domingo, 6 de octubre de 2024

LA SALUD DE SAN ISIDORO CELEBRA EN LA CATEDRAL SUS 350 AÑOS DE HISTORIA


En 1674 se aprobaron las primeras reglas de la Hermandad de Nuestra Señora de la Salud. Por este motivo, la corporación realizó ayer, sábado, una salida extraordinaria que tuvo como destino la Catedral, a la que partió a las siete menos cuarto de la mañana desde la Parroquia de San Isidoro.
El camino de ida se hizo rezando el Santo Rosario, siendo los misterios gozosos los protagonistas al ser sábado. El itinerario escogido, tanto para la ida como para la vuelta, incluyó calles muy estrechas de la feligresía y del barrio de Santa Cruz por las que nunca pasa la Virgen de la Salud en sus salidas habituales del mes de mayo. Por ello, para esta procesión extraordinaria se utilizó el paso de la Inmaculada Concepción del Corpus de la Catedral.
Una vez en el primer templo de la Archidiócesis, la Virgen se llevó a la Capilla Real, donde tuvo lugar el rezo de la sabatina y luego se celebró una Eucaristía. Además, la hermandad recibió una medalla de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando.
La salida desde la Catedral para iniciar el camino de vuelta a San Isidoro comenzó a las once menos veinte de la mañana. El cortejo estaba encabezado por la cruz alzada entre ciriales, tras la que iban diversas parejas de hermanos con cirios blancos, la representación de la Hermandad de Nuestra Señora del Prado del Salvador, el propio estandarte corporativo de la Hermandad de la Salud, la presidencia y los acólitos.




Pronto la Virgen de la Salud se dirigió desde la Capilla Real hasta la Puerta de los Palos a las órdenes del capataz Francisco Javier Pagés. Cuando salió, la Banda Sinfónica del Liceo Municipal de la Música de Moguer tocó el Himno de España, seguida luego por la marcha "Virgen de los Reyes". La Giralda se despidió de la Virgen de la Salud con el repique de sus campanas, como correspondía a la celebración de una efeméride tan importante.
Así, sin parar, el paso discurrió bajo el intenso sol de la mañana por la plaza de la Virgen de los Reyes y se detuvo poco antes de alcanzar la confluencia con la calle Cardenal Carlos Amigo. Hay que apuntar que para esta salida extraordinaria, la Virgen vestía el llamado manto de las estrellas, bordado en oro sobre terciopelo rojo en el siglo XVIII.


















Un exorno de rosas, lisianthus y astromelias, todo ello blanco, en el friso y en cuatro jarras del paso de palio de Nuestra Señora de Loreto, de la Hermandad de San Isidoro, así como nardos en las esquinas conformaban el exorno floral del paso, que estaba iluminado por dos candeleros y dos candelabros de tres guardabrisas cada uno, todo ello con cera blanca.
Por Cardenal Carlos Amigo, la Virgen avanzó con la marcha "La Virgen de la Salud", a la que siguió una breve chicotá a tambor hasta detenerse pocos metros antes de enfilar la estrechez de Placentines. Después, se metió por ella a los sones de "Rocío", parándose antes del cruce con Argote de Molina.





























Desde Placentines, la Virgen de la Salud giró a su derecha mientras la Banda del Liceo de Moguer interpretaba precisamente la marcha "Nuestra Señora de la Salud". Recorrió así el paso una parte de Argote de Molina por la que nunca pasa ninguna cofradía, ya que lo normal es continuar por Placentines hacia Francos. 
Pero las dimensiones del paso utilizado este sábado por la Virgen de la Salud permitieron que, tras un relevo de costaleros, se metiera por Segovias, entrando en ella a los sones de "Pasa la Virgen Macarena".






















Para el final de Segovias, un breve paso por Abades y enseguida la entrada en la calle Guzmán el Bueno, la banda tocó "Desamparo", de Germán Álvarez Beigbeder. Uno de los capataces auxiliares, el mismo al que en Cardenal Carlos Amigo le pareció que "La Virgen de la Salud" sonaba a Himno de Ucrania, preguntó qué marcha era y luego preguntó: "¿Desamparo? Pero, ¿Desamparo y Abandono?". Se trataba de una de las grandes composiciones de Beigbeder, dedicada a la Virgen del Desamparo de la Hermandad del Prendimiento de Jerez.
Y a esta composición le siguió, ya totalmente en Guzmán el Bueno, "Tus Dolores son mis Penas", llegando con ella hasta la puerta del Hogar de San José de la Montaña, donde las religiosas y algunos chavales contemplaron a la Virgen de la Salud y cantaron la Salve. Mientras tanto, hubo un nuevo relevo bajo las trabajaderas.





















Para continuar su camino, la banda interpretó "Dulce Nombre de Jesús", durante la que desde un balcón se lanzaron algunos pétalos a la Virgen de la Salud. Después, el paso se volvió a detener antes de salir a los sones de "Coronación de la Macarena" a Mateos Gago, frente a la Parroquia de Santa Cruz, donde la recibió la hermandad del mismo nombre con las puertas de par en par y el Santísimo Cristo de las Misericordias observando la escena desde el altar mayor. Los cofrades de la hermandad decana del Martes Santo rezaron la Salve con el paso parado ante ellos.














Como no podía ser de otra manera, la Banda del Liceo de Moguer tocó "Cristo en la Alcazaba" para marcharse de Santa Cruz y continuar hacia Fabiola, a la que, tras una parada, giró a tambor. Luego se paró antes de discurrir por la parte más estrecha, junto a los restos de la muralla, con "Valle de Sevilla".
Con esta marcha, el paso llegó a girar a la calle Madre de Dios, donde luego hubo otra chicotá a tambor.






























El capataz hizo sonar el llamador, que era el del propio paso de la Virgen de la Salud, y con la marcha "María Santísima del Subterráneo" se produjo el giro a la calle San José, donde más adelante, junto al Convento de Madre de Dios, hubo un nuevo relevo de costaleros.
Sonó después "Pasan los campanilleros" antes de una chicotá a tambor que hizo que el paso llegara hasta la puerta pequeña del convento, donde algunas religiosas le rezaron a la Virgen. Precisamente, ellas fueron las destinatarias de la siguiente levantá, en la que el capataz deseó que el Señor siga iluminándolas en su vida.
Al final de la calle San José, en la puerta de la Parroquia de San Nicolás, se encontraba con su estandarte corporativo una representación de la Hermandad de la Candelaria. Precisamente por ello, la siguiente marcha que tocó la Banda del Liceo de Moguer fue "Candelaria", llegando el paso hasta la misma puerta, y entrando incluso casi por completo en el zaguán.































Para marcharse y continuar el camino hacia la plaza Ramón Ybarra Llosent, la banda tocó "Jesús de la Salud". A partir de ahí, la Virgen siguió por Muñoz y Pabón, Almirante Hoyos, Vírgenes, Águilas y Rodríguez Marín, alcanzando así la Parroquia de San Ildefonso, ante la que se volvió.
Luego, por Boteros, Odreros, plaza de la Alfalfa, Jesús de las Tres Caídas y Luchana, la Virgen de la Salud regresó alrededor de las dos de la tarde a San Isidoro, concluyendo así esta celebración de los tres siglos y medio de su hermandad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario