jueves, 16 de febrero de 2017

EL CRISTO DE LAS TRES CAÍDAS DE TRIANA SERÁ RESTAURADO TRAS SEMANA SANTA


El Santísimo Cristo de las Tres Caídas, de la Hermandad de la Esperanza de Triana, será restaurado después de la próxima Semana Santa por Pedro Manzano en un proceso que durará entre cinco y seis meses. Así lo aprobaron anoche, en un cabildo extraordinario, más de 300 hermanos que acudieron para votar la propuesta presentada por el propio restaurador. Sólo un hermano votó en contra de la intervención, mientras que otro voto se contabilizó como nulo.
En base a las explicaciones dadas por Manzano, la estructura de la imagen se encuentra en buen estado, por lo que su labor se centrará principalmente en la limpieza de la policromía, que presenta una oscuridad exagerada desde hace muchísimo tiempo. De hecho, lo verdaderamente sorprendente en este caso es que la restauración no se haya llevado a cabo mucho antes.
Eso sí, el propio restaurador comentó que la talla presenta diversos estratos de policromía superpuestos, aunque señaló que no se llegará a sacar a la luz la original, del siglo XVI. Llama la atención que haya que aclarar que, pudiendo llevar a cabo una restauración que responda a lo que el diccionario de la RAE define como restauración, se vaya a hacer una intervención, diríamos, contenida. Estamos ante un caso como el del Gran Poder hace ya algo más de una década, imagen a la que se le retiró gran parte de la suciedad acumulada, pero no toda, por aquello de evitar disgustos entre sus devotos. El resultado es que, diez años después, el Señor de Sevilla empieza nuevamente a mostrar un progresivo oscurecimiento.
Si vemos una imagen antigua del Cristo de las Tres Caídas, entendiendo por antigua una foto de mediados del siglo XX (no hace falta ir mucho más atrás), vemos que no es que ahora sea moreno, sino que está muy sucio, como le pasa a cualquier imagen expuesta a los efectos del humo de las velas y del incienso. Luego viene la literatura y el habla popular, y le ponemos enseguida el apelativo cariñoso de "morena" a cualquier imagen, aunque su morenez no fuera pretendida por su autor, sino el resultado del paso del tiempo.
Uno ha llegado a escuchar años atrás la locución "morena de la Puerta Carmona" dirigido a la Virgen de los Desamparados de San Esteban, aun cuando después de su restauración en el IAPH se vio que la supuesta morenez de esta dolorosa era en realidad otra cosa muy distinta.
Por lo tanto, habrá que esperar y confiar en que la restauración del Cristo de las Tres Caídas (que por razones incomprensibles no se ha afrontado muchísimo antes) nos devuelva una imagen limpia, fundamentalmente limpia, aunque el apelativo de "Moreno de la calle Pureza" se nos quede obsoleto, y aunque la policromía del siglo XVI no se vaya (porque no se quiere) a recuperar.

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