dios. La Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol le pone música a la dramática escena mientras el paso, adornado con rosas rojas, avanza entre los árboles de Afán de Ribera.
En la última levantá en dicha calle, antes de meterse por la calle Aragón para salir a la Avenida de Hytasa, el capataz se acuerda de las mujeres que sufren cáncer de mama y le pide por ellas al crucificado de Francisco de Ocampo.

























La Hermandad de la Cena es la madrina del Cerro; por este motivo, una representación con estandarte y varas de la cofradía del Domingo de Ramos iba delante del propio estandarte del Cerro.


Pero la sorpresa venía detrás, con la presencia del Cardenal Carlos Amigo, que presidía la cofradía justo delante del paso de palio de la Virgen de los Dolores. Quien siendo arzobispo aprobó las reglas del Cerro como hermandad de penitencia, quien regaló a la dolorosa su cruz pectoral en aquella primera estación de penitencia, como hizo recientemente en la función del XXV aniversario, quien accedió a la coronación canónica... Quien, en definitiva, tan buena relación tiene con la hermandad y el barrio, no podía faltar en esta estación de penitencia tan especial. Los vecinos respondieron a su gesto saludándole con mucho cariño a su paso.


La Reina del Cerro lo es de verdad. No es un simple título que se le pone a la Virgen aquí y allá cambiando en su caso el nombre del barrio. No hay más que ver y escuchar las reacciones de los vecinos cuando la Virgen de los Dolores pasa ante ellos. Algunos la piropean, otros aplauden, otros lloran, los hay que esbozan entre los labios una oración o una petición especial, alguna hubo que dijo simplemente "hija, tú ya sabes...", e incluso otra vecina, como quien habla con una amiga, le deseó que tuviera "un buen día" en su camino a la Catedral y en su vuelta a casa. Dijo Carlos Herrera en su pregón que quien no haya llorado nunca viendo el Cerro, que lo haga. "Un respeto, que vienen los barrios".
Con los sones de la Banda de las Nieves de Olivares, que interpretó antes de la revirá a Aragón "Madre de los Gitanos Coronada" y "A ti Manué", la Virgen de los Dolores, que no llevaba la corona de la coronación canónica, fue al centro a perfumar Sevilla con los jacintos rosas que adornaban su paso de palio.

















El capataz del paso de palio de la Hermandad del Polígono de San Pablo auguraba una brillante salida de la Hermandad de San Esteban y así fue. Por fin, los coloridos nazarenos de la Puerta Carmona, con sus túnicas de color crema y antifaces y capas celestes, podían poner rumbo a la Catedral en un Martes Santo radiante.
La salida de esta hermandad es una de las más esperadas por la dificultad de la ojiva dentada, principalmente para el paso de palio. También es una de las más cotizadas por la estrechez de la calle San Esteban, a la que sigue la de Águilas (son dos calles distintas, aunque algún medio de comunicación las confunda). Y en medio queda la Plaza de Pilatos, lugar donde el sol no encontraba impedimento alguno para iluminar con fuerza el paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, que ha presentado este año una primera fase de su restauración a cargo de Enrique Castellanos.
El Señor de la Ventana, que recibe la burla de dos sayones, un soldado romano y un miembro del Sanedrín, el conocido como "perra gorda" por la postura pedigüeña de su mano derecha, vestía la clámide roja bordada por Carrasquilla, que llevaba también en las salidas frustradas de 2011 y 2012, y en el Vía Crucis, también frustrado, del Año de la Fe.
Cuando el paso llegó a la Plaza de Pilatos coincidieron dos saetas al mismo tiempo, una desde el balcón de la Casa de Pilatos. Posteriormente, el paso, con claveles rojos, siguió hacia Águilas con la marcha "Hágase tu voluntad" a cargo de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención, a la que siguió "Resucitó" en su llegada al Convento de Santa María de Jesús.

















