miércoles, 10 de abril de 2024

LUNES SANTO 2024: LAS PENAS


Poco después de la salida de la Vera-Cruz, muy cerca, en la Parroquia de San Vicente, comenzaba la estación de penitencia de la Hermandad de las Penas, como después, también muy cerca, saldría el Museo. El Lunes Santo es el día grande del barrio con tres de sus cofradías saliendo a las calles una detrás de otra. 
Sobre su invariable monte de claveles rojos veíamos a Nuestro Padre Jesús de las Penas, el Nazareno caído que este año ha salido con la túnica burdeos bordada en oro por el binomio formado por Manuel Mendoza y Salvador Aguilar, quienes han confeccionado varias túnicas para la imagen.
En su camino de regreso a San Vicente, resultaba muy curioso ver en la calle Alfonso XII cómo la acera de la derecha, en el sentido de la cofradía, estaba llena de gente, mientras que la de la izquierda se encontraba prácticamente vacía. Los cofrades que conocen la hermandad saben dónde situarse para verle la cara al Señor, que no fue realizado para procesionar, sino para permanecer inmóvil en un altar, donde se mostraba con una túnica tallada que fue parcialmente mutilada para ser vestido con túnicas textiles.
Se cumple, por cierto, este año un siglo desde la reorganización de la hermandad, que en realidad fue fundada en 1875, pero que pronto decayó hasta que sus hermanos le dieron el definitivo impulso para establecerse y crecer en una jornada, la del Lunes Santo, recién fundada un año antes por las corporaciones del Museo y las Aguas, procedentes del Viernes Santo y del Domingo de Ramos, respectivamente.
El Señor de las Penas, con su reposada cadencia al caminar, siguió por Alfonso XII hasta girar en Santa Vicenta María y buscar después las calles Virgen de los Buenos Libros y Cardenal Cisneros de camino a su templo. La Vera-Cruz, por cierto, estaba también entrando en su capilla en ese momento.
























Después de los negros nazarenos de ruán que conforman el cortejo del paso de palio, llegaba María Santísima de los Dolores, a la que siempre rodea también un adorno inmutable, en este caso de claveles blancos en friso y jarras, además de las mismas flores, pero de color rojo, a los pies de la Virgen, sobre la peana.
La Banda de Música del Maestro Tejera cerraba, desgraciadamente tan pronto, su presencia en la Semana Santa de Sevilla de este año tocando tras el palio de la Virgen de los Dolores, que giró a Santa Vicenta María a los sones de "Macarena", de Emilio Cebrián; una revirá, por cierto, no exenta de cierta dificultad debido a la gran cantidad de cangrejeros que llegaron a acumularse delante del paso, que estaba comandado por Antonio Santiago y su hijo.













El paso de palio se alejó buscando San Vicente para completar la estación de penitencia de la Hermandad de las Penas, que pudo así celebrar en la calle y sin sobresaltos meteorológicos el centenario de su reorganización.

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