La Hermandad de los Humeros anunciaba esta mañana, pasados algunos minutos de las siete, la cancelación de su salida procesional debido a la lluvia. Como cada año, la Virgen del Rosario iba a ser llevada en rosario de la aurora hasta la iglesia conventual de Santa Rosalía, donde posteriormente tendría lugar una misa y finalmente la procesión de regreso a la capilla por las calles de la feligresía de San Vicente.
Sólo la misa en Santa Rosalía ha podido celebrarse, aunque sin la presencia de la Virgen, así como el rezo del rosario, pero en el interior de la capilla de la corporación. En concreto, el Santo Rosario ha comenzado a las siete y media de la mañana, y la misa ha sido a las diez menos cuarto. Posteriormente, de once de la mañana a dos de la tarde, la capilla ha permanecido abierta para que todos los hermanos y devotos pudieran acudir al encuentro de la Virgen, que los ha recibido sobre su paso en el centro del pequeño templo de la calle Torneo.
La Virgen del Rosario, ataviada con manto rojo bordado en oro, tenía su paso adornado con olorosas varas de nardos en las esquinas, así como rosas blancas a lo largo de todo el perímetro y a los pies de la imagen. Junto al paso había dos blandones de madera dorada con cirios blancos y el estandarte corporativo en el lado izquierdo. Y al fondo, ante un cortinaje de damasco rojo y entre ciriales, se veía el simpecado de la corporación.
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