Superada la gran dificultad de la salida, se puso también en la calle el paso de palio de María Santísima Madre de los Desamparados, tras la interpretación del Himno de Valencia en el interior del templo. No en vano, la dolorosa de Manuel Galiano tiene concedida la medalla de la ciudad del Turia.
Este palio, acompañado musicalmente por la Banda de Música de las Cigarreras y exornado con claveles blancos, presentaba uno de los estrenos más llamativos de la Semana Santa de 2014, sobre todo por el secretismo que durante cinco años se ha mantenido hasta desembocar en la culminación de un manto bordado para la Virgen de los Desamparados. Un grupo de hermanas de la corporación, bajo la dirección de José Luis Gómez Mármol, autor también del diseño, han puesto toda su ilusión en la ejecución de un manto bordado en oro sobre terciopelo azul, siendo éste el primero bordado con el que cuenta la cofradía de San Esteban desde su fundación en 1926.
Ya son conocidas las críticas que se han suscitado por el hecho de que no se haya encargado la ejecución del manto a un taller profesional de amplia trayectoria y saber hacer; como también se ha comentado que la hermandad en su momento encargó a José Antonio Grande de León, responsable de la restauración y reforma de las caídas y el techo, un proyecto de manto del que nunca más se supo.
En cualquier caso, la Virgen de los Desamparados estrenó su manto para orgullo de quienes lo han hecho posible, en lo que es un peldaño más en la mejora de un paso de palio que de unos años a esta parte no ha hecho otra cosa que evolucionar para bien. Sólo el tiempo dirá si este manto será el definitivo.















La Hermandad de los Estudiantes, toda una privilegiada en el Martes Santo porque al menos sí que ha salido en los últimos años, aunque fuera sólo en el breve traslado desde la entrada del Rectorado hasta la Capilla Universitaria, ponía su cruz de guía casi inmediatamente detrás del Cerro a su paso por la calle San Fernando. De esta forma, mientras el paso de palio de la Virgen de los Dolores aún no había abandonado la Plaza del Triunfo buscando la carrera oficial, la cruz de guía de los Estudiantes ya tomaba Fray Ceferino González de camino al Postigo.
La perfección anatómica del Santísimo Cristo de la Buena Muerte deja sin palabras a cuantos lo contemplan. Subía la calle San Gregorio recortado por la vegetación de la Puerta de Jerez y los Jardines del Cristina, cuyo verdor contrastaba con el monte de lirios morados del paso, recientemente restaurado por los Hermanos Caballero, del crucificado de Juan de Mesa.
En silencio y con sus hachones color tiniebla derramando cera tan temprano, el Cristo de la Buena Muerte avanzaba por un recorrido monumental, saliendo desde la Plaza de la Contratación y Miguel Mañara al Alcázar, encontrándose de frente con la majestuosa Catedral por la que las generaciones venideras habríamos de tomar por locos a sus promotores.


























Un buen número de nazarenos, y sobre todo penitentes, separaban al Cristo de la Buena Muerte de la Virgen de la Angustia, en su primera salida desde la restauración practicada por Francisco Arquillo. Presentaba este palio una modificación sustancial en la colocación del manto, que desde su estreno en 2005 le quedaba demasiado ancho a la Virgen. Este año, sin embargo, hemos podido ver una indudable mejora en el pollero. Ahora ya no parece que sobre manto por todas partes. La Hermandad de los Panaderos debería tomar nota y hacer algo parecido con el nuevo manto de la Virgen de Regla.
La Banda de Música Nuestra Señora del Águila, de Alcalá de Guadaíra, ponía sus sones musicales tras el paso de palio, que estaba adornado con rosas. En la Puerta de Jerez, sonó "María Santísima del Subterráneo".


















En la calle Santiago esperaba a la Hermandad de San Benito una doble representación: la del Beso de Judas y la de San Roque. Carlos Morán, capataz del misterio de la Presentación al Pueblo, otra de las grandes escenas de Castillo Lastrucci, así se lo hizo saber a los costaleros en la levantá que se dio ante la puerta de la casa hermandad del Beso de Judas, donde estaban los dos estandartes de las cofradías que habían salido en los días anteriores.
El primer paso de San Benito se contagió este año de la moda de la variedad floral y cromática para los misterios, en lugar de los habituales claveles rojos. Lirios y jacintos morados, rosas rojas, calas blancas... para la escena en la que Pilatos dijo aquello de "Ecce Homo", tras la burla y la flagelación del Señor, contra el criterio de Claudia Prócula, ignorada por la cobardía y la ambición política de su marido. Quizá para que este misterio fuera completo faltaría la figura de Barrabás, al que el pueblo llegó a preferir antes que a Jesucristo.
La Agrupación Musical de la Encarnación pudo por fin acompañar a su misterio por las calles de Sevilla, provocando el característico andar con el que éste se lució al pasar por delante de la Iglesia de Santiago.




















Más atrás, dejaba Muro de los Navarros el paso del Santísimo Cristo de la Sangre, advocación recuperada para la Semana Santa por la Hermandad de San Benito en 1966, a través de este impresionante crucificado para el que Francisco Buiza se inspiró en el Cristo del Amor.
Sobre un monte de claveles rojos, salpicados con una flor morada, venía el Cristo de la Sangre, acompañado por los sones musicales de su propia Banda de Cornetas y Tambores. Le antecedían los nuevos ciriales que han labrado los Hermanos Delgado.
















Cerrando el largo cortejo de San Benito, la que en tiempos fuera conocida como la Palomita de Triana, la Virgen de la Encarnación, una de las dolorosas más antiguas de la Semana Santa. Claveles blancos, además de calas del mismo color en las jarras delanteras y en las esquinas, conformaban el exorno floral de este paso de palio al que por Muro de los Navarros se le interpretaron las marchas "Rosario de Monte-Sión", "Hiniesta" y "Reina de Triana".
El próximo mes de diciembre se cumplirán veinte años de la coronación canónica de la Virgen de la Encarnación, que coincidió con la celebración del Año Internacional de la Familia.






















A eso de las ocho y media de la tarde subía la Cuesta del Rosario, ya de regreso, la Hermandad de los Javieres, con la que por fin su hermana mayor, Maruja Vilches, pudo estrenarse llevando la vara dorada por las calles en la estación de penitencia.
La cofradía de la calle Feria también proporcionó una de las sorpresas florales de 2014, al sustituir el paso del Santísimo Cristo de las Almas su sempiterno monte de claveles rojos por lirios morados, una combinación cromática, la de los lirios y el dorado del paso, siempre resultona. 
Si hace 25 años fue la primera estación de penitencia del Cerro, también hay que recordar que aquel año el Cristo de las Almas no pudo salir por el estado en que quedó la talla tras el asalto a la Parroquia de Omnium Sanctorum por parte de un ladrón que, no contento con llevarse todo lo que pudo, provocó daños en el crucificado de José Pires Azcárraga, que se encontraba expuesto en besapié.













No demasiados nazarenos después emprendía la subida de la cuesta el paso de palio de la Virgen de Gracia y Amparo, con rosas como exorno floral. En este punto, la Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda, interpretó "Nuestro Padre Jesús", marcha que parece haber puesto de acuerdo a varias bandas para interpretarla en repetidas ocasiones este año. Después fue el turno de "El Cachorro. Saeta sevillana".








Detrás venía la Hermandad de San Esteban. Mucho se ha comentado lo que ha corrido esta cofradía en su itinerario de vuelta, llegando a entrar la cruz de guía incluso con adelanto en el templo. Hay quien lo ha atribuido al hecho de tener que dejar el paso expedito a la Hermandad de Santa Cruz, que estrenaba itinerario por la Cuesta del Bacalao y el Salvador.
Lo cierto es que la subida de la Cuesta del Rosario de San Esteban ha sido este año bastante decepcionante con respecto a lo que se ha vivido en esa misma zona en años anteriores. Primero, porque cuando la Agrupación Musical de la Redención había empezado con el repertorio previsto, tuvo que interrumpir "La santa espina" porque el paso estaba parado a la espera de que se cantara una saeta. Y luego, cuando ya emprendió la subida, lo hizo con rapidez, llegándose incluso a parar antes de girar hacia Ángel María Camacho cuando la banda aún no había terminado la interpretación de la marcha "Redención".
Después, el palio de la Virgen de los Desamparados, que también recibió una saeta en el inicio de la cuesta, la subió a los sones de "Triana tu Esperanza".
Con más calma regresaba por la calle San Fernando la Hermandad de los Estudiantes. La Virgen de la Angustia culminó su estación de penitencia con una serie de marchas clásicas, como "Nuestro Padre Jesús", "Virgen del Valle" o "Amarguras", mientras entraba en el recinto universitario por la calle María de Padilla. Después, por la Lonja, sonaron "Procesión de Semana Santa en Sevilla" y "Virgen de los Estudiantes", con la que finalmente entró en la antigua Fábrica de Tabacos, para posteriormente trasladarse ambos pasos hasta su capilla.





Con bastante distancia, seguía el camino de regreso marcado por los Estudiantes, y antes por el Cerro, la Hermandad de la Candelaria. No ha querido quedarse esta cofradía con las ganas de contemplar en las calles el paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud con el exorno floral que se dispuso el año pasado, pero que la lluvia impidió que saliera. 
Así, de nuevo en este 2014 el paso ha sido adornado con un monte de lirios morados, acompañado de un friso de rosas y algunos cardos. Toda una innovación para este primer paso de la cofradía de San Nicolás, acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas.
El hermano mayor de los Gitanos, José Moreno, estaba viendo el discurrir de la hermandad en la Puerta de Jerez, en la salida de la calle San Gregorio. A él y a su hermandad dedicó el capataz una levantá. También estaba por allí el que fuera hermano mayor del Baratillo y pregonero de la Semana Santa de 2012, Ignacio Pérez Franco, quien se abrazó a Moreno diciéndole: "¡Que te gusta a ti un Señor de la Salud!".











Detrás, con la Banda de la Cruz Roja y un exorno floral a base de rosas, jacintos y calas blancas, entre otras especies, venía la Virgen de la Candelaria bajo su palio de ese color entre azul y verde que parece querer engañar a la vista.
Por la Plaza de la Contratación sonaba "Madre Hiniesta". Después, a punto de alcanzar San Gregorio, la dolorosa que tallara, como a la de los Desamparados, Manuel Galiano, recibió una saeta desde un balcón. A continuación, el capataz dedicó la levantá "a la gente de la Quinta Angustia", dado que algunos miembros de esta cofradía del Jueves Santo estaban viendo a la Candelaria por esta zona, de la que el paso de palio se alejó sin pausa con la marcha "Esperanza Macarena".












Tras estrenar su nuevo itinerario de ida, como decíamos antes, la Hermandad de Santa Cruz estrenó igualmente el de vuelta, consistente en no salir en línea recta de la Catedral hacia Mateos Gago, sino en rodear por donde aún no había pasado: Plaza del Triunfo, Joaquín Romero Murube, Plaza de la Alianza y Rodrigo Caro, para salir, ahora sí, a Mateos Gago.
Ello implicó que la hermandad entrase más tarde de lo habitual, pero también es cierto que había salido más tarde, al no tener que dar un rodeo tan grande como el de años anteriores de camino a la Campana. Habrá que ver en qué queda todo esto cuando las hermandades del Martes Santo se sienten y decidan qué cambios hay que hacer o no para que la jornada funcione mejor en cuanto a horarios, itinerarios, cruces y demás.
De momento, Santa Cruz ha ganado un íntimo recorrido de regreso que le va y mucho a sus pasos. En el primero, el Cristo de las Misericordias, acompañado de la Virgen de la Antigua en la escena del Stabat Mater, da muestras de eso, de infinita misericordia, pidiéndole al Padre que perdone a sus verdugos "porque no saben lo que hacen". No, no es un Cristo expirante aunque mire al cielo como el del Museo o el Cachorro...










No tardó en salir por la Puerta de los Palos el pequeño paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores, que cuenta con el único manto liso del Martes Santo después de la fiebre bordadora de los últimos años.
La Banda de Música del Maestro Tejera va detrás de la dolorosa de Antonio Eslava, con la que el imaginero de Carmona siguió el estilo iniciado con la Virgen de los Dolores y Misericordia de Jesús Despojado y después repetido en otras imágenes realizadas para otras localidades.
El palio alcanzó la Plaza del Triunfo con, una vez más este Martes Santo, "Nuestro Padre Jesús", para más adelante sonar "Valle de Sevilla" en su llegada a la Alcazaba.












Eran ya cerca de las dos de la madrugada cuando la Hermandad de la Bofetá pasaba por segunda vez por la Campana. Jesús ante Anás era abofeteado por Malco vestido con túnica burdeos y sobre su paso adornado con claveles de color rojo sangre.
El misterio con el que Castillo Lastrucci revolucionó la representación plástica de las escenas de la Pasión del Señor camina siempre de frente, sin demasiadas concesiones. Y sin embargo, arrastra a un gran número de personas que disfrutan con esa forma de llevar un gran paso de misterio con una destacada banda detrás, como es la de las Cigarreras, que en la entrada en San Lorenzo dio un recital de buenas marchas procesionales. 
Con la impresionante composición "Y fue azotado" se acercó lentamente a la puerta del templo en una plaza completamente a oscuras. Finalmente, sin darse la vuelta, dado que el Señor da precisamente la cara cuando se marcha, sonó "Costalero del Soberano", que la banda enlazó como acostumbra con la Marcha Real entre los aplausos de la masa que, pese a la hora tan tardía, quería aprovechar hasta el final un Martes Santo que no se vivía desde 2010.










Y cerrando la cofradía y el Martes Santo soñado, la Virgen del Dulce Nombre, primera dolorosa de Castillo, acompañada de San Juan Evangelista, regalo del imaginero a la hermandad en agradecimiento por la confianza depositada en él para la talla de los titulares.
El fantástico palio de Rodríguez Ojeda contó con su habitual exorno floral de claveles rosas y con el acompañamiento musical de la Banda de la Oliva de Salteras.
La Virgen del Dulce Nombre invita a seguirla hasta la entrada. Pese al intenso cansancio de un día que comenzó temprano en el Cerro del Águila. Pasaban algunos minutos de las cuatro de la madrugada cuando el paso de palio entraba en San Lorenzo. En la plaza, para despedirse, habían sonado "Esperanza Macarena", "María Santísima del Dulce Nombre" y una doble interpretación de "Virgen del Dulce Nombre" mientras realizaba, el palio sí, el giro de 180 grados ante la puerta.














Merece la pena empezar un Martes Santo en el Cerro y acabarlo en San Lorenzo cuando por fin, tras tres largos años sin una sola cofradía de la jornada en las calles, las ocho pueden salir y culminar unas brillantes estaciones de penitencia. ¿Cansancio? Mucho. Y aún no habíamos alcanzado el ecuador. Pero ya se sabe que palos a gusto no duelen...

1 comentario:

  1. No hay palabras para expresar el buen trabajo que realizas en la fotografía , muchísimas gracias por deleitarnos con este grandísimo trabajo que has hecho. Recibe un cordial saludo de un cofrade de la Esperanza de Triana y de la Hdad Servita.
    Un abrazo.

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