sábado, 26 de abril de 2014

LUNES SANTO 2014: LA CONFIRMACIÓN DEL SUEÑO

"¿Me ha caído una gota o es una lágrima?", preguntaba con gracia una mujer en la calle Romero de Torres. El cielo de la mañana del Lunes Santo no presentaba el aspecto radiante y luminoso del día anterior. Todo lo contrario. Estaba nublado. Más que eso. Si uno no conociera los partes meteorológicos que hablaban de otro día soñado de Semana Santa, hubiéramos pensado que estábamos ante una nueva jornada de lo que en los últimos años hemos llegado a considerar normal: cielos grises, nubes que van y que vienen, lloviznas y chubascos, cofradías que retrasan su salida y que la suspenden directamente.
Pero eso no parecía tocar este año. Por eso, aunque efectivamente lo que había caído era una gota, no iban a ser en conjunto más de cuatro, sin importancia. Y no iba a ir a más. Al contrario, ese cielo tan nublado fue recibido incluso como un descanso del intensísimo calor que provocó lipotimias y desmayos la tarde anterior.
Lágrimas sí, muchas, a raudales, cayeron de las mejillas de tantos vecinos del Tiro de Línea en la salida de la Hermandad de Santa Genoveva, que se puso en la calle unos diez minutos antes de la hora prevista, las doce y media, siendo ya ésta una hora adelantada respecto al horario oficial de años anteriores.
Unos treinta minutos después, los ciriales anunciaban la salida del Cautivo, que presentaba un buen aspecto tras la restauración a la que lo ha sometido el imaginero Fernando Aguado, que es además costalero de la cofradía.
Con túnica morada lisa y un exorno floral tradicional, a base de monte de claveles rojos y friso de lirios morados, el paso se puso en la calle comandado por los hermanos Villanueva, en una jornada en la que, como el Domingo de Ramos, iban a hacerse cargo de los pasos de dos cofradías diferentes. La Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Cautivo, de la propia hermandad, puso sus sones musicales tras el paso, que conforme ganaba metros iba arrastrando a vecinos, y sobre todo vecinas dispuestas a seguirlo hasta la carrera oficial. "Cautivo" y "Siempre en tus manos" fueron las primeras marchas que se escucharon en la calle.



















A eso de la una y media de la tarde salía el paso de palio de Nuestra Señora de las Mercedes, adornado con rosas. La Banda de Música del Carmen de Salteras, a la que recientemente ha renovado la hermandad por dos años más, y son ya varias décadas las que lleva acompañando a la dolorosa de José Paz Vélez, tocó el Himno Nacional y "Reina de las Mercedes".
Posteriormente, como había ocurrido con el Cautivo, se cantó una saeta desde un balcón de la casa hermandad, tras lo que el paso de palio siguió hacia Almirante Topete con "Señora de Santa Genoveva".
En la que es la principal arteria del barrio, y antes de que la Virgen continuara con "La Estrella Sublime", tuvo lugar una levantá dedicada a una niña en silla de ruedas y con un pañuelo en la cabeza. Su madre estaba a su lado, incapaz de contener las lágrimas. Lo hemos comentado en alguna ocasión. Por estas cosas salen las imágenes a las calles. Porque hay muchísima gente que lo necesita por infinidad de razones.

















Con Santa Genoveva en la calle, ya eran dos las cofradías que recorrían a esa hora las calles de Sevilla. Por Luis Montoto avanzaba la Hermandad del Polígono de San Pablo, que traspasaba la inexistente muralla de la ciudad por la Puerta de Carmona.
En el primer tramo de la antigua calle Oriente unos plátanos de sombra desprendían pequeñas partículas que, a juzgar por el coro de toses, se estaban introduciendo en las vías respiratorias de todo el personal. Justo debajo se paró el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado ante Herodes, otra versión de la escena con la que cerrábamos el Domingo de Ramos y, además, con la misma banda sonora, las Tres Caídas de Triana, aunque con un repertorio no tan limitado como el que impone la cofradía de San Juan de la Palma.
Fue éste otro de los misterios que este año se sumaron a la variedad floral de tonos morados, que tan bien le va al dorado, sobre todo cuando es tan reciente y brillante como el de este paso del Cautivo y Rescatado, con su cruz trinitaria en el pecho. El sol iba ganándole la batalla a esas nubes con las que se abrió el día. Casi coincidió con el momento en que el misterio alcanzó el centro histórico de la ciudad.
Tras pararse en Luis Montoto ante San Benito, otra hermandad del Martes Santo esperaba. En este caso, la de San Esteban, que en ese momento estaba en pleno proceso de colocar las flores al paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje. En la misma puerta se detuvo el misterio. Antes de marcharse, el capataz dedicó la levantá "al Cristo de la Ventanita y a la Virgen de los Desamparados". Una representación, con su estandarte, estaba bajo la ojiva.























Detrás, avanzando con celeridad en la Semana Santa de las prisas, venía la Virgen del Rosario, con su paso de palio adornado de una forma muy similar al de Santa Genoveva, con rosas. La Virgen de los ojos verdes entró en el casco histórico con "Procesión de Semana Santa en Sevilla", a cargo de la Banda de Música de la Cruz Roja, después sustituida a la vuelta por la de la Virgen del Castillo, de Lebrija.
Al igual que el misterio del Cautivo y Rescatado, la Virgen del Rosario se detuvo ante San Esteban. El capataz dedicó también la levantá anunciando a sus costaleros que "estamos ante la Hermandad de San Esteban, que lleva tres años sin salir; pero mañana va a brillar el sol más que nunca". Lo decía el capataz y lo decían los partes meteorológicos. Desde allí, el palio del Polígono se fue con "Madre Hiniesta" buscando la Plaza de Pilatos.






















Allí donde Sevilla casi se acaba, con el Aljarafe a un tiro de piedra, las calles se llenaban de nazarenos blancos iluminados, ahora ya de verdad, por un sol que volvía a hacer de las suyas. San Gonzalo pasaba por la Avenida de Coria para presentar sus respetos a los ancianos de la residencia de la Fundación Carrere.
Es curioso que cuando el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás no había hecho nada más que salir, ya había mucha gente esperando no sólo ante la Capilla de la Estrella, sino incluso en el Altozano, por donde habrían de pasar como mínimo tres horas hasta que llegara hasta allí el paso de palio. Lo más llamativo es que muchos de quienes esperaban sentados en las famosas sillitas de los chinos eran chavales jóvenes sin problema alguno de movilidad. ¿Así se disfruta la Semana Santa? ¿Plantándose en una calle con la silla para esperar durante horas a que pase una sola cofradía? Está claro que al que realmente le gusta la Semana Santa intentará buscar los pasos, seguirlos, caminar con ellos en la medida de lo posible. Pero pararse en una calle para que, tras aguantar una larga hilera de nazarenos, se vean los pasos durante dos minutos no se antoja lo más inteligente. Como digo, eran fundamentalmente chavales que, como diría mi padre, parece que han nacido cansados. Una pena.
Desde Dolores León el paso de misterio desembocó en la Avenida de Coria a eso de las cuatro y veinte de la tarde. El Señor vestía la túnica bordada que estrenó en el vía crucis de las cofradías de 2011. Caifás, que después de varios años ha recuperado su vestimenta de color verde, se rasgaba las vestiduras ante el Soberano Poder de Dios, que desafiaba a la autoridad religiosa del momento afirmando ser quien era. La Banda de las Cigarreras ponía la música a los acompasados movimientos de un paso que se volvió para que los ancianos pudieran así tener el que para muchos quizá sea su único contacto con la Semana Santa. Ellos esperaban sentados. Ellos sí. Tiene sentido.

























Muchos, muchísimos nazarenos detrás, venía la Virgen de la Salud, que llegó a la residencia de la Fundación Carrere con la marcha "Coronación" a cargo de la Banda de la Oliva de Salteras. Salud es lo que le pedirían precisamente los ancianos a la dolorosa que tallara, como al Señor y a Caifás, Luis Ortega Bru y que ha salido por primera vez tras su reciente restauración por parte de Pedro Manzano.
Con "Aires de Triana" y "Coronación de la Macarena" siguió rumbo a San Jacinto la Virgen de la Salud, que llegó al hospital Infanta Luisa con "Pasan los campanilleros". Allí recibió una petalada y se alejó con "Hosanna in excelsis", marcha muy de moda en los últimos años pero que en esta Semana Santa no se ha escuchado tanto.
La Virgen de la Salud terminaba de pasar por la Plaza de San Martín de Porres mientras el termómetro marcaba 31 grados...




















Otra genialidad de Ortega Bru es el paso de misterio de la Hermandad de Santa Marta, con permiso de Sebastián Santos, autor de la Virgen de las Penas y de la propia imagen de Santa Marta a la que los fundadores de la cofradía, los hosteleros, quisieron meter sí o sí en el paso del Traslado al Sepulcro. La santa estrenaba, por cierto, un nuevo manto liso.
El fantástico paso de misterio repitió exorno floral clásico. Lirios morados y una sola rosa roja bajo la mano del Santísimo Cristo de la Caridad, que brota de la última gota de sangre derramada antes de ser amortajado.
Esta cofradía no ha corrido más de la cuenta este año. Ha corrido lo mismo de siempre, es decir, mucho. Es una pena. Sería bueno poder detenerse más en la contemplación de uno de los conjuntos escultóricos más conseguidos de toda la Semana Santa y que minutos antes de las siete y cuarto de la tarde alcanzaba la Plaza del Duque camino de la carrera oficial.









Muy cerca de allí un nazareno nos invitaba a tomar la cruz del Señor y a seguirle. La Hermandad de la Vera+Cruz se ponía en la calle. Tras un breve cortejo de nazarenos el coro de voces graves De Profundis anunciaba la salida del paso del crucificado, la imagen más antigua de la Semana Santa de Sevilla, que aparecía en su paso sobre un monte de lirios morados entre dos ángeles portando sendos faroles. Los hachones, verdes, como toda la cera de la primera parte de esta cofradía. El Cristo de la Vera+Cruz, hermandad que preside el pregonero de la Semana Santa de 2014, Francisco Berjano, recibió una saeta desde un balcón de la calle que lleva su nombre.














Tras las representaciones de hermandades de la Vera+Cruz de otras localidades, el cortejo de nazarenos del palio y el Lignum Crucis, ante el que en ocasiones se forman pequeñas colas de devotos queriendo besarlo, salió de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús la Virgen de las Tristezas en su sobrio paso con las caídas que fueron de San Isidoro, luego de las Penas y finalmente de la Vera+Cruz.
El paso de palio, que ya el año pasado abandonó el tradicional exorno floral de lirios blancos, llevó de nuevo este año rosas. Antonio Bejarano volvió a ocuparse de vestir a la dolorosa de Illanes, repitiendo como en los últimos años el tocado abierto que deja ver el pelo de la imagen.







Por la Plaza de San Leandro regresaba muy lentamente a la Iglesia de Santiago la Hermandad del Beso de Judas, un día después de la salida de San Roque del mismo templo. Nuestro Padre Jesús de la Redención recibe el beso de la traición en el Huerto de los Olivos en presencia de los apóstoles San Juan, San Pedro, Santiago, San Andrés y Santo Tomás.
Al igual que el año pasado, este paso fue exornado con una variedad floral de tonos morados y malvas, una combinación que funciona muy bien sobre el canasto de color madera con apliques dorados. La Agrupación Musical de la Redención puso todo su saber hacer tras este conjunto escultórico de Antonio Castillo Lastrucci cuya forma de andar es muy seguida, especialmente en una zona como San Leandro.








Tanta atracción genera el paso del Señor de la Redención que, en cuanto pasó por San Leandro, la plaza se despejó en gran medida. A la Virgen del Rocío la esperaba menos gente, pero ello no fue impedimento para que protagonizara varias chicotás muy lucidas.
Salió de la calle Dormitorio con la marcha "La Madrugá", de Abel Moreno, interpretada por la Banda de Música de las Nieves de Olivares. Muy lentamente iba ganando metros el paso de palio de caídas muy airosas y manto, aún, liso. Tras una parada, el paso continuó con "Madrugá Macarena" hacia el Convento de San Leandro, donde la esperaban como cada año las Madres Agustinas.













La Hermandad de las Aguas ha llevado este año, después de tres décadas, una banda delante de la cruz de guía. En este caso, ha contado para ello con la Banda de Cornetas y Tambores San Sebastián, de Tomares. Una novedad musical que se ha unido a las del año pasado, cuando la Banda de las Tres Caídas sustituyó a la Banda del Sol tras el misterio del Cristo de las Aguas, y la Municipal de Mairena del Alcor tomó el relevo a la de La Puebla del Río, en una decisión muy polémica y criticada en su momento.
Independientemente de la música, el costado de Cristo volvió a salpicar de sangre y agua a los presentes en presencia de la Virgen del Mayor Dolor, San Juan y la Magdalena, y de un ángel que recoge en un cáliz esas aguas a las que alude la advocación del crucificado, otra obra de Antonio Illanes.
Por la Plaza del Triunfo la cofradía caminaba con cierta rapidez para cumplir los horarios en un Lunes Santo que en carrera oficial no dejó retraso alguno. El primer paso mostró un variado conjunto de flores rojas en el año de la combinación floral para los pasos de misterio.










Poco después buscaba el regreso a su Capilla del Rosario el paso de palio de la Virgen de Guadalupe, la virgen niña de Álvarez Duarte. Siguiéndola por el pasillo marcado por las cadenas que protegían en tiempos a los prófugos de la justicia junto a la Catedral, muchos turistas comentaban la belleza de la dolorosa, vestida, como la Virgen de las Tristezas, por Antonio Bejarano.
La Banda de Mairena del Alcor interpretó por esta zona las marchas "Virgen de la Palma" y "Triana de Esperanza", en la que algunos cantan tímidamente la parte de la Salve a la Esperanza, además de "Quinta Angustia", marcha clásica donde las haya que también este año se ha podido escuchar más de lo que es habitual.













Por la calle Alfonso XII regresaba la Hermandad de las Penas tras haber ensayado un nuevo itinerario de vuelta. No convenció, como era lógico por otra parte, pasar por segunda vez por una desangelada Campana el año pasado desde Martín Villa, por lo que en esta ocasión, al llegar a la Plaza del Salvador, han cruzado Sierpes por Sagasta y Jovellanos para salir a Tetuán, y desde allí tomar por Velázquez, O'Donnell, un lateral de la Campana, Plaza del Duque, Alfonso XII, Santa Vicenta María y Virgen de los Buenos Libros hasta Cardenal Cisneros. Veremos si este novedoso itinerario es el definitivo o habrá una tercera opción en 2015.
El Señor de las Penas llevaba, como en su reciente besamanos, la túnica burdeos de Manuel Mendoza y Salvador Aguilar realizada en 2012, que es la misma también que llevó el Lunes Santo de 2013. Con tres túnicas bordadas en su ajuar, lejos quedan ya las salidas de este Cristo atribuido a Pedro Roldán con túnica lisa. En cuanto a las flores, el habitual monte de claveles rojos, y la música, de capilla.












Y con claveles blancos y el acompañamiento musical de la Banda de Música del Maestro Tejera, venía la Virgen de los Dolores bajo su palio, en cuya restauración no se ha avanzado nada en este último año, después de la restauración del techo y la limpieza de la caída frontal en 2013.
Por Santa Vicenta María sonó "La Madrugá". Posteriormente, tras una saeta de Manuel Cuevas, se interpretó "Tus dolores son mis penas" mientras el paso de palio se acercaba a la Parroquia de San Vicente, despidiéndose por este año, una vez más, con "Jesús de las Penas".
Antonio Santiago ha cumplido veinticinco años como capataz de la Hermandad de las Penas en este Lunes Santo de 2014.












Y llegamos al final de este nuevo sueño con la Hermandad del Museo, una cofradía que es un monumento en sí misma. El Santísimo Cristo de la Expiración, protagonista este año del vía crucis de las cofradías, como protagonista es su hermandad con motivo del Año Jubilar por el cuarto centenario de su capilla, había alcanzado ya la calle Alfonso XII cuando aún no había terminado de entrar la Hermandad de las Penas. Esta celeridad es producto del interés, ya manifestado el año pasado, de la cofradía que cierra la jornada de evitar entradas tan tardías en su templo como las que se han llegado a vivir en anteriores lunes santos.
Tras la sorpresa de los lirios en 2013, este año la hermandad ha vuelto al monte de claveles rojos como exorno floral para el impresionante crucificado de Marcos Cabrera, que el año pasado estrenó aspecto rejuvenecido gracias a la restauración practicada por el IAPH. Es sobrecogedor contemplar al Cristo del Museo caminar de esa forma tan pausada por una calle Alfonso XII completamente a oscuras y en silencio. Manuel Cuevas y Álex Ortiz cantaron sendas saetas en la entrada del crucificado. El segundo interpretó su conocido Padre Nuestro cantado momentos antes de que el paso entrara de nuevo en su capilla.










La otra joya del Museo es la Virgen de las Aguas, con su característico tocado monjil y su manto azul liso. Estrenaba este año el paso de palio la restauración del techo, trabajo realizado por los talleres Santa Bárbara, además de parte de la candelería.
Con "Hiniesta Coronada", a cargo de la Banda de Música de la Oliva de Salteras, recorrió los últimos metros de Velázquez y O'Donnell para desembocar de nuevo en la Campana y tomar la calle Alfonso XII. De unos años a esta parte, esa recta que recorre la Hermandad del Museo por dicha calle es muy seguida e incluso masificada en algunos momentos, aunque es cierto que este último Lunes Santo parece haberse visto algo menos de gente que los anteriores. Quizá las previsiones de buen tiempo hacen que se aguante un poco menos y así ahorrar energía para el resto de la semana.
"La Esperanza de Triana", "Macarena" de Cebrián y "Corpus Christi" fueron algunas de las marchas que sonaron por Alfonso XII. Ya en la Plaza del Museo, donde afea bastante la escena el semáforo que inunda la oscuridad de verde, rojo y ámbar alternativamente, la banda tocó "Coronación de la Macarena". Tras ella, de nuevo cantó Manuel Cuevas, cuya saeta fue seguida por la marcha "Virgen del Valle". Álex Ortiz cantó a continuación y, finalmente, se escuchó "Virgen de las Aguas". El palio terminó entrando en la capilla con algunos minutos de retraso respecto a la hora prevista.











El Lunes Santo de 2014 había sido un sueño. Desde el Polígono de San Pablo hasta el Museo, de los barrios al centro, de las nuevas devociones a las de toda la vida. Nueve hermandades habían podido completar sus estaciones de penitencia y otras ocho soñaban con desquitarse después de tres años sin pisar las calles. El sueño continuaba...

